Por Lucía Salinas.
La adjudicación de obra pública fue el medio por el cual Lázaro Báez llegó a manejar miles de millones de pesos del Gobierno. Fue también la excusa para “fundar” diferentes constructoras, pero es el objeto central de diferentes denuncias que van desde lavado de dinero hasta evasión fiscal, asociación ilícita y sobreprecio. Pese a este complejo escenario judicial que rodea al empresario K, dos meses antes de ser llamado a indagatoria por el juez Sebastián Casanello el 13 de marzo, el Estado nacional le garantizó obras por más de $220 millones para estos próximos meses.
Como un discurso contradictorio, en los pasillos de Austral Construcciones se repite con preocupación entre los empleados, que los números están “siempre en rojo”. Por otro lado, fuera de las oficinas de la constructora, en otro punto de la ciudad de Río Gallegos, en las instalaciones de Kank y Costilla S.A, se acomodan a las nuevas obras adjudicadas por Vialidad Nacional. La firma es dirigida por Martín Báez, el mayor de los hijos varones del socio del matrimonio Kirchner, imputado además en la causa por lavado dinero.
Rodeado de denuncias y sospechas, Austral ya no puede presentarse a nuevas licitaciones en el terruño presidencial. La empresa insignia que supo ganar $24.500 millones en obra pública, está investigada por lavado de dinero desde 2013 y se acusó en Santa Cruz a la constructora de ser utilizada para “actos de corrupción” con obras que presentan un 35% de sobreprecio, según denunció el ARI-CC provincial.
Recientemente, la diputada nacional del GEN Margarita Stolbizer denunció a Austral por el uso de facturas apócrifas “para justificar y respaldar costos inexistentes que servía para resguardar o encubrir sobreprecios de obra pública que luego se destinaría a operaciones de lavado de dinero”, detalla el texto presentado en el Juzgado N° 7.
“La empresa no puede presentarse a nada más, los bancos privados le pidieron que cierre sus cuentas por estar investigada”, señaló una fuente del área contable de la constructora. Pero no todo está perdido porque el empresario comenzó a recibir nuevas obras por medio de Kank y Costilla S.A.
Los primeros días de diciembre por una suma de $8.475.383,55 la firma encabezada por Martín Báez, ganó una licitación que su padre dejó inconclusa en 2006. Se trata de la puesta en funcionamiento de 81 postes SOS instalados en las rutas 3, 40, 281 y 288 en Santa Cruz. Pese a que Báez no finalizó la obra el Gobierno se la reotorgó a otra de sus firmas.
Semanas previas a esta adjudicación, la foto mostraba a la ministra Alicia Kirchner en un acto en Río Gallegos, entregándole al hijo de Báez el convenio por el cual -una vez más- a Kank y Costilla se le otorgaba una licitación (50/14) por $ 216.489.537 para pavimentar cien cuadras de la capital santacruceña. La empresa tuvo que solicitar un préstamo por $ 104.959.900 para presentarse a estas licitaciones.
Por fuera de estas nuevas licitaciones, Santa Cruz recibirá este año, de la partida de Vialidad Naciona $1.951 millones para rutas y caminos. La mayoría son obras plurianuales que en un 70% están en manos de Báez. Esto le garantiza aún, ingresos por certificaciones de obra que llegaron a ser de $60 millones por mes en su mejor momento.
Entre la ayuda del Gobierno al empresario K, está Nación Fideicomiso que se convirtió en base de respaldo económico. “Desde 2013 a la fecha recibió por medio de dicha entidad $ 22.083.626,43 , con esto transfiere los certificados de obra y evitan embargos a Austral”, denunció Mariana Zuvic (ARI-Cc) en diálogo con Clarín.
A 3.400 kilómetros de Río Gallegos, Báez además busca fortalecer otra de sus empresas para seguir ganando obras fuera del foco de denuncias. En Chaco opera a través de “Sucesión Anselmo Biancalani” con la que el último tiempo ganó obras por $175 millones.