Por JOE LEAHY Y JEREMY GRANT.
Dos compañías constructoras de buques y tres empresas brasileñas con accionistas japoneses fueron acusados de pagar sobornos en el escándalo de corrupción que involucra a Petrobras, la petrolera estatal de Brasil.
Es la primera vez que un grupo de inversores internacionales es vinculado al escándalo que amenaza con provocar la quiebra de la compañía más importarte de Brasil.
Pedro Barusco, ex director de Sete Brasil un grupo de leasing encargado de abastecer 29 plataformas perforación para Petrobras a través de constructoras navales realizó las acusaciones sobre los grupos de Singapur y Brasil cuando presentó sus declaraciones ante la policía federal.
Barusco señaló que las unidades de dos compañías de Singapur Keppel Corporation y Sembcorp Marine se encuentran entre las cinco constructoras navales que pagaban coimas para conseguir contratos, y también involucró a funcionarios de Petrobras y de Sete Brasil.
La declaración de Barusco, que admitió ser uno de los funcionarios de Sete Brasil que recibió pagos, quedó archivada en un tribunal de Brasil y fue dada a conocer por los medios de comunicación locales.
Las tres constructoras navales brasileñas mencionadas por Barusco son Estaleiro Atlântico Sul, cuyo 33% pertenece al astillero nipón JMU/IHI; Estaleiro Enseada do Paraguaçu, donde la japonesa Kawasaki es dueña de un 30%; y Estaleiro Rio Grande, que tiene entre sus accionistas minoritarios a JB Minovix, un consorcio de compañías japonesas que incluye a Mitsubishi Heavy Industries.
A las constructoras navales se les pedían coimas de 0,9% de los contratos con Sete Brasil, suma que se pagaba a un grupo que incluía a João Vaccari Neto, el tesorero del partido de los Trabajadores que es gobierno en Brasil, y a una serie de funcionarios de Petrobras y Sete Brasil, afirmó Barusco.
En afirmaciones ante la Bolsa de Valores de Singapur, Keppel Corporation aseguró que "rechaza" las acusaciones de que su unidad en Brasil, Keppel FELS Brasil, haya participado del escándalo en Petrobras. Sembcorpo Marine negó que su unidad, Jurong Aracruz Shipyard, hubiera efectuado pagos "ilegales".
Vaccari y el partido de los Trabajadores negaron haber recibido pagos ilegales o donaciones políticas. Sete Brasil afirmó que está recabando más información sobre la declaración de Barusco.
Odebrecht, accionista de Estaleiro Enseada do Paraguaçu, rechazó las acusaciones "difamatorias" y negó haber hecho desembolsos a funcionarios de Petrobras. "La compañía ni participa ni ha participado nunca en ningún tipo de cártel," dijo.
Un vocero que representa a los accionistas de Estaleiro Rio Grande no quiso hacer comentarios. Estaleiro Atlântico Sul tampoco respondió consultas.
Barusco declaró que las partes del supuesto esquema de sobornos habían acordado "que la división [del dinero] debía llevarse a cabo de la siguiente forma: dos tercios para João Vaccari; y un tercio para "Casa 1" y "Casa 2". Se supone que las dos "casas" eran funcionarios de Petrobras y Sete Brasil respectivamente.
El escándalo de corrupción está impidiendo que Petrobras presente sus cuentas auditadas, por lo que la compañía corre el riesgo de violar los convenios con los acreedores.
La presidenta Dilma Rousseff nombró el viernes a un nuevo presidente ejecutivo de Petrobras, Aldemir Bendine, en un intento de estabilizar el grupo petrolero.
Traducciones Mariana Inés Oriolo
Núcleo del mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, la utilización política de la petrolera semiestatal Petrobras por parte del Gobierno de Dilma Rousseff sería el principal problema para lograr atracción en los mercados, declaró en una entrevista con Sputnik Alex Luiz Ferreira.
"En algunos Gobiernos, las estatales brasileñas han sido usadas para cumplir objetivos de política económica contrarios a su función de mercado, por no hablar de la ocupación política de cargos técnicos y de la corrupción", aseguró Ferreira, Doctor en Economía Teórica de la Universidad de Sao Paulo, quien citó el reciente aumento del 8% en el precio de los carburantes como "ejemplo ilustrativo" de las contradicciones en Petrobras.
En este sentido, los argumentos para aplicar el aumento en las tarifas empleados por el Gobierno de Dilma Rousseff, accionista principal de Petrobras, fueron los 27.000 millones de reales (9.603 millones de dólares) que tendrá que recaudar para equilibrar sus cuentas y cumplir con los objetivos económicos de 2015.
"Estas interferencias además de perjudicar el desempeño de la empresa, el volumen y el precio del petróleo producido en el país, ahuyentan a los posibles inversores y causan una gran pérdida en el valor de la empresa", concluyó.
El pasado 6 de febrero, el nombramiento del expresidente del Banco de Brasil y hombre de confianza de Dilma Rousseff, Aldemir Bendine, como nuevo presidente de Petrobras fue recibido con pérdidas de hasta un 11% de las acciones de la petrolera en la Bolsa de Sao Paulo.
Núcleo del mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, la utilización política de la petrolera semiestatal Petrobras por parte del Gobierno de Dilma Rousseff sería el principal problema para lograr atracción en los mercados, declaró en una entrevista con Sputnik Alex Luiz Ferreira.
"En algunos Gobiernos, las estatales brasileñas han sido usadas para cumplir objetivos de política económica contrarios a su función de mercado, por no hablar de la ocupación política de cargos técnicos y de la corrupción", aseguró Ferreira, Doctor en Economía Teórica de la Universidad de Sao Paulo, quien citó el reciente aumento del 8% en el precio de los carburantes como "ejemplo ilustrativo" de las contradicciones en Petrobras.
En este sentido, los argumentos para aplicar el aumento en las tarifas empleados por el Gobierno de Dilma Rousseff, accionista principal de Petrobras, fueron los 27.000 millones de reales (9.603 millones de dólares) que tendrá que recaudar para equilibrar sus cuentas y cumplir con los objetivos económicos de 2015.
"Estas interferencias además de perjudicar el desempeño de la empresa, el volumen y el precio del petróleo producido en el país, ahuyentan a los posibles inversores y causan una gran pérdida en el valor de la empresa", concluyó.
El pasado 6 de febrero, el nombramiento del expresidente del Banco de Brasil y hombre de confianza de Dilma Rousseff, Aldemir Bendine, como nuevo presidente de Petrobras fue recibido con pérdidas de hasta un 11% de las acciones de la petrolera en la Bolsa de Sao Paulo.