Uno de las mayores compañías del mundo dedicadas invertir y comerciar con petróleo, Vitol Group, cree que tras estos últimas semanas en las que el petróleo llegó a remontar más de un 20%, el precio del crudo volverá a desplomarse a corto plazo.
Tal y como publica Bloomberg, la producción de crudo en EEUU no se parará en seco, seguirá aumentando durante unos meses aunque la sobre-oferta de petróleo en el mundo sea evidente. Este hecho provocará que las reservas de crudo alcancen niveles "dramáticos" para el precio del petróleo.
Ian Taylor, director ejecutivo de Vitol Group, cree que el precio del petróleo va a recuperar la senda bajista hasta mediados de año como mínimo, momento en el que la demanda y la oferta comenzarán a encontrar el equilibrio. Aunque por el momento no ha signos que hagan prever una caída de la producción de petróleo en EEUU.
"Los mercados parecían 'ponerse largos' (posiciones alcistas) a principios de año... Pero es muy difícil creer que el precio del petróleo haya tocado suelo cuando la producción sigue aumentando. Creemos que vamos a asistir a un dramático crecimiento de las reservas de crudo en los próximos meses", con sus consecuencias para el precio del barril.
Federeidun Fesharaki, de Facts Global Energy, ha explicado que la oferta de petróleo en 2015 no disminuirá, aunque crecerá aun ritmo menor del que lo ha hecho durante 2014: "Esto quiere decir que la debilidad dominará el mercado también en 2015 y los precios seguirán siendo bajos. La recuperación de la demanda no está ni mucho menos asegurara, no será quien salve el precio del petróleo".
El analista Jefferies Bache arriesga más y se atreve a prever un precio como suelo del crudo West Texas (de referencia en EEUU): "Nosotros esperamos que el West Texas caíga hasta los 40 dólares, mientras que el Brent rondará la zona de los 48 dólares... En definitiva, nos mantenemos bajistas en el mercado de petróleo".
Ayer, el petróleo de referencia en EEUU corrigió un 5% hasta los 50 dólares por barril, una resistencia que los analistas consideran como básica para que la tendencia a corto plazo no sea bajista. Hoy en la apertura de la sesión la corrección ha continuado y la cotización ha perforado a la baja los 50 dólares. Ahora, el West Texas cae cerca de un 3% y se mueve alrededor de los 48 dólares.
El petróleo de Texas (WTI) bajó hoy un 2,4% y cerró en u$s 48,84 el barril, en una jornada en la que se conoció que las reservas de crudo en Estados Unidos aumentaron la semana pasada un 1,2%.
Al cierre de la sesión de operaciones a viva voz en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos futuros del WTI para entrega en marzo, los de más próximo vencimiento, bajaron 1,18 dólares respecto al cierre de la sesión anterior.
De esta forma, el crudo de referencia en el país volvió a perder los 49 dólares, golpeado por un aumento de las reservas que suele devaluar el precio del llamado ‘oro negro‘, mientras que el barril de Brent cayó un 3,1% hasta 54,66 dólares.
Las reservas de petróleo aumentaron en 4,9 millones de barriles la semana pasada y se situaron en 417,9 millones, mientras que en las últimas cuatro semanas, las importaciones tuvieron un promedio diario de 7,328 millones de barriles.
Por su parte, los contratos de gasolina para entrega en marzo bajaron 1 centavo hasta 1,55 dólares el galón, tras conocerse que sus reservas aumentaron la semana un 0,8 % y se situaron en 242,6 millones de barriles.
Mientras, los de gasóleo de calefacción para entrega en ese mismo mes bajaron 2 centavos y quedaron en 1,83 dólares el galón, tras publicarse que sus inventarios bajaron un 2,4 % la semana pasada y se situaron en 131,2 millones de barriles.
Finalmente, a la espera de que se conozca mañana el estado de sus reservas, los contratos de gas natural para entrega en marzo, también de referencia, subieron 12 centavos y cerraron en 2,79 dólares por cada mil pies cúbicos.
Por: Matt Egan.
El papel dominante de la OPEP en el mercado mundial del petróleo está en serio peligro. Durante casi medio siglo, este cártel internacional de exportadores de crudo mantuvo un férreo control sobre los precios, evitando que cayeran demasiado o escalaran a niveles insosteniblemente altos.
Pero el aumento de la producción petrolera de Norteamérica amenaza el poder de la Organización.
“El fin de la OPEP” podría estar más cerca de materializarse ahora, de acuerdo con Edward Morse, director global de análisis de commodities de Citigroup. La revolución de esquisto “ha creado una especie de amenaza existencial para Arabia Saudita y la OPEP”, escribió en un informe el lunes.
Fundada en 1960, la OPEP está comandada por algunas de las más influyentes naciones productoras de petróleo, como Arabia Saudita, Qatar, Irán y los Emiratos Árabes Unidos.
Pero ahora, Estados Unidos es el mayor productor de petróleo en el mundo y Canadá también ha estado aumentando la producción.
Eso significa dos cosas: que el grupo ha perdido a su principal cliente (EU), y también la capacidad de manipular los precios en su beneficio.
Edward Morse, por lo demás, no es cualquier analista. Él predijo correctamente que los precios del petróleo estaban en territorio de burbuja en el año 2008 cuando el crudo subió a casi 150 dólares el barril y Goldman Sachs pronosticó una “supersubida” a 200 dólares.
Los 200 dólares ya son una quimera, Morse pronostica que este año el crudo puede llegar a caer a 20 dólares.
La revolución de esquisto (shale) liderada por Estados Unidos ha cambiado realmente el juego. Eso fue evidente a finales de noviembre, cuando la OPEP modificó sus estrategias y decidió no frenar el desplome de los precios a través de un recorte de la producción.
La OPEP decidió que prefería mantener la cuota de mercado que mantener los precios altos. Creía que la caída de los precios pondría en apuros a los productores con costos más elevados, como los productores de esquisto en Estados Unidos y de arenas bituminosas en Canadá.
Sin embargo, las innovaciones han bajado el precio que los productores norteamericanos necesitan para ser rentables. A pesar que los bajos precios del petróleo resultantes de la decisión de la OPEP están perjudicando el esquisto y reducirán la producción de Estados Unidos, aún se espera que la producción nacional crezca este año, si bien a un ritmo más lento.
Los productores estadounidenses de esquisto también han reaccionado rápidamente a los cambios de precios, acelerando o ralentizando la producción de una forma más ágil que los agentes petroleros tradicionales.
Citi destacó cómo el petróleo convencional en la OPEP y Rusia sólo ha aumentado 5% desde el inicio de la década, en comparación con el 40% en Canadá y el 75% en Estados Unidos.
"El petróleo no convencional -en particular el shale estadounidense- ha sido el factor geopolítico más disruptivo para los mercados desde la década de 1970,” escribió Morse.
Y gracias en gran medida al esquisto estadounidense, la OPEP ha perdido su poder para fijar los precios.
La influencia del cártel se ha venido desvaneciendo durante años, y la revolución del shaleaceleró el proceso. En la actualidad la OPEP representa alrededor del 40% de la producción mundial de petróleo, frente al 60% en la década de 1970.
Estas nuevas realidades en el abasto del oro negro han impactado los mercados mundiales del petróleo. El precio ha descendido 60% desde junio, tocando niveles no vistos desde 2009 durante la Gran Recesión. Morse no cree que el petróleo vea una recuperación en forma de “V”, en su opinión es más probable una tipo “W”.
No se sabe bien a bien lo que significaría una menor influencia de la OPEP para los precios del petróleo.
En el pasado, la OPEP intervenía para evitar que el alza en el precio afectara la demanda y produjera una recesión económica en los países, pero también aumentaba artificialmente los precios en tiempos de menor actividad.
Es fácil prever el mayor papel que el libre mercado podría desempeñar en el futuro sin la injerencia de la Organización.
“Cada productor en Estados Unidos hará lo que sea mejor para su empresa, no lo que sea mejor para el petróleo”, dijo Brenda Shaffer, profesora de la Universidad de Georgetown que recientemente testificó ante el Congreso sobre seguridad energética.