El sólido informe de empleo de enero en Estados Unidos resalta un dilema que enfrentan los funcionarios de la Reserva Federal en momentos en que entran en un tramo crítico en sus deliberaciones sobre política monetaria: ¿Hasta dónde pueden dejar que se recaliente el mercado de trabajo antes de empezar a subir las tasas de interés de corto plazo?
El mercado laboral ha demostrado en los últimos meses un vigor que no se había visto en más de una década, pero la economía está emitiendo pocas señales evidentes de presión salarial o de inflación a veces asociadas con tal dinamismo.
La fortaleza del mercado laboral da a los funcionarios fundamentos para considerar un alza de las tasas de interés a corto plazo para evitar que la economía se recaliente, pero el bajo crecimiento de los salarios y la inflación sugieren que tal sobrecalentamiento no está cerca y también les ofrece razones para esperar.
Janet Yellen, presidenta de la Fed, tiene en las próximas semanas un calendario público cargado que le permitiría dar nuevas pistas sobre su pensamiento acerca de este escenario económico mixto. La funcionaria debe presentar su informe de política monetaria semestral al Congreso el 24 y 25 de este mes. El 18 de marzo, la Fed va a celebrar un encuentro de política monetaria y después dará una conferencia de prensa.
En esas dos ocasiones, Yellen y sus colegas tendrán que sopesar si abren formalmente la puerta a posibles aumentos de tasas de interés en junio. Los funcionarios de la Fed han dicho, en su mayoría, que esperan comenzar a subir este año la tasa de referencia de corto plazo, que hoy es de casi cero, y varios de ellos han apuntado a mediados de año como un tiempo probable para el despegue.
Por ahora, muchos están buscando maneras de maximizar su flexibilidad. “Creo que todas las posibilidades deben permanecer abiertas a partir de junio”, dijo el viernes en un discurso el presidente de la Fed de Atlanta, Dennis Lockhart. “En este momento no tengo una predicción o preferencia”.
La contratación neta de nuevos empleados en el período de noviembre a enero superó el millón de personas, para alcanzar su ritmo más rápido en un lapso de tres meses desde 1997. La tasa de desempleo, aunque subió levemente en enero, ha caído a 5,7% desde 6,6% hace un año y 8% hace dos años. Aun así, la inflación se ha quedado por debajo de la meta de la Fed de 2% anual durante 32 meses consecutivos. Y los salarios, aunque muestran algunos destellos de avivamiento, no están subiendo al ritmo que lo hacían antes de la recesión.
En el corazón del desafío que enfrenta la Fed está la noción económica de que en el corto plazo hay una compensación entre el desempleo y la inflación. A una cierta baja tasa de desempleo, dice ese pensamiento, la holgura en el mercado laboral desaparece; si el desempleo se ubica por debajo de ese punto, los salarios y las presiones inflacionarias empiezan a crecer a medida que las empresas compiten por una menguante disponibilidad de trabajadores.
Los economistas llaman a ese punto de corte “tasa de desempleo no inflacionaria”, o también “tasa natural” de desempleo, en el cual la inflación se mantiene estable en el largo plazo.
El problema es que nadie sabe cuál es el punto de corte. Los economistas simplemente lo estiman.
En su reunión de diciembre, funcionarios de la Fed estimaron que esta tasa se sitúa entre 5,2% y 5,5%. El desempleo en enero, de 5,7%, se sitúa cerca de la parte superior de ese rango.
Sin embargo, la estimación de la baja tasa de desempleo puede resultar imprecisa y oscila dependiendo de lo que suceda en la economía. En las primeras etapas de la crisis financiera, funcionarios de la Fed estimaron que la tasa de desempleo podría bajar a entre 4,8% y 5% sin generar inflación. Hace un año, algunos funcionarios pensaron que el límite superior del rango podría ser tan alto como 5,8%.
Ante la ausencia de reglas establecidas y confiables, funcionarios de la Fed están atentos a los aumentos salariales, que han sido lentos a lo largo de la recuperación. Los responsables de la política monetaria quieren que los ingresos repunten, lo que sería una señal de que la economía está a punto de pleno empleo, pero no tanto como para que la economía se recaliente y la inflación se descontrole.
David Stockton, investigador principal en el Instituto Peterson de Economía Internacional y ex jefe de la división de estudios de la Fed, dijo que en informes recientes ha visto señales de que los salarios estarían en proceso de fortalecimiento. El salario promedio por hora de los empleados del sector privado aumentó 2,2% en enero respecto del mismo mes del año anterior. Ese valor se ubica en el extremo superior de su rango en el último año, aunque todavía es modesto y se sitúa por debajo del ritmo que se registró durante los auges de mediados de la década de 2000 o finales de 1990.
Otras mediciones del ingreso de los trabajadores, incluyendo un informe del Departamento de Trabajo de principios de mes sobre la remuneración total de los asalariados, han subido aún más.
“Creo que estamos viendo los primeros indicios de que algo comienza a suceder en el frente salarial”, dijo Stockton. La Fed, agregó, probablemente podría permitirse el lujo de dejar que la tasa de desempleo siga cayendo debido a que otros factores, como la caída de los precios del petróleo y un dólar fuerte, están conteniendo la inflación.
Algunos economistas dudan que la disyuntiva entre el desempleo y la inflación sea tan fuerte. La lógica de tal compensación falló durante la recesión de 2007-2009. La tasa de desempleo se disparó pero la inflación no cayó tanto como muchos modelos económicos predecían. La relación se rompió durante la década de los 70, cuando tanto la inflación como el desempleo se dispararon, y durante la década de los 90, cuando ambas tasas eran bajas. Las explicaciones del por qué varían.
Otro reto que complica la evaluación de la Fed: las mediciones convencionales de desempleo podrían no tener en cuenta desarrollos importantes en el mercado de trabajo.
“La mejora del empleo... puede ser menor de lo que parece”, dijo Lockhart el viernes. “Todavía hay casi 7 millones de trabajadores que figuran como empleados que dicen que están trabajando involuntariamente a tiempo parcial”.
Funcionarios de la Fed debaten si la tasa natural de desempleo es más baja de lo que se pensaba. Un estudio realizado por economistas de la Fed de Chicago encontró que el envejecimiento de la fuerza laboral podría estar aumentando la capacidad de la economía para soportar un bajo nivel de desempleo sin generar inflación. Eso es porque los trabajadores de mayor edad tienden a tener tasas de desempleo más bajas que los trabajadores más jóvenes.
Si llega a la conclusión de que la economía es capaz de soportar una tasa de desempleo más baja, la Fed podría concluir que deben esperar más tiempo antes de elevar las tasas de interés. La entidad actualizará sus estimaciones de la tasa natural en su reunión de política de marzo.
Eric Rosengren, presidente de la Fed de Boston, dijo el mes pasado en una entrevista con The Wall Street Journal que estaba pensando en revisar a la baja su estimación y sospecha que sus colegas están “haciendo el mismo ejercicio”.
Sin saber cuán bajo pueden dejar que caiga la tasa de desempleo, algunos funcionarios de la Fed quieren mantener sus opciones abiertas mientras se preparan para la reunión de marzo.
La Fed ha dicho que será “paciente” en su decisión de cuándo comenzar a subir las tasas de interés de corto plazo. Yellen dijo que el uso de esa palabra significaba que los funcionarios probablemente no subirían las tasas en las próximas dos reuniones de política. Si excluyeran la palabra “paciente” de la declaración de marzo, ello indicaría que podrían tomar su decisión en junio, pero tampoco habría garantías de que eso fuera así.
El informe de empleo de enero refuerza las probabilidades de que funcionarios de la Fed alteren o descarten en la reunión de marzo la promesa de ser pacientes.
“Yo eliminaría [la palabra pacientes] para tener opciones”, dijo James Bullard, presidente de la Fed de St. Louis, en un panel a principios la semana pasada. “Esto no quiere decir que vayamos a hacer nada”.