"Compañeras y compañeros, perdón por la tardanza, sé que están desde la siete y media, pero la verdad es que fue un día super especial hoy". Así comenzó el último discurso público de Cristina Fernández de Kirchner. Fue hace más de un mes, el 22 de diciembre del año pasado. La Jefa de Estado brindó con los legisladores oficialistas antes de partir al Santa Cruz a recibir el 2015 y de fracturarse el tobillo lo que la llevó a usar una silla de ruedas que extendió el silencio presidencial. Con la muerte del fiscal Alberto Nisman, a pocos días de acusarla de pactar con Irán el encubrimiento del atentado a la AMIA, se esfumó cualquier posibilidad de regreso ante las cámaras de la cadena nacional. Oficialmente todavía no se informó si habrá reaparición antes del sábado, cuando la mandataria parta hacia China en viaje protocolar, su única actividad confirmada hoy por hoy en la Casa Rosada.
El pasado lunes, en el prólogo del caso Nisman, se especuló con una reaparición de Cristina Kirchner en los canales de TV durante todo el día. Al final, en la Casa Rosada prefirieron la más informal comunicación oficial a través de las redes sociales. No una vez sino dos, con largas cartas en Facebook. La desorientada militancia K obtuvo dos bajadas de línea: en la primera misiva instaló la teoría del suicidio inducido, como parte de un complot que incluía la denuncia y posterior muerte del fiscal; y en la segunda avaló la tesis de un crimen.
"Por eso se guardó, estamos esperando que avance la causa para dictaminar al menos qué pasó en ese baño", analizaban en Balcarce 50, donde es regla el silencio de 48 horas ante cada tragedia que conmociona a la sociedad, a la espera del análisis de rastros de pólvora en las manos de Nisman. Sin embargo, la Presidenta se adelantó con su primer texto, que debió corregir con uno posterior.
Bajo la excusa de la rigidez china protocolar en cuestiones de negocios, Cristina Kirchner no podría suspender su visita. De esta manera, se alejará de la polémica en torno a la muerte del fiscal al menos por una semana. Sin agenda oficial, salvo un par de audiencias con sus funcionarios en la residencia de Olivos donde se recupera, como el pasado jueves que recibió a Florencio Randazzo y a Aníbal Fernández, su partida a Beijing en lo único en pie. "Es el viaje más importante de esta gestión", lo evalúan en un ministerio. La emoción oficial responde a que durante el foro entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y China, el presidente Xi Jinping se comprometiera a que el país asiático invertirá u$s 250.000 millones en la región durante la próxima década. Un número que apasiona a un Gobierno en la antesala de un año electoral.
A modo de cabecera de playa, el jueves partirá una primera delegación argentina comandada por el ministro de Planificación, Julio De Vido. El histórico funcionario ya se reunió el embajador chino Yang Wanmin, de cuyo despacho se llevó la promesa del financiamiento asiático de la construcción de las represas hidroeléctricas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner sobre el río Santa Cruz. Pocos días después, de no ocurrir otro terremoto político, Cristina Kirchner se subirá al avión que la llevará a 19 mil kilómetros de la caótica realidad argentina.
La Opinion Austral
Durante la semana, el jefe de Gabinete Jorge Capitanich informó en una de sus habituales conferencias de prensa matutinas que se ratificó la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a China para febrero. Además aclaró que la “Argentina ha suscripto los acuerdos bilaterales con China en forma equivalente al resto de los países” de la región.
Según comunicó Capitanich, estas afirmaciones surgieron del encuentro mantenido entre el canciller Héctor Timerman y su par de China, Wang Yi. La agenda de la reunión incluyó “la estrategia de desembolsos para los próximos seis años, para la culminación de las obras por 4.700 millones de dólares de las dos represas hidroeléctricas en Santa Cruz, Jorge Cepernic y Néstor Kirchner. Lo cual implicará un aumento de la oferta energética, un efecto multiplicador desde el punto de vista del desarrollo estructural de la región, la provincia y el país, y obviamente un flujo significativo de divisas para el desarrollo estructural de la República Argentina”.
“Eso involucrará, conjuntamente con otros emprendimientos, pasar del 31 al 41 por ciento de la oferta eléctrica en materia de la participación de la oferta eléctrica total de la Argentina”, había detallado el ministro.
Confirmación
Además, Capitanich informó que “en esa entrevista bilateral se ha ratificado la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para el mes de febrero a la República Popular China. Esto es recibido con beneplácito por el gobierno chino desde el punto de vista del fortalecimiento de la relación bilateral, atento a la visita realizada en el año 2014 por el presidente Xi Jinping”.
En ese marco, recordó las tres metas trascendentales de China para Latinoamérica. “Primero 10 billones de dólares de adquisición de bienes estratégicos en la región (energía, minería, minerales, carnes, cereales).
También una meta de 500.000 millones de dólares de intercambio comercial y, a su vez, una estrategia de inversión programada de 250.000 millones de dólares por diez años”, detalló.
La “avanzada” para el viaje de Cristina, como llaman los diplomáticos a la misión que se anticipa para tener todo cerrado de antemano antes de que llegue la Presidenta, corre por cuenta del ministro de Planificación, Julio De Vido, que viajará a Pekín esta semana según confirmaron desde el área de Planificación.
La muerte del fiscal Alberto Nisman planteó la duda sobre si el viaje seguiría en pie, pero según aseguran tanto en el Gobierno como en el sector privado, hoy por hoy “está todo en marcha”, según confirmó el titular de la Cámara de Comercio Argentino-China, el empresario vitivinícola Carlos Spadone.
En ese marco, mañana se realizará una reunión en Cancillería para terminar de definir la agenda de las reuniones comerciales que se llevarán adelante en el hotel Shangri-La de Pekín y que ya reunieron a un centenar de inscriptos. Anoche el embajador tenía previsto brindar una cena a algunos de los empresarios participantes pero “se canceló porque tiene una agenda muy cargada de reuniones con Cancillería”, aseguraron en la Cámara bilateral.
En ese marco, la idea es evitar cualquier desplante al país que hoy se convirtió en la principal fuente de financiamiento de la Argentina. El swap que negoció el entonces presidente del Banco Central Juan Carlos Fábrega permitió el ingreso de US$ 2.300 millones a las reservas en 2014 y en total la línea asciende a US$ 11 mil millones.
Además, los acuerdos firmados con China, de materializarse, aportarían US$ 7.500 millones en inversiones, aunque resta definir cuántos de esos dólares o yuanes se tomarán del swap que hoy le permiten al nuevo titular del Central, Alejandro Vanoli, engrosar las reservas.
De Vido se reunió la semana pasada con el embajador de China en la Argentina, Yang Wanmin, para cerrar los detalles de la gira donde espera asegurar el financiamiento para uno de los puntos centrales de los acuerdos firmados entre los dos países: la construcción de las represas hidroeléctricas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner en Santa Cruz.
También el titular del Palacio de Hacienda, Axel Kicillof, recibió a mediados de enero al embajador chino aunque Economía todavía no confirmó si el ministro será de la partida en la visita oficial a Pekín. Tanto él como De Vido y el jefe de Gabinete Jorge Capitanich forman parte de la comisión que sigue el devenir de las inversiones.