La caída del petróleo a nivel internacional, que ya supera el 50% en los últimos seis meses, tiene en vilo a los países productores de dicha materia prima, como Venezuela y Rusia, ya que en el corto plazo no se ve un piso para el barril.
Sin embargo, para Chile –que importa alrededor del 95% del combustible que consume- la noticia no podría haber llegado en mejor momento, ante una economía en desaceleración y un consumo interno que se ha resentido.
Y parte de ese impulso en ahorro se expandirá a prácticamente todos los sectores económicos. Según un informe de Quiroz & Asociados (Q&A), la caída del petróleo aportará ahorros por casi 14% a los distintos sectores ligados al transporte. Además, tendría un impacto relevante en el rubro eléctrico, la construcción y la minería.
Según el escrito, la caída del hidrocarburo podría aportar hasta 0,3 puntos al Producto este año, poniendo un piso a las proyecciones de crecimiento –que se han recortado consistentemente a la baja- en torno a 2,5%, señala el socio de Q&A, Felipe Givovich. "Sin esta reducción de precio, las perspectivas serían mucho peores".
A nivel de las personas, el informe destaca que la baja del petróleo reducirá en 1,4% el gasto promedio de las familias, tomando como base que un 5% del consumo doméstico se destina a derivados del petróleo, según la encuesta de presupuestos familiares 2013.
"A modo de referencia, ese 1,4% es equivalente a casi un 40% del aumento de los ingresos nacionales en 2013: 3,5%", señala Givovich.
Ramas productivas
El informe estima que el principal beneficiario de la baja del petróleo será el rubro transportes, sobre todo el terrestre.
Por ejemplo, el transporte de carga por carreteras reducirá sus costos en 8,3% del PIB sectorial, mientras que los otros transportes por tierra reducirán su gasto en 5%.
Situación igualmente de destacable es la que se vislumbra para el transporte marítimo, que ahorraría en torno al 0,6% del PIB sectorial.
Según Givovich, una baja en el precio del petróleo se traspasaría íntegramente al valor de los fletes marítimos. "Una baja del petróleo del orden de 47% podría traducirse en una disminución del costo de transporte de la misma magnitud", dice.
De hecho, desde noviembre, el Baltic Dry Index -que mide el valor de los fletes marítimos- ha retrocedido más de 50%.
"Ello representa una ventaja enorme para nuestro sector exportador, que ya se ha visto favorecido por la depreciación del peso. Esta ventaja tenderá a favorecer más a Chile que a otros países, dada su relativa mayor lejanía de los puntos de consumo a nivel mundial. Debería ser un muy buen año para sectores como celulosa, salmonera y frutícola", señala.
La minería, en tanto, anotaría bajas en costos que rondarían el 0,7% del Producto sectorial, lo que se traduce en ahorros de US$ 360 millones para el sector, según los cálculos de Q&A.
"Según la la matriz de insumo producto de 2011, un 6% de los costos de la minería del cobre corresponden a combustibles", postula Givovich.
Impacto en electricidad
Otro de los rubros que se verá beneficiado con la baja del hidrocarburo es el energético.
Así, la generación de electricidad se ahorraría un 3% del PIB sectorial en este ítem. Según Givovich, la cota superior de los costos pasaría de US$ 250 a US$ 140, dependiendo de la central.
"El impacto en el costo promedio de generación será bajo -sólo 3% de la generación en 2014 fue en base a diésel- pero ciertamente una reducción en la cota superior provee cierta tranquilidad para industrias que han sido muy afectadas por los peaks de costos marginales en años recientes", explica.
El mercado del gas natural, en tanto, también se vería impactado. "En 2005 y 2009, cuando el barril de petróleo estaba en niveles similares al actual, el precio del Gas Licuado de Petróleo (GLP, competencia del natural) se encontraba entre 42% y 46% bajo el nivel actual, mientras el gas natural estaba entre un 22% y 49% por debajo del nivel actual", señala.