Por Barani Krishnan
Los precios del petróleo se derrumbaron el miércoles y el referencial de Estados Unidos registró su peor caída diaria al perder un 9 por ciento, después de que el aumento de las existencias en el país norteamericano a máximos históricos puso fin a un ascenso de cuatro días en el mercado.
* El abrupto giro, que se produce después de un incremento del 19 por ciento del precio del crudo entre el jueves y el martes, avivó el temor respecto a que el mercado aún no habría tocado fondo en la corriente liquidadora que comenzó el verano boreal pasado y que se encuentra ahora en su octavo mes.
* La ola vendedora empezó temprano en el día, luego de que un repunte del dólar afectó la demanda de crudo de quienes negocian en monedas como el euro. El descenso tomó fuerza a media mañana, cuando el Gobierno estadounidense reportó un enorme aumento semanal de los inventarios de petróleo, y mostró todo su ímpetu hacia el final de la sesión.
* El referencial Brent LCOc1 cayó por debajo del nivel clave de 55 dólares por barril, luego de haber subido a un máximo de un mes de 59 dólares apenas hace un día. Finalmente cerró en 54,16 dólares, una caída del 6,5 por ciento.
* Los futuros del crudo en Estados Unidos CLc1 perforaron la barrera de los 48 dólares en su caída libre, después de haber alcanzado el martes los 54 dólares por barril. Al cierre cotizaron en 48,45 dólares, una baja del 9 por ciento.
* "No tengo dudas de que vamos a seguir cayendo y cayendo hasta que algo fundamental cambie", dijo Tariq Zahir, jefe de carteras de Tyche Capital Advisors, un fondo de inversión de Nueva York.
* La Administración de Información y Energía (EIA) dijo el miércoles que los inventarios de crudo en Estados Unidos subieron 6,3 millones de barriles la semana pasada a 413,06 millones, su mayor nivel desde que empezaron a tomarse los registros en 1982. [nZONRTDK01]
* Las existencias de petróleo en el punto de entrega estadounidense de Cushing, Oklahoma, aumentaron en 2,5 millones de barriles, mientras que los inventarios de gasolina y destilados también ascendieron.
* Desde que el crudo cayó casi un 60 por ciento entre junio y enero, los operadores han tenido problemas para determinar si el dramático colapso de los precios será suficiente para desacelerar la producción de petróleo de esquisto de Estados Unidos o si el mercado energético debe estar preparado para nuevos retrocesos en el valor del barril.
* Temprano en el día, el panorama para la demanda del petróleo se vio afectado por datos que mostraron que el sector de servicios de China se expandió a su ritmo más débil en seis meses en enero.
* "Voy a mantener mi estrategia y a seguir vendiendo (posiciones en petróleo) hasta deshacernos de entre 1,5 millones y 2 millones de barriles de crudo al día en este mercado", aseveró Zahir, Tyche Capital Advisors.
(Reporte adicional de Jacob Gronholdt-Pedersen en Singapur. Editado en español por Marion Giraldo)
Por Ian Talley y Brian Spegele.
Se suponía que la caída de los precios del petróleo impulsaría el crecimiento de grandes economías importadoras de crudo. Sin embargo, las cosas no están saliendo necesariamente de esa manera.
Algunos gobiernos ya han adoptado medidas para apuntalar sus ingresos, incluyendo alzas de impuestos a la gasolina o la reducción de subsidios a los combustibles. Al mismo tiempo, los menores costos del petróleo han generado más temores de deflación a lo largo de Europa y Japón, lo que eleva el riesgo de que los consumidores y las empresas posterguen gastos e inversiones, lastrando el crecimiento.
Desde noviembre, China ha incrementado en 50% los impuestos al consumo de combustible. Debido a sus altos impuestos, en Japón los precios de la gasolina han caído sólo 15% en los últimos seis meses, comparado con un declive de 40% en Estados Unidos. Los precios del combustible en Indonesia han subido más de 30% desde noviembre conforme las autoridades han eliminado los subsidios.
Brasil está haciendo lo mismo para reforzar sus deterioradas finanzas. Como resultado, algunos consumidores están pagando 7% más en las gasolineras que hace una semana.
Los precios del crudo registraron el miércoles su mayor caída diaria en dos meses luego de que datos de EE.UU. mostraron que los inventarios de petróleo del país se ubican en su máximo de casi 80 años. El Brent, la referencia global, perdió 6,5% para ubicarse en US$54,16 el barril en la bolsa ICE Futures Europe.
Declives anteriores de los precios del crudo a menudo han indicado una desaceleración mundial debido a que cae la demanda de petróleo. No obstante, con frecuencia también han sido seguidos por un repunte del crecimiento. El descenso de 60% registrado entre noviembre de 1985 y marzo de 1986 ayudó a alimentar cinco años de expansión económica global que promedió casi 4%.
En los últimos meses, economistas y funcionarios han restado importancia a los temores de que una caída de los costos petroleros podría ser un presagio de una desaceleración, argumentando que las ganancias inesperadas para los importadores más que compensarían el golpe que recibirían los principales exportadores debido al hundimiento de sus ingresos.
En diciembre, el Fondo Monetario Internacional indicó que el abaratamiento de la energía podría sumar un punto porcentual al Producto Interno Bruto de las economías avanzadas. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha calificado el efecto de la caída de los precios del crudo como “inequívocamente positivo”.
Cabe aclarar que hay señales de que el declive del petróleo está teniendo impacto en algunas economías. El FMI citó el mes pasado el descenso del crudo como una de las principales razones para elevar su pronóstico sobre la economía estadounidense.
La gasolina más barata también ha impulsado las ventas minoristas en la zona euro. Por ejemplo, el gasto de los hogares en Francia se elevó en diciembre 1,5% sobre una base mensual, según datos dados a conocer ayer. Las ventas a lo largo de la zona euro aumentaron 2,8% en diciembre, comparado con un año antes.
El índice de gerentes de compra de India, un indicador de las condiciones en el sector manufacturero, ha mejorado en los últimos meses, lo que reflejaría mejores márgenes de ganancias en las empresas del país gracias a un menor costo del petróleo. En Japón, un yen más débil y una gasolina más barata les ha dado a los economistas razones para elevar sus previsiones de crecimiento.
Podrían surgir más beneficios.
“No ha habido suficientes revisiones al alza de proyecciones fuera de EE.UU. debido a la energía”, dice Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional. “Va a haber más efectos positivos del golpe, simplemente no se han manifestado todavía”.
Sin embargo, a medida que se reportan datos alrededor del mundo, se nota que el impacto está lejos de ser uniformemente optimista.
El riesgo de una mentalidad deflacionaria entre los consumidores y las empresas ha surgido como un gran desafío en la zona euro y Japón, los cuales están luchando para no recaer en una recesión. La caída o debilidad de los precios de bienes y servicios puede restringir el gasto de los consumidores, disuadir la inversión de las empresas, limitar los salarios e intensificar los problemas de endeudamiento.
El petróleo es uno de los principales motores de esa desaceleración de la inflación, la mayor desde la peor parte de la crisis financiera hace más de cinco años. El mes pasado, la agencia de estadísticas de la Unión Europea señaló que en enero los precios al consumidor fueron 0,6% más bajos que un año antes.
“Si cree que los precios se van a mantener bajos, eso afectará significativamente su comportamiento”, dice Ayhan Kose, el principal autor del informe de Perspectivas Económicas Globales del Banco Mundial.
Mientras más bajen las expectativas de inflación en Europa y Japón debido a los precios del crudo, menos efectivas serán las políticas de flexibilización monetaria de los bancos centrales destinadas a estimular el crecimiento, afirma Kose. “Se requerirá más para tener el mismo impacto, y el efecto será menos potente”, añade.
Tanto el FMI como el Banco Mundial rebajaron el mes pasado sus perspectivas de crecimiento para muchas economías fuera de EE.UU. Factores económicos y políticos están haciendo contrapeso a las ganancias obtenidas de los menores costos de la energía.
En Italia, Japón, Francia, Corea del Sur, China y otros grandes importadores de crudo, la confianza de los consumidores está disminuyendo, según Nielsen. A medida que cae su optimismo, es más probable que la gente ahorre en lugar de gastar y las empresas se vuelven renuentes a invertir.
Hannes Baumgartner, director de la división de camiones de Fercam AG, empresa italiana de transporte y logística, dice que el declive de los costos del combustible mejoró sus finanzas, pero que probablemente no cambiará su estrategia de inversión. “Principalmente nos preocupa la volatilidad de los precios”, señala.
El sector químico de Japón, que es gran usuario de crudo importado, dio la bienvenida a los menores costos, pero muchas compañías dicen que un crudo más barato puede llevar a los clientes a exigir descuentos en artículos como plásticos, neumáticos, telas sintéticas y detergentes.
Por Carlos Alameda.
Los futuros del barril de petróleo para marzo han llegado a perder los 50 dólares con recortes de más del 8% en la sesión de este miércoles, después de las subidas que venían experimentando en los últimos días. La OPEP, sin embargo, no descarta que toque los 30 dólares.
Desde la pasada semana el precio del petróleo había llegado a avanzar un 15%, sin embargo, durante este miércoles están volviendo a caer los precios tras darse a conocer los inventarios de la Oficina para la Información de la Energía de Estados Unidos, con una subida de 6,3 millones de barriles la semana pasada hasta los 413 millones de barriles totales, el nivel más alto desde 1982, y la cuarta semana consecutiva de aumentos.
Para Stewart Glickman, analista de S&P Capital IQ, los precios que podemos barajar en 2015 se sitúan en una media de 51 dólares para el West Texas, “básicamente nos ratificamos en esos niveles, pero creo que la gente puede tener una esperanza de que esto sea como en 2009, así que ¿por qué no podría volver a ocurrir?”. Sin embargo, no cree probable este escenario, “creo que están construyendo sus esperanzas en la base de que va a ser una crisis rápida, pero no pienso que eso vaya a ocurrir”.
El director de cartera de Chad Morganlander, Stifel Nicolaus ha situado su nivel de suelo para el barril de petróleo entre los 40 y los 45 dólares y cree que la oferta “se normalizará en los próximos tres o seis meses”. Opina que “algunos inversores están buscando una oportunidad, nosotros sólo iremos adelante con compañías que estén bien capitalizadas sin depender del gas o del petróleo”.
Por otro lado, los delegados de la OPEP, reunidos en los cuarteles generales de la organización en Viena, sostienen que “los precios se van a estabilizar en el entorno de los 40 a 45 dólares, pero la economía mundial no es muy fuerte”. Estos delegados han afirmado también que “no podemos descartar un barril de petróleo entre 30 y 35 dólares debido a la débil demanda”.
La decisión de Arabia Saudí, país que lidera la OPEP, de no rebajar su producción es una de las causas más importantes de la caída del precio del petróleo. En varias ocasiones han reconocido que no quieren perder cuota de mercado y que verán quién aguanta con estos precios ante la competencia que representa la tendencia a extraer crudo de esquisto.