La cotización del barril del "light sweet crude" (WTI) para entrega en marzo ganó 1,33 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex) a 49,36 dólares. Aumentó 2,8 por ciento. En Londres, el barril de Brent del mar del Norte para igual entrega terminó en 54,75 dólares en el Intercontinental Exchange (ICE), en alza de 1,76 dólares con relación al cierre del viernes, equivalente a una suba de 3,3 por ciento.
"Hay un montón de gente a la espera de una oportunidad para comprar, dijo Bjarne Schieldrop, analista en jefe de materias primas de SEB. El experto agregó que "el Brent ha oscilado por buen rato, pero estuvo casi por encima de la media móvil de 20 días el viernes por primera vez desde julio. Además el número de plataformas de perforación cayó bruscamente, así que tal vez se piensa ahora que este es el momento de comprar", agregó.
Ambos contratos subieron en casi un 8 por ciento el viernes, impulsados por una cobertura de fin de mes y una caída semanal récord en el número de plataformas petroleras activas en Estados Unidos, según la firma se servicios petroleros Baker Hughes.
En los Estados Unidos, sindicatos continuaron hoy por segundo día con huelgas en varias refinerías y plantas químicas del país para presionar a las petroleras a acordar un nuevo contrato nacional. Esto impulsó los precios de los productos refinados en los Estados Unidos y Europa.
Los precios del petróleo se mantendrán bajos hasta el verano boreal debido a la débil demanda estacional, aun cuando la estrategia de Arabia Saudita para que no siga creciendo el bombeo de productores rivales habría comenzado a conseguir resultados tangibles, dijeron a Reuters delegados de la OPEP.
Esta semana, delegados del cártel y expertos externos se reunirán en Viena para discutir la estrategia a largo plazo del grupo. Estos encuentros no fijan la política de producción. Las conversaciones se producen en medio de datos que mostraron una caída récord en el número de plataformas de perforación activas en Estados Unidos, lo que llevó los precios del petróleo a subir a más de 50 dólares el barril el viernes.
El petróleo terminó ayer en alza en Nueva York, en un mercado errático que se inclinó finalmente hacia el terreno positivo, con la expectativa de un descenso en la oferta de crudo de Estados Unidos.
La cotización del barril de "light sweet crude" (WTI) para entrega en marzo ganó 1,33 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex) a 49,57 dólares, reseñó AFP.
En Londres, el barril de Brent del mar del Norte para igual entrega terminó en 54,75 dólares en el Intercontinental Exchange (ICE), en alza de 1,76 dólares con relación al cierre del viernes.
En Nueva York los precios ganaron casi 4 dólares la sesión anterior, y oscilaron mucho en esta jornada.
El mercado continúa dominado por "la fuerte baja del número de plataformas de perforación" en Estados Unidos "que impulsa realmente los precios al alza" desde que se anunció a finales de la semana pasada, destacó Mike Lynch, de Strategic Energy and Economic Research.
La caída "refuerza la idea de que el mercado alcanzará pronto un equilibrio", destacó Lynch.
Los analistas de Morgan Stanley moderaron esta visión: "La caída del número de pozos puede parecer impresionante, pero cuando miramos las cifras, son los de baja producción que fueron cerrados".
El petróleo terminó en alza el lunes en Nueva York en un mercado errático que se inclinó finalmente hacia el terreno positivo, con la expectativa de un descenso en la oferta de crudo de EEUU.
El crudo del tipo WTI ganó 2,7% a u$s 49,57 El viernes los precios del crudo subieron casi cuatro dólares en Nueva York, más de 8%, por razones técnicas que ampliaron la confianza del mercado en una futura baja de la oferta de EEUU.
Los precios del petróleo se mantendrán bajos hasta el verano boreal debido a la débil demanda estacional, aun cuando la estrategia de Arabia Saudita para que no siga creciendo el bombeo de productores rivales habría comenzado a conseguir resultados tangibles, dijeron a Reuters delegados de la OPEP.
Esta semana, delegados del cártel y expertos externos se reunirán en Viena para discutir la estrategia a largo plazo del grupo. Estos encuentros no fijan la política de producción.
Las conversaciones se producen en medio de datos que mostraron una caída récord en el número de plataformas de perforación activas en Estados Unidos, lo que llevó los precios del petróleo a subir a más de 50 dólares el barril el viernes.
Por David Shukman.
El sentido común nos dice que si cae el precio de una fuente de energía, las fuentes alternativas se vuelven menos atractivas.
Por esta razón, es fácil pensar que la caída del precio del petróleo significa un duro golpe para las energías renovables.
Un hecho relativamente reciente en la historia de Estados Unidos parece confirmar este razonamiento.
Cuando el valor del crudo repuntó en la década de los 70, el entonces presidente Jimmy Carter hizo instalar paneles solares en el techo de la Casa Blanca.
No duraron mucho: su sucesor, Ronald Reagan, los retiró cuando cayó su precio.
La caída de su valor, pocos meses atrás, también pareciera confirmar la premisa: las acciones de varias compañías de energías renovables sufrieron un impacto negativo.
Áreas diferentes
Sin embargo, la realidad no se ajusta estrictamente a esta lógica. El mundo de la energía ya no es el de antes.
Para empezar, el petróleo no compite con la energía eólica y solar.
Cumplen roles diferentes: el petróleo es dominante en el área de transporte mientras que las renovables se emplean para generar electricidad.
Desde los 70, se ha reducido el uso de crudo en las centrales eléctricas.
Fue reemplazado por el gas, considerado como una opción más limpia y segura, y menos vulnerable a las crisis internacionales.
Por ende, el precio del petróleo no afecta directamente el mercado en el que operan las energías renovables.
Luego están las turbinas de viento y los paneles solares.
Con el desarrollo de nuevas tecnologías y la producción en masa, los costos suelen bajar, y esto es lo que ha ocurrido en los últimos 10 o 15 años.
La mejora en las técnicas de producción, el incremento de la demanda y la intensa competencia provocaron una reducción en los precios de las turbinas y paneles solares, lo cual aumentó aún más su uso y difusión.
Políticas de inversión
Y, por otra parte, las políticas de numerosos gobiernos de otorgar subsidios para impulsar a las jóvenes industrias verdes continúan en boga.
China, en particular, -que atraviesa una crisis por la contaminación del aire- preside el mayor programa de inversión en energía limpia que nunca antes se haya visto.
El gobierno de Pekín se encuentra bajo presión de su sus ciudadanos de hacer algo para combatir la contaminación y una de las respuestas más obvias es favorecer la inversión en energías renovables.
Por más profundo que sea el cambio en el precio del petróleo, es muy poco probable que afecte esta decisión. Para Pekín hay demasiadas cosas en juego.
Y, en otros países que se inclinan por apoyar las energías limpias, los ministros no tienen previsto cambiar sus políticas.
Incertidumbre, el verdadero facto de peso
Sin embargo, existen una serie de complicaciones.
En algunas partes del mundo, una caída en el valor del crudo provocará un desplome también en el precio del gas, y como el gas es una de las energías que compite directamente con las renovables, esto, a largo plazo, puede –obviamente- constituir una amenaza.
Mientras tanto, en Estados Unidos, la revolución del gas de esquisto generó tal cantidad de gas, que su valor casi colapsó, lo cual pondría en riesgo a la energía solar y eólica si no estuviesen protegidas por las políticas del gobierno.
No obstante, esta situación podría cambiar en el futuro.
Después están las energías verdes diseñadas para el transporte más que para la generación de electricidad.
Estas pueden correr más riegos.
Los biocombustibles empiezan así a parecer más caros, en comparación con el petróleo.
Sin embargo, el factor de más peso es uno de los menos tangibles: la incertidumbre.
Nadie sabe hasta cuándo el precio del petróleo permanecerá bajo. ¿Menos de un año, un año, varios?
Quienes trabajan en el sector de las renovables dicen que eso, la volatilidad, es precisamente la razón para optar por las energías verdes: los precios son más estables.
Acuerdo
Otro factor que entrará en juego a fin de año es la cumbre sobre cambio climático en París.
Allí se reunirán representantes de cerca de 190 países con la misión de llegar a un acuerdo para recortar emisiones de gases con efecto invernadero.
Las ideas que pondrán sobre la mesa están centradas en reducir el uso de combustibles fósiles.
¿Será el precio del petróleo el invitado no deseado a la mesa de conversaciones?
Seguramente, las delegaciones de las economías petroleras –Rusia, Irán y Venezuela-, no estarán de un humor brillante. Arabia Saudita probablemente vuelva a exigir una compensación en caso de que el mundo abandone el uso de combustibles no renovables.
Y, para concretar soluciones, estas cumbres necesitan consenso y concesiones.
Por otro lado, muchos creen que si bajar los precios del petróleo ayuda a impulsar el crecimiento en los próximos meses, algunos gobiernos, especialmente los europeos, pueden sentirse más seguros económicamente como para implementar más medidas para frenar el calentamiento global.
De acuerdo a este razonamiento, el fracaso de la última cumbre –en 2009 en Copenhague- se debió a que los líderes estaban demasiado distraídos y debilitados por la crisis bancaria y financiera que todavía estaba en desarrollo.
Y, con ese escenario en mente, si se llega a un acuerdo, no importa cuál sea, seguramente implicará el desarrollo de más energías renovables, independientemente del precio del petróleo.
Esta es una perspectiva, pero hay muchas otras. He hablado con muchos expertos en este campo y ninguno de ellos tiene certezas.
Los precios del petróleo se mantendrán bajos hasta el verano boreal debido a la débil demanda estacional, aun cuando la estrategia de Arabia Saudita para que no siga creciendo el bombeo de productores rivales habría comenzado a conseguir resultados tangibles, dijeron a Reuters delegados de la OPEP.
Esta semana, delegados del cártel y expertos externos se reúnen en Viena para discutir la estrategia a largo plazo del grupo. Estos encuentros no fijan la política de producción.
Las conversaciones se producen en medio de una caída récord en el número de plataformas de perforación activas en Estados Unidos, que llevó al petróleo a subir a más de US$50 el viernes, y mientras los operadores aseguran que la estrategia de la OPEP está afectando el auge de esquisto de Estados Unidos.
"Los bajos precios están afectando la inversión de algunas compañías en petróleo de esquisto. Esto debería repercutir en los suministros en el largo plazo", dijo un delegado de un país del Golfo Pérsico miembro de la OPEP.
"Los precios se están estabilizando en torno a US$40 y US$45, pero la economía mundial no es muy fuerte y las existencias son demasiado altas", agregó.
Otros dos delegados de la OPEP, uno de los cuales es de un productor del Golfo, dijeron que no podía descartar una caída de los precios hasta los US$30 a US$35, debido a la débil demanda combinada con un mantenimiento global de refinerías en el primer y segundo trimestre del 2015.
"Los precios están apoyados ahora por el invierno (boreal) y el almacenamiento", dijo uno de los delegados.
Otro delegado del Golfo dijo que "el sentimiento general es que los precios se mantendrán más bajo que lo queremos debido al exceso de oferta en el mercado. La expectativa es que estos inventarios no caigan antes de la primera mitad del año".
"Hay una serie de buenas señales, por ejemplo, el cierre de parte de la producción en Estados Unidos y Canadá. Esto significa que la decisión tomada en la última reunión fue la correcta; va a ser lenta, dolorosa para algunos más que otros, pero al final eficaz", dijo el delegado.
En noviembre, la OPEP decidió no reducir su producción pese a los recelos de los miembros fuera del Golfo Pérsico. En ese momento, el ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Ali al-Naimi, dijo que el grupo tenía que defender su participación de mercado frente al petróleo de esquisto de Estados Unidos y otros rivales.
La decisión hizo que los precios del petróleo caigan a mínimos de cuatro años de US$71 por barril. Luego, el crudo bajó a cerca de su menor nivel en seis años de US$45,19 el 13 de enero, más de lo que muchos delegados habían esperado.