La fiscal Viviana Fein, a cargo de la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman, esperaba contar ayer con la declaración testimonial del ex agente de contrainteligencia, Antonio “Jaime” Stiuso. Debió conformarse, por ahora, con una entrevista con su abogado, Sebastián Blanco Bermúdez. Pero Stiuso no es la única línea de su investigación y ayer Fein ordenó allanar una caja de seguridad del fiscal que estaba vacía y adelantó que la semana próxima estarán los resultados de barrido electrónico.
Fein había decidió llamar a Stiuso después de conocer el listado de llamadas entrantes y salientes al teléfono Nextel de Nisman. En esos registros aparecía uno de los número de la flota de más de cien móviles con los que cuenta el ex director General de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI). Ayer, el abogado de Stiuso aseguró que su cliente no tenía inconveniente en declarar, pero por la ley de inteligencia, no podía hacerlo hasta tanto la SI no lo relevara de guardar secreto.
Por otra parte, la fiscal adelantó que recién a finales de la semana que viene se conocerá el resultado del segundo examen de barrido electrónico para saber si Nisman pudo o no haber tenido restos de pólvora en su mano. La fiscal informó que el lunes, el secretario de la Fiscalía, Bernardo Chirichella, “se trasladará a la ciudad de Salta preservando la cadena de custodia del material a peritar en el nuevo estudio microscópico de barrido electrónico” y precisó que el resultado se conocería 72 horas después.
Otros de los exámenes clave para intentar desentrañar lo que pasó con el fiscal que denunció a la Presidenta Cristina Kirchner de encubrimiento en la causa AMIA, son los estudios toxicológicos e histopatológicos. Esos resultados, se había informado desde la fiscalía, estarían listos esta semana, pero ayer se aclaró que estarán recién el 18 de febrero, un mes después de la muerte del fiscal.
Según informó la funcionaria judicial, el examen histopatológico se “está llevando a cabo con la participación de los doctores (Osvaldo) Raffo y (Julio) Ravioli”, los peritos designados por la querellante, la jueza federal y ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado. Al tener ya definido los peritos, staff que integra también el ex jefe de la Policía Bonaerense, Daniel Salcedo, comenzarán “los peritajes que llevará a cabo la División de Apoyo Tecnológico de la Policía Federal sobre los teléfonos celulares, tablets y otros dispositivos” que pertenecieron a Nisman.
Además, Fein supo que fueron tres los efectivos de la Federal que esperaron a Nisman en el aeropuerto de Ezeiza cuando volvió de Europa. Se lo informó el jefe de la División Seguridad y Custodia del Ministerio Público Fiscal y de la Defensa de la Nación, comisario Soto, y a él le pidió Fein que identifique quién es entonces esa otra persona que aparece junto a Nisman en los videos de cámaras de seguridad que difundió C5N.
Pero más allá de los resultados que arrojen estas medidas de prueba, la fiscal necesita avanzar en la investigación y hoy tomará declaración a la diputada del PRO, Laura Alonso y al fiscal que reemplaza a Nisman en la Fiscalía especial AMIA, Alberto Gentili. Ayer, escuchó a integrantes del equipo de la UFI-AMIA que conducía Nisman y al chofer del taxi que trasladó al cerrajero Walter hasta las Torres Le Parc de Puerto Madero el domingo 18 de enero a la noche, cuando los custodios del fiscal y su madre, Sara Garfunkel, no podían ingresar al departamento.
Otras de las personas a las que Fein quería tomar declaración, son los técnicos de la División Laboratorio Químico de la Policía Federal que realizaron los estudios de cotejo de ADN en la ropa que vestía Nisman cuando lo encontraron muerto en el baño de su casa, además de la pistola, el cartucho y las vainas. Los especialistas, sin embargo, están de vacaciones y no declararán hasta que vuelvan de la licencia.
Impulsada por la presión política que significó la muerte del fiscal Alberto Nisman, Cristina Kirchner ensayó ayer una jugada riesgosa y a la vez histórica: relevó de la obligación de guardar secreto al ex jefe de Contrainteligencia de la ex SIDE, Antonio “Jaime” Stiuso, apuntado ahora por el Gobierno, para que pueda declarar ante la fiscal Viviana Fein.
Stiuso ya había sido autorizado a declarar en 2003, por el ex presidente Néstor Kirchner, durante el juicio a la AMIA. Pero en ese caso fue solo para hablar de la investigación del atentado. Ahora, el Gobierno lo autorizó a revelar todos sus secretos desde 1972, el año que ingresó a la SIDE, hasta el 5 de enero pasado, cuando comenzó sus trámites jubilatorios, tal como había anticipado este diario.
Todos los espías están obligados a guardar secreto, incluso cuando se retiran, por la sensibilidad de la información que manejan. La misma obligación tienen los ex jefes “políticos” de la ex SIDE.
La noticia fue anunciada ayer al mediodía en el Congreso por el titular de la SI, Oscar Parrilli: “La Presidenta dio la directiva de que vamos a relevar al señor Stiuso de la obligación de guardar secreto desde el ‘72 hasta el 5 de enero 2015, cuando obtuvo la jubilación ordinaria”, sostuvo Parrilli. Y aclaró que Cristina Kirchner “quiere la mayor transparencia y la mayor libertad para que se investigue” la muerte de Nisman.
Por la tarde, la confirmación oficial llegó a la fiscal Viviana Fein, quien ahora deberá ponerle una fecha a la declaración de Stiuso como testigo. No será fácil. Muy pocos saben dónde está el espía. Uruguay, Brasil o Miami son algunos de los destinos posibles, aunque no se descarta que esté en Buenos Aires. “Si está en el exterior y no quiere venir, va a ser muy difícil traerlo. Una posibilidad es que declare afuera con otro juez”, explicó ayer un magistrado. Para impulsar un juicio de extradición, antes debería convertirse en imputado.
Parrilli reveló ayer en el Congreso que agentes de la SIDE fueron a tres domicilios de Stiuso para notificarlo de la citación de Fein, pero nunca no lo encontraron. Sin embargo, la fiscal se entrevistó ayer con su abogado, y dijo que “no puso reparos en que su representado preste declaración testimonial”.
Stiuso estuvo hace pocos días en Comodoro Py para tramitar la custodia de sus dos hijas mayores. Está mucho más flaco que en la imagen que mostró en 2004 el ex ministro Gustavo Beliz y bastante más canoso, pudo saber Clarín de fuentes judiciales.
Según Parrilli, Stiuso ya no forma parte de la ex SIDE, pero fuentes de ese organismo advirtieron que los trámites jubilatorios “no están finalizados” y que “llevan mucho tiempo”. Si el espía finalmente declara, tal como reclamaba Aníbal Fernández, podría revelar operaciones políticas y detalles oscuros de los últimos cuarenta años, incluso durante el kirchnerismo, que lo transformó en poco tiempo de aliado en villano.
Una enorme expectativa había en torno a la presentación, ante la fiscal Viviana Fein, de quien fue durante las últimas tres decádas el espía más influyente y uno de los hombres más poderosos del país, Antonio “Jaime” Stiuso. Pero el hombre no asistió a su cita con la fama que tanto rehúye. El abogado que lo representa, Santiago Blanco Bermúdez, avisó que no podía presentarse si el Gobierno no lo autorizaba a declarar, pues el personal de Inteligencia y sus jefes políticos están atados a sus secretos aún después de su jubilación. No habían pasado ni dos horas cuando aquel supuesto impedimento desapareció: el actual titular de la Secretaría de Inteligencia, Oscar Parrilli, anunció que autorizaba a Stiuso a responder todo lo que le preguntaran y a decir todo lo que sabe desde que ingresó a la ex SIDE, en 1972.
El ingeniero Antonio Stiuso, el eterno y temido “Jaime” –su nombre operativo y con el cual se convirtió en leyenda negra– es apuntado por el Gobierno señala como responsable de la muerte de Alberto Nisman.
Desde temprano, Blanco Bermúdez –un letrado que ya había representado a Stiuso y a otros espías– atendió telefónicamente a los medios de comunicación para dejar en claro que era “difícil” que su cliente se presentara ante la fiscal Fein y que, en caso de hacerlo, pediría medidas especiales de seguridad para que no se le vea el rostro.
Una numerosa guardia periodística de medios nacionales e internacionales, mucha policía y curiosos se agolpaban al frente del Ministerio Público Fiscal, en la calle Tucumán al 900. Cerca de las once de la mañana, los efectivos cortaron la calle y armaron un cordón de seguridad con vallas. Veinte minutos después, Blanco Bermúdez apareció caminando e ingresó tranquilamente, burlando a la gran masa de periodistas que se abalanzaban para saber si efectivamente se trataba del representante legal del ex Director General de Operaciones de Contrainteligencia la SI.
La paz veraniega de la cuadra se vio completamente alterada por el operativo de prensa frente a la fiscalía. Los turistas sacaban fotos al igual que los vecinos desde los balcones, algunos distraídos se preguntaban el por qué tanta presencia de canales de televisión, los transeúntes se quejaban por no poder circular con tranquilidad, los comerciantes seguían con atención lo que sucedía desde la vereda y hasta un empleado de la fiscalía se preguntaba cómo hacer para descargar las más de 1.500 causas que traía en su camioneta. Jaime era esperado como una estrella de rock.
La expectativa creció aún más cuando pasado el mediodía trascendió que Parrill había remitido una orden para relevar a Stiuso de guardar secreto como ex agente de inteligencia.
Pero para ese entonces, alrededor de la 1.30, Blanco Bermúdez emprendió su cautelosa retirada por una puerta que da a una obra social, sobre la calle Pellegrini, sin la corbata con la que había ingresado al edificio, sin enfrentarse al gran operativo de prensa sobre la calle Tucumán y evitando a la cámara de Crónica TV, que captó el momento de su huida por la paralela a la avenida 9 de Julio.
¿Qué habló el abogado con la fscal Fein? Las versiones que circulaban daban cuenta que el letrado le dijo a Fein que desconocía si Stiuso se encontraba en el país. Según esas mismas versiones también le habría dicho que en las citaciones remitidas por la fiscalía estaba mal escrito el apellido de su defendido, que es con una sola ese, y que si pensaban ubicarlo por teléfono iba a ser difícil, porque tiene una flota de cien números. Como para ir avisando que aún con el permiso del Gobierno no será fácil notificar a Stiuso de su próxima cita.
Pasadas las 15, el comunicado oficial señaló que Blanco Bermúdez no puso reparos en que su cliente se presente a declarar, siempre y cuando se lo releve de su secreto como agente y que además se le dé todas las garantizas para preservar su identidad. Recién entonces se fijará la nueva fecha para la audiencia. Una vez aclaradas las condiciones, el abogado se escabulló lejos de la salida principal principal, donde aún sobreviven pegados en las paredes los carteles que piden “Justicia por Nisman”.