Las centrales termoeléctricas ubicadas en el Norte Chico están afrontando complicaciones, y un buen ejemplo de ello es la caída en la generación bruta aportada por las cuatro unidades Guacolda, de AES Gener.
En el último año, todas ellas han disminuido su inyección al Sistema Interconectado Central (SIC), siendo la segunda unidad la que muestra el principal retroceso: pasó de aportar 108.107 MWh en enero de 2014 a inyectar 58.093 MWh en el mismo mes de 2015, lo que significa una caída de 46%, según datos del CDEC-SIC.
Y la causa de ello es clara. En el último año las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) han entrado al sistema con fuerza. Actualmente hay 2.052 MW de estas fuentes operando en Chile, y existen proyectos por 1.282 MW en construcción. El 76% corresponde a energía solar, según datos de Acera.
Francisco Aguirre Leo, director ejecutivo de Electroconsultores, explica que la fuerte reducción de producción de Guacolda se da porque el sistema eléctrico está altamente ocupado con centrales fotovoltaicas y eólicas a las horas que estas pueden producir, es decir, durante el día. Y así lo avala María Isabel González, gerenta general de Energética: "En las horas de sol Guacolda opera a mínimo técnico, que corresponde a la menor capacidad que puede generar, y ello porque su energía se requiere para las horas sin sol", comenta.
Este tipo de ERNC son intermitentes, es decir, no producen energía las 24 horas del día debido a su bajo factor de planta. Por tanto, centrales como Guacolda deben operar con el menor nivel de producción de sus cuatro unidades instaladas para ayudar a que la producción ERNC pueda generar su energía barata.
Sin embargo, Aguirre Leo advierte que de seguir estos fuertes incrementos de producción "se producirá algo indeseable para las ERNC, pues entrarán en una especie de vertimento -término que usamos para el exceso de hidroelectricidad por mucha lluvia-, porque el CDEC-SIC no puede reducir más los aportes de las centrales técnicamente eficientes como Guacolda, pues el sistema tiene un factor de carga superior a 80% y las ERNC no son capaces de dar esa producción las 24 horas del día", dice.
Agrega que, además, esto arrastra un fenómeno económico negativo para todas aquellas ERNC que no tienen contrato y deben vender su producción al mercado spot con valores casi cero o muy bajos durante largas horas, lo que complica su viabilidad económica a largo plazo, puntualiza.
Escenario insostenible
La menor utilización y producción de centrales como Guacolda tiene como consecuencia una menor rentabilidad para la empresa y mayores costos técnicos para operar en sus puntos ideales, dice Aguirre Leo. Este escenario afecta la evaluación de factibilidad económica de otros proyectos eficientes en la zona. Hace dos semanas Endesa declaró que paralizaba su inversión en Punta Alcalde, central de 740 MW de capacidad.
"Esta situación de mercado, contrariamente a lo que muchos piensan, la causan los efectos negativos y de probable mayor costo sistémico que introducen las renovables intermitentes, que efectivamente son más baratas, pero solo por una fracción del tiempo que necesita el país para mantener sus niveles de productividad minera, industrial y doméstica", dice Aguirre Leo.
El ingreso de ERNC ha sido de tal magnitud, que la industria proyecta un adelanto de cinco años en la meta del Gobierno de lograr que, a 2020, el 20% de la matriz se explique por este tipo de generación, que hoy solo representa un 10,5%.