Viejos desencuentros institucionales, algún rencor personal no asumido y la silenciosa presión de un gobierno que detesta los frentes corporativos sin fisuras explotaron, todos al mismo tiempo, esta semana en el seno de la Unión Industrial Argentina (UIA) como consecuencia del pacto comercial firmado entre el país y China.
Las turbulencias, que llegan con bastante retraso, días antes de que el acuerdo pueda convertirse en ley, detonaron ayer, con un duro reproche que Juan Carlos Lascurain, vocal de la UIA, hizo a sus pares por haber criticado la iniciativa en un documento. Acusó a la entidad de estar "manejada por 5 o 6 personas con intenciones políticas" y calificó de "xenófobo" el cuestionamiento a que trabajadores chinos puedan aquí comprar tierras.
Le respondió Héctor Méndez, líder de la UIA, que lo acusó de recibir favores del Gobierno y de no hablar por sí mismo, sino "por orden de algún funcionario".
Los industriales se oponen a los acuerdos, que tienen media sanción y serán discutidos para ser refrendados el 25 de este mes en la Cámara de Diputados, por motivos estructurales. Dicen que, a cambio de un puñado de dólares que entrará este año para aliviar las reservas del Banco Central a través del swap de monedas, Cristina Kirchner ha decidido comprometer el futuro de la industria local, porque esos convenios tienen cláusulas que les permiten a las empresas chinas adjudicarse obras de manera directa sólo con proveer el financiamiento y que, además, incluyen puntos decisivos que se desconocen.
Lascurain tiró la bomba ayer al mediodía, durante una conversación telefónica con el programa Levantate, que se emite por Radio Cooperativa. Allí, el representante de la Asociación de Industrias Metalúrgicas (Adimra) volvió a argumentar que elementos como la construcción de centrales nucleares eran puntos positivos del acuerdo y cuestionó el crítico informe que la UIA difundió el lunes. "Hay un grado de apresuramiento y, después, hay intencionalidades políticas", empezó, e inmediatamente aludió a José Ignacio de Mendiguren, secretario de la entidad fabril y legislador del massismo, que había criticado la medida del Gobierno en columnas publicadas en la nacion, Clarín y El Cronista Comercial.
"No es una casualidad que, unos días antes, haya salido un artículo del secretario general, que es diputado del Frente Renovador, y el lunes, cuando estaba la misión allá [en China], un análisis que han hecho que, en algunos casos, llama poderosamente la atención, ¿no? Porque pone como una cuestión que es risueña, ¿no?, es risueña, por eso lo menciono, podemos profundizar en otras cosas, pero dice: «Van a venir trabajadores chinos que hasta pueden comprar tierras en la Argentina». Digo: la verdad es que pareciera una cosa bastante xenófoba, ¿no? ¿Realmente no pensaron que puede tener esa apreciación? ¿Si fueran italianos dirían lo mismo? ¿Si fueran españoles?"
El industrial metalúrgico objetó entonces que la UIA no hubiera consultado a todos sus integrantes antes de emitir el análisis. "Es una posición que no ha contemplado a todos los socios", dijo, y agregó: "Acá se marca claramente que la UIA responde a los intereses de algunos y no de todos. La UIA se sigue manejando con un grupo de cinco o seis personas con intereses muy marcados; algunos son intereses políticos y otros son otro tipo de intereses".
Estas palabras provocaron la inmediata reacción de varios dirigentes fabriles. Por ejemplo, de Héctor Méndez, presidente de la UIA, que le contestó con igual aspereza. "Seguramente acá, en este grupo, puede haber opositores o no -dijo, consultado por la nacion-. Lo que hace él seguramente es oficialista. Los beneficios que tienen algunos son prebendarios: las Aduanas que cierran para no competir, las adjudicaciones de la obra pública sin licitación, el crecimiento descomunal de algunos que ni siquiera tenían compañías, subsidios directos, créditos subsidiados. Están tan comprometidos que eso le quita objetividad a lo que dicen. Yo me refiero en particular al que hizo la declaración. Seguramente sus palabras no son propias, sino que están mandadas a decir por el poder político."
Mendiguren fue menos duro, pero también defendió la posición de la UIA y negó las acusaciones a la conducción. "¿Así que a la UIA la manejan seis personas? Mal puede decir eso una persona que está en el comité ejecutivo con tres personas de Adimra y nunca va. Hay que dar la pelea desde adentro. El convenio no es ni oficialista ni opositor: nosotros siempre defendimos los intereses del desarrollo nacional. Y hay un acuerdo marco ambiguo, con enormes imprecisiones, que permite adjudicación directa e incluye convenios secretos que no se conocen. Eso no es ni oficialista ni opositor: es la realidad de la industria hoy. Hay industriales metalúrgicos, como los de Córdoba o los de Mendoza, que tienen la misma percepción que la UIA. A mí lo que me llama la atención es haber tenido un plan ferroviario, haber ido a inauguraciones y, después de 11 años, terminemos comprando vagones y hasta los durmientes de China."
La UIA acaba de convocar a una reunión el martes próximo para discutir estas cuestiones. Más allá de las diferencias de fondo, a algunos directivos les molestó que el informe dado a conocer el lunes hubiera sido difundido como un documento aprobado por todos, cuando en realidad era sólo un análisis interno de los convenios con China, el mismo que se les estaba enviando a las cámaras integrantes de la entidad fabril.
Ésta es la postura de José Urtubey, accionista de Celulosa Argentina y uno de los vicepresidentes de la UIA. "Comunicado no hubo, lo que hubo es un informe técnico interno que, como cualquier informe, está sujeto a aprobación. Una vez que pasa eso, puede haber comunicado", dijo, y evitó ser categórico sobre la cuestión de fondo: "A mí me parece interesante que existan misiones comerciales. Pero el resultado de esta misión va a ser analizado en la reunión del martes. La prioridad tiene que ser el desarrollo de la industria nacional, la sustitución de importaciones, y después viene la complementariedad".
ENFRENTADOS POR UNA DECISIÓN OFICIAL
JOSÉ I. DE MENDIGUREN. Secretario de la UIA
"¿Manejan la UIA 6 personas? Mal puede decir eso una persona que está en el comité y no va nunca"
JUAN C. LASCURAIN. Vocal de la UIA
"La UIA sigue manejada por 5 o 6 personas con intereses muy marcados. Algunos son intereses políticos"
HÉCTOR MÉNDEZ. Presidente de la UIA
"Lo que hace él es oficialista. Los beneficios de algunos son prebendarios. Sus palabras están mandadas".
Los acuerdos firmados entre Argentina y China generaron roces en el seno de la Unión Industrial Argentina (UIA). La entidad emitió el pasado miércoles un documento en el que rechazaba el intercambio negociado entre ambos países, Pero uno de sus vocales, Juan Carlos Lascurain apuntó contra la conducción a la que acusó de tener "una clara identificación opositora".
Tras las declaraciones publicadas por Tiempo Argentino, llegó la respuesta de Héctor Méndez, líder de la UIA, que lo acusó de recibir favores del Gobierno y de hablar "por orden de algún funcionario".
El directivo de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra) había ido más lejos en su acusación, dijo que a la UIA "la maneja un grupo de seis personas".
En su descargo, Méndez afirmó que el acuerdo con China "contiene cláusulas de enorme riesgo para el desarrollo argentino". El secretario de la organización y también diputado por el Frente Renovador José Ignacio de Mendiguren también había rechazado los convenios con China.
Al respecto, Lascurain, quien fue presidente de la UIA entre 2007 y 2009, señaló que "hay un grado de apresuramiento y también hay intencionalidad política. No es casualidad que haya salido la semana anterior un artículo del secretario general de la UIA y que es diputado del Frente Renovador (José Ignacio de Mendiguren), y que luego, cuando estaba la misión allá, apareciera un análisis que hizo la conducción de la UIA. Llama poderosamente la atención, porque pone como una cuestión a debatir algo risueño como es que van a venir trabajadores chinos que hasta van a poder comprar tierras".
Lascurain calificó esta posición de la central fabril como "xenófoba” y acusó: “Realmente no pensaron los alcances que podía tener esa apreciación, porque si fueran italianos o españoles, ¿dirían lo mismo?".
La UIA acaba de convocar a una reunión el martes próximo y se da por descontado que se retomarán estos cruces.
Los acuerdos firmados entre Argentina y China generaron un fuerte cruce en el seno de la Unión Industrial Argentina (UIA) que se debatirá mañana martes en la reunión de su comité ejecutivo. La entidad emitió el pasado miércoles un documento en el que rechazaba el intercambio negociado entre ambos países. Pero uno de sus vocales, Juan Carlos Lascurain, que representa a los industriales metalúrgicos, apuntó contra la conducción a la que acusó de tener “una clara identificación opositora”. Y afirmó que a la UIA “la maneja un grupo de seis personas”.
La réplica por parte del presidente de la entidad, Héctor Méndez, no se hicieron esperar. No solo acusó a Lascuarin de “recibir favores del Gobierno y de hablar por orden de algún funcionario”. También y en lo que fue un tiro por elevación a la Casa Rosada dijo que “hace diez años que hay una economía de amigos”. Su mención fue en obvia referencia al “capitalismo de amigos” que denunció Roberto Lavagna a fines de 2005 cuando dio el portazo y renunció como ministro de Economía de Néstor Kirchner.
También ayer José de Mendiguren señaló a Clarín: “Nosotros no estamos en contra de un acuerdo con China. Nos oponemos a las concesiones otorgadas en este convenio. China tiene dos maneras de negociar, Una es con países serios como Brasil o Europa donde hay acuerdos pero no contemplan la adjudicación directa de las obras, ni el ingreso de trabajadores o la importación sin límite de productos chinos, Otros convenios son los que permiten ese tipo de ventajas con países a los que los chinos consideran de segunda. A juzgar por este convenio hemos negociado como un país de segunda”, dijo.
Méndez afirmó por su parte que el acuerdo con China “contiene cláusulas de enorme riesgo para el desarrollo argentino”. Lo cierto es que mañana se debatirá en la habitual reunión del Comité Ejecutivo de la entidad el convenio que también generó críticas de industriales metalúrgicos como los de la sede Mendoza.
Lascurain, que rara vez asiste a las reuniones de la entidad y estuvo por retirar a su cámara de la UIA, señaló: “Realmente no pensaron los alcances que podía tener esa apreciación sobre el acuerdo con China, porque si fueran italianos o españoles, ¿dirían lo mismo?”, aguijoneó.
El empresario, quien fue presidente de la UIA entre 2007 y 2009, señaló que “hay un grado de apresuramiento y también hay intencionalidad política. No es casualidad que haya salido la semana anterior un artículo del secretario general de la UIA y que es diputado del Frente Renovador (José de Mendiguren), y que luego, cuando estaba la misión allá, apareciera un análisis que hizo la conducción de la UIA. Llama poderosamente la atención, porque pone como una cuestión a debatir algo risueño como es que van a venir trabajadores chinos que hasta van a poder comprar tierras. Es una posición xenófoba”, acusó.
Lo cierto es que los 15 convenios firmados por Cristina en Beijing y que van desde la energía atómica a represas hidroeléctricas, pasando por satélites, implican US$ 30.000 millones, que heredará como deuda el próximo gobierno.
Por Ariel Maciel.
El Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina se reunirá mañana para analizar los resultados del viaje a China, el avance del proyecto legislativo por el convenio marco con el gigante asiático y la durísima pelea que se desató en la entidad fabril. Allí estarán presentes los que estén en la Capital Federal debido a que el cónclave fue convocado de urgencia ya que no estaba en agenda inmediata.
Varios dirigentes fabriles llegarán con información y con varios reclamos. Sucede que varios empresarios se sorprendieron por la publicación del documento interno que alertaba sobre los riesgos del acuerdo, que tomó estado público en pleno viaje a China junto a la presidenta Cristina Kirchner.
Aunque el clima tendrá una tensión máxima por el cruce de declaraciones entre empresarios, que incluyó a vocales, vicepresidentes y hasta al presidente Héctor Méndez. Existe un fuerte temor de un tembladeral que exceda las diferencias que existen de miradas sobre la industria y que el quiebre esté a la vuelta de la esquina.
De hecho, algunos dirigentes se mostraron molestos por el adelanto que realizó BAE Negocios la semana pasada sobre el ascendente conflicto interno. Esa situación quedará expuesta en la mesa ampliada de la UIA.
Uno de los que quedó en el centro de la escena fue el secretario José Ignacio De Mendiguren, quien criticó el acuerdo con China. Algunos de sus pares en la UIA lo acusan de haber “operado” la publicación del informe técnico de la semana pasada.
En declaraciones a este diario, Mendiguren afirmó que el conflictivo informe fue aceptado de manera unánime por todos los integrantes de la entidad fabril. “A quién se le ocurre que la UIA puede aprobar un documento que contenga posibilidades de desindustrializar al país”, enfatizó.
“Yo fui uno de los creadores del relato pero la realidad se impone. Pero puedo creer en las promesas de (ministro de Planificación Federal) Julio De Vido que no se va a imponer esas partes del acuerdo pero si luego llega a la administración (Mauricio) Macri, le dejás el arma cargada a la derecha”, se quejó.
El también diputado nacional del Frente Renovador llamó a “debatir en concordia entre todos el tema para bien de los industriales y del país” y evitó cruzar las declaraciones que lo acusaron por intencionalidades políticas. “China es una oportunidad histórica que hay que aprovecharla pero sin perder la cordura ante la necesidad”, afirmó.
De Mendiguren no estará presente en la reunión de Comité por estar fuera del país. Pero no será el único ausente. Será un encuentro con cruce de ánimos aunque el vicepresidente José Urtubey, directivo de Celulosa Argentina, aclaró que habrá un diálogo sobre todos los puntos pero “con un diálogo para que el análisis sea productivo”.
El descontento de varios dirigentes UIA con el referente de los industriales metalúrgicos de ADIMRA, Juan Carlos Lascurain, es evidente. Sucede que el integrante de la Mesa Ejecutiva dijo que “hay un grado de apresuramiento y, después, hay intencionalidades políticas” sobre la publicación del documento.
Algunos empresarios consideraron que fue errónea la negociación con China sin la sociedad estratégica de Brasil. Pero se espera que en el encuentro del martes haya un punto de acuerdo para evitar la fractura de la principal entidad fabril del país.