A Juan José Aranguren, presidente de Shell en el país, lo acusaron de ser “devaluador” (hace un año, cuando el Gobierno nacional depreciaba el peso en un 23%) y Guillermo Moreno le inició más de 50 causas penales a él o la empresa para la que trabaja. El ejecutivo petrolero las ganó todas. Ahora, defiende que los importes de los combustibles hayan bajado solo un 5% y no más, cuando el precio del crudo a nivel internacional descendió un 60% desde junio.
“Durante mucho tiempo, las petroleras subsidiaron al consumidor. Ahora ocurre al revés: los consumidores están subsidiando a la industria”, acepta. “Durante un buen tiempo, la administración energética del país consideró que no era conveniente seguir los precios internacionales en dólares. Cuando el crudo estaba a US$ 110 afuera, en la Argentina estaba a US$ 70. Esto se puede hacer durante un tiempo, pero por mucho tiempo tiene consecuencias, como las que vimos con la caída en la producción de gas y petróleo y las reservas”, explica en una entrevista con Clarín.
-¿El Gobierno está priorizando la rentabilidad de la industria más que los bolsillos de la gente al no bajar los precios de los combustibles?
-La industria y la misma administración debe ser capaz de argumentar por qué no es conveniente a la Argentina estar bajando todavía más el precio de los combustibles. Tiene que ver con mantener los niveles de actividad. En este acuerdo voluntario, los refinadores nos comprometimos a procesar la misma cantidad que veníamos procesando en 2014 y bajar los precios si los proveedores accedían. Ustedes los periodistas dijeron que lo logrado fue ‘modesto’; fue modesto, pero bajó 5%, nunca antes había ocurrido en la Argentina. Y el Gobierno bajó en lo que podía los impuestos, el ITC y la tasa hídrica. Y bajó las retenciones, muy tarde, porque históricamente les veníamos diciendo que era un error, pero se eliminaron en hora buena.
Ese acuerdo implica que las refinerías compren a un barril de petróleo a US$ 77.
-¿Por qué no compran crudo afuera a US$ 45 (el valor en EE.UU) y trasladan ese beneficio al consumidor?
-Está la alternativa de importar crudo a US$ 55. Pero correríamos riesgos. Un cargamento de crudo que yo traigo de Africa tarda 18 días. No antes del décimo día anterior a la llegada del barco, yo tengo que presentar una DJAI (autorización para importar). Me la pueden no aprobar. Y aunque me la aprueban, después cuando me presento con mis pesos a comprar dólares, me pueden decir ‘no tengo’ o ‘no te los doy’. Si desabastezco al mercado como consecuencia que no puedo comprar un crudo que me permitiría vender combustibles más baratos, es desde la comunicación al público y compañía algo jorobado.
-¿La caída en el barril del petróleo le quita atractivo a Vaca Muerta?
-La explosión de inversiones en Vaca Muerta está más vinculada a tener certezas de que se va a mantener un marco regulatorio más previsible y estable. La Argentina sigue teniendo un alto nivel de inflación, una moneda que no tiene valor estable.