Si bien Chihuido es la estrella indiscutible, Neuquén posee una treintena de proyectos hidroeléctricos en carpeta que podrían generar 5.420 megas de potencia instalada, algo así como 20 veces lo obtenido por la central térmica Loma de la Lata. Las cuencas de esta provincia están entre las más estudiadas del país: ya nadie duda de su potencial para generar energía, a tal punto que esta semana se confirmó que Emiratos Árabes –país petrolero por excelencia– financiará una microcentral en el río Nahueve.
Pero dentro de ese concierto de proyectos, muchos de ellos apenas en etapas iniciales, el gobierno neuquino recortó nueve con la posibilidad de ser puestos en marcha en el corto y mediano plazos, todos ellos sobre el río Neuquén, el menos aprovechado para la generación eléctrica. A cargo de esos trabajos está Emhidro, la empresa provincial que Jorge Sapag creó en el 2009 y que es una suerte de gerenciadora de todos los planes hidroeléctricos.
Tras una larga colección de fracasos, Chihuido I será finalmente la punta de lanza. La gigantesca presa permitirá sumar 637 megas de potencia al sistema interconectado. Constituirá una verdadera obra de ingeniería que implicará la creación de un megaembalse y con él la mudanza de un pueblo y parte de otro y varios parajes. Ya licitada a un consorcio encabezado por el empresario Eduardo Eurnekian, se espera la luz verde del banco de desarrollo ruso que será el que aportará la mayor parte del dinero.
LA HERMANA MENOR
La hermana menor, Chihuido II, sufrió un derrotero similar. Tras la fallida preadjudicación al grupo Pescarmona en la gestión de Jorge Sobisch, hoy descansa en los cajones oficiales a la espera de un inversor. Ubicada río abajo, casi en línea recta a Cutral Co y Plaza Huincul, promete generar 260 megas de potencia y actuar en compatibilidad con Chihuido I. Aún faltan algunos estudios complementarios para completar el proyecto, indicaron desde Emhidro.
Más allá de su importancia energética, ambos proyectos también permitirán contener la crecida máxima posible del río Neuquén, que sobrepasaría las capacidades de Portezuelo, pudiendo generar inundaciones en zonas urbanas.
Río arriba hay otros cuatro proyectos en carpeta: Pini Mahuida, La Invernada, Huitrín y Cerro Rayoso. Según informó Emhidro, "los proyectos se encuentran desarrollados a nivel de inventario".
La firma provincial tiene un convenio con la Dirección de Minería para realizar relevamientos geológicos de las áreas de influencia. Buscan "establecer la caracterización geológica regional y estructural de las mismas". Por otro lado, dentro de un programa de la Secretaría de Energía de la Nación financiado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) se avanza en el desarrollo de los proyectos licitatorios.
El 2014 también fue clave para estas cuatro presas, porque fueron incluidas en el denominado "Plan de Obras Energéticas para el Desarrollo y la Integración Nacional", por lo que, siguiendo la experiencia de Chihuido, podrían conseguir financiamiento directamente desde la Casa Rosada.
En su conjunto, los cuatro desarrollos podrán sumar 1.400 megas de potencia. Junto con las dos Chihuido, serán conectadas por una red de 550 kW de 300 kilómetros con la estación transformadora Agua del Cajón.
CENTRALES PARA EL NORTE
Las otras dos centrales que podrían ponerse en marcha están en el departamento Minas, al norte de la provincia. Se trata de Colo Michi Co y Los Guiones, esta última ubicada sobre el río Nahueve, uno de los afluentes del Neuquén.
Ambos proyectos están en etapa de desarrollo. A través de la Secretaría de Energía y con fondos de la CAF se llamó a licitación para la elaboración de la hoja de ruta. En este caso se generarán unos 640 megas en conjunto.
Hay un noveno plan que implicaría un desarrollo menor. Se trata del referido a montar una pequeña central hidroeléctrica de 24 megas en El Chañar, donde ya existe un dique que se utiliza para riego. Se ubicaría a seis kilómetros de una línea de 132 que está conectada al sistema nacional.
En momentos en los que la Argentina se convirtió en un neto importador de energía, la generación hidráulica aparece como una alternativa más que interesante. Sobre todo porque existen múltiples entidades en el mundo que están dispuestas a prestar dinero a tasas blandas para este tipo de emprendimientos.
Por otro lado, el impacto económico de estas obras es muy grande, ya que demandan mucha mano de obra y permiten, inclusive, sumar otras alternativas como el desarrollo productivo vía tierras irrigadas y el desarrollo turístico alrededor de los embalses que generan, como fue el caso de El Chocón.
