Por Valeria Román.
El próximo año, China empezará controlar las sondas robóticas que manda a la Luna desde una estación terrena de apoyo en la Argentina. Esta instalación se empezó a construir a principios del año pasado en el sitio de Bajada del Agrio, en el centro de la provincia de Neuquén. Se construyó a partir de un acuerdo entre el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a través de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), y la agencia espacial china.
Si bien se aclaró que la estación funcionará con una antena de 35 metros de diámetro para recibir la información enviadas por las sondas robóticas, legisladores de la oposición y expertos en temas espaciales extranjeros temen que se permita la presencia de militares chinos en el territorio argentino.
La construcción de la estación en Neuquén partió de la necesidad de China para seguir desarrollando un ambicioso plan de exploración espacial, que compite con los programas de los Estados Unidos y Rusia. Ya China tiene dos estaciones en su propio territorio, pero necesita otra más para hacer el monitoreo desde el hemisferio sur de las sondas que enviará próximamente.
China ya fue capaz de enviar a su primer astronauta al espacio exterior, el piloto militar Yang Liwei, con tecnología propia. Está construyendo su propia estación espacial orbital. Desde 2007, lanzó dos naves para orbitar la Luna, una tercera que aterrizó en el satélite natural de la Tierra y una cuarta que permitió demostrar que podían manejar la reentrada de la cápsula al planeta. Europa ha colaborado con las misiones robóticas de China a través de su estación de apoyo en la Guyana Francesa.
En los próximos cinco años, China lanzará otras tres misiones no tripuladas, que incluyen tomar muestras del suelo lunar. Dentro de 10 años intentará poner astronautas en la Luna, donde se estima que hay reservas del gas helio-3 que podría reemplazar al petróleo. Rusia, Estados Unidos, y la India también desarrollan sus propias misiones a la Luna. En el contexto de esa carrera por explorar la Luna, se ubica la construcción de la estación de apoyo en Neuquén. El lugar elegido en Bajada del Agrio, a 280 kilómetros de la capital provincial, fue seleccionado después de que se evaluaron 8 sitios en distintas provincias argentinas y en Chile.
Al permitir la construcción de la estación, el gobierno provincial cedió 200 hectáreas en comodato a la CONAE, que está bajo la órbita del Ministerio de Planificación. A su vez, la CONAE firmó un acuerdo por el cual el gerenciamiento de la estación durante 50 años estará a cargo del Control General de Monitoreo y Lanzamiento Satelital de China, que depende del Departamento General de Armamentos. La construcción implicará una inversión de US$ 300 millones.
A cambio del manejo de la estación por parte de China, la agencia espacial argentina accederá al 10% de tiempo de uso de la antena para llevar a cabo investigación científica y de cooperación internacional. Desde la agencia espacial argentina siempre se insistió con que el funcionamiento de la estación “tiene fines pacíficos exclusivamente”.
En diciembre pasado, el Senado aprobó por mayoría la exención de pago de impuestos aduaneros para que los equipamientos que traigan los chinos. “Se habían evaluado otros sitios de Argentina y de Chile, pero se eligió el de Neuquén porque resultará de baja interferencia. Cuando esté operando, la estación terrena será gerenciada por científicos civiles y sumará a la Argentina a la exploración de la Luna”, dijo a Clarín Ruperto Godoy, senador kirchnerista por la provincia de San Juan, que impulsó el proyecto de la exención impositiva como presidente de la comisión de relaciones exteriores y culto. El 25 de febrero, el oficialismo intentará convertir la exención impositiva en ley.
Ya hay en el país hay antecedentes de otras instalaciones científicas en cooperación con otras naciones. En Malargüe, Mendoza, funcionan tanto el Observatorio de rayos cósmicos Pierre Auger (una colaboración entre 18 países, incluyendo Estados Unidos, Vietnam, México, y Brasil) como la Estación de monitoreo satelital, que sigue misiones de la Agencia Espacial Europea y de la NASA. Ahora hay legisladores opositores con temor por la posibilidad de que haya militares chinos en la estación en Neuquén. “Durante el tratamiento de la exención impositiva, pedimos que se aclarara que no iban a incluir militares dentro de la estación, pero el oficialismo no lo hizo”, advirtió el senador Juan Carlos Marino, del bloque de la UCR y de la provincia de La Pampa, quien considera que el acuerdo significó “una pérdida de soberanía para la Argentina”. La CONAE no contestó ayer a Clarín sobre la posibilidad de la presencia de militares chinos en la estación.
Consultado por Clarín, el doctor John Hickman, investigador en temas de política espacial del Colegio Berry de los Estados Unidos, opinó: “Los programas civiles y militares en cada uno de los poderes espaciales están vinculados, pero en ninguno tanto como en el de China. Toda instalación espacial china es efectivamente una instalación militar”. Además, el experto agregó: “La estrategia geopolítica china incluye esfuerzo para atraer aliados subordinados, y la cooperación en el espacio es parte de esa búsqueda”.