La petrolera canadiense Talisman ha convocado para el próximo 18 de febrero en Calgary la junta de accionistas para aprobar su venta a Repsol e intentará superar el 66,6% de aprobación necesario con la presentación de dos informes favorables elaborados por Nomura y Goldman Sachs.
Dichos análisis, remitidos junto al resto de la información sobre la junta al supervisor del mercado estadounidense, consideran que la compra de la compañía por cerca de 10.400 millones de euros es "justa desde el punto de vista financiero".
La dirección de la compañía también describirá ante los accionistas la posición del consejo de administración, que apoya de forma "unánime" la transacción tras recibir asesoramiento financiero y jurídico. Tras la venta, la compañía quedará excluida de las Bolsas de Nueva York y Toronto.
En la información remitida al supervisor, Talisman detalla el cronograma de las conversaciones con Repsol e indica que, desde el inicio de los contactos en mayo y la fijación de un precio inicial de 13 dólares en junio, la oferta de la compañía española fue bajando hasta un 40%, hasta los 8 dólares, en pleno desplome del petróleo.
Talisman había contratado en noviembre de 2013 a Nomura para buscar "potenciales alianzas" para los activos concretos de Duvernay, y fue en ese momento cuando el banco japonés dio el nombre de Repsol y se puso en contacto con la empresa española.
Nomura empezó a trabajar con Repsol y a hablar de posibles transacciones con Talisman. En el curso de estas reuniones, la compañía española "mostró interés en considerar una transacción corporativa", explica Talisman.
Fue el 24 de mayo cuando Talisman, tras ser informada de este interés, encargó asesoramiento a Goldman Sachs y Nomura acerca de una posible transacción. Un día después, el director financiero de Repsol, Miguel Martínez, se reunió en Munich con los altos directivos de la compañía canadiense para expresar su "prioridad por una transacción corporativa".
El 5 de junio, Martínez entregó en Londres a su homólogo en Talisman, Paul Smith, una carta no vinculante en la que se expresaba formalmente el interés de Repsol, sin precisar un precio. Cinco días después, se firmó un acuerdo de confidencialidad y se comenzó a dar información sensible a la empresa española.
La primera cumbre entre las petroleras se celebró el 3 de julio, en Nueva York, y en ella el presidente de Talisman, Chuck Williamson, se reunió con el presidente de Repsol, Antonio Brufau, quien estuvo acompañado por su consejero delegado, Josu Jon Imaz, y por el secretario del consejo, Luis Suárez de Lezo.
En ese momento, Repsol dio el compromiso verbal de pagar 12,5 dólares por acción, oferta que elevó el 14 de julio a 13 dólares, lo que implicaba una prima del 31%. Ese mismo día, Talisman reunió a su consejo e invitó a la sesión a Goldman Sachs. Creó una comisión específica y contrató al despacho Blake, Cassels & Graydon como asesor jurídico.
Durante el mes de agosto se produjo una crisis en la negociación. El día 1, Brufau remitió un mensaje diciendo que Repsol renunciaba a la transacción, tras lo que el consejero delegado de Talisman, Harold Kvisle, le llamó por teléfono.
En esa conversación, el presidente de Repsol expresó su preocupación con TSEUK, la 'joint venture' en Reino Unido entre Talisman y la china Sinopec, con la que Repsol tiene a su vez otra sociedad conjunta en Brasil.
Brufau mostró su preocupación con el valor de TSEUK y con las relaciones con una empresa con la que la empresa española tiene negocios. Estos argumentos tuvieron tal peso que Talisman reconoció la ruptura de neociaciones, cerró su acceso de información a Repsol y le pidió que devolviese o destruyese la documentación.
No obstante, fue la propia Repsol la que, a finales de agosto, comunicó que estaba interesada en buscar al menos "transacciones alternativas", lo que dio origen a una nueva reunión en Calgary a la que acudió Martínez. Allí se inició el deshielo, que concluyó cuando, a finales de septiembre, Brufau dijo por teléfono a Kvisle que seguía habiendo interés, pero ahora a 11,5 dólares por acción.
A finales de octubre, se produjo otro giro en los acontecimientos con la llegada de una muestra de interés por parte de un tercer inversor, que llegó a remitir una propuesta por escrito con un precio orientativo y que también tuvo acceso a los registros de Talisman.
La petrolera canadiense fijó entonces para el 15 de diciembre la fecha para recibir ofertas vinculantes, y esta tercera parte le contestó que no podría tener a tiempo su propuesta.
Este distanciamiento fue aprovechado por Repsol. El 19 de noviembre, Brufau llamó a Kvisle y le ofreció 8 dólares por acción, y fue el 5 de diciembre, a pocos días del acuerdo definitivo, cuando el presidente de Repsol se llevó a Martínez a Dallas para reunirse con la cúpula de Talisman y volver a convertirse en aspirante a la compra.
Tras esa reunión, se aceleró el proceso, que concluyó el 15 de diciembre, con la reunión del consejo de administración en la que Repsol aprobó la compra, y con la convocatoria, poco después, del consejo de Talisman en la que se dio el visto bueno unánime a la misma.
Dos de los grandes de las finanzas globales han roto en aplausos hacia el último movimiento corporativo deRepsol. Goldman Sachs y Nomura han redactado sendos informes en los que respaldan la compra de la canadiense Talisman por parte de la petrolera española.
Ambos documentos serán distribuidos entre los accionistas de Talisman, que han sido convocados a una junta en la ciudad canadiense de Calgary para el próximo 18 de febrero. El punto fundamental del día es aprobar la propuesta de compra de Repsol, que deberá contar con un respaldo de al menos el 66,6% del capital social de la norteamericana para llevar a cabo sus propósitos.
El caso de Nomura es especialmente destacable, pues ha acompañado el proceso desde su origen. El banco de inversión japonés fue contratado por Talisman en noviembre de 2013 con el objetivo de buscar “potenciales alianzas” para la explotación de algunos activos de la canadiense. Entonces, la entidad puso sobre la mesa el nombre de Repsol, que poco tiempo después expresó su propio interés en “considerar una transacción corporativa”, según se recoge en la documentación que ahora ha sido remitida al supervisor del mercado estadounidense.
Este cambio de escenario llevó a Talisman a renovar su contrato a Nomura y fichar a Goldman Sachs el pasado 24 de mayo. Sólo un día después, el director financiero de la española se reunía con altos cargos de la canadiense en la ciudad alemana de Múnich para un primer contacto directo. Después de acompañar todo el proceso, ambas entidades consideran oportunos los términos planteados en la oferta de compra, a pesar de que como han reconocido que a consecuencia del hundimiento del precio del petróleo el importe inicialmente ofrecido por acción ha caído un 40%, al pasar de los 13 a los 8 dólares por título.
Con este clima poco amable para la industria petrolera, ambas entidades consideran que la puja de 10.400 millones de euros es “justa desde el punto de vista financiero”. Y es así que animan a los accionistas de la norteamericana a seguir los pasos del consejo de administración de la compañía, que apoya de forma “unánime” la toma de control de Repsol y, de hecho, ya han bloqueado sus respectivas participaciones.
La Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC ha dictado esta semana un auto por el que se ratifica en las razones que le llevaron a defender que no procedía suspender cautelarmente las prospecciones autorizadas a Repsol al este de Lanzarote y Fuerteventura.
El auto está fechado el pasado viernes 16/01, mismo día en el que Repsol anunció públicamente que abandonaba su proyecto exploratorio en Canarias, porque, tras haber perforado hasta más de 3.000 metros de profundidad en el Atlántico en el denominado pozo 'Sandía', no ha encontrado reservas de gas o petróleo explotables.
La resolución cuenta con el voto particular de uno de los seis magistrados de la Sala, Luis Helmut Moya Meyer, el mismo que hace semanas se declaró partidario de paralizar los sondeos por apreciar defectos legales en el proceso seguido para su autorización.
Esta vez, este magistrado del TSJC plantea en su voto discrepante que los ministerios de Industria y Medio Ambiente han podido incurrir en "desviación de poder" para garantizar a Repsol los permisos, con un "inexplicable abandono del principio de cautela" y una actuación "orientada desde un principio a remover todos los obstáculos que se opusieran a la aprobación del proyecto".
¿Oculta datos Repsol?
Pero, además, subraya que no se cree ni la información facilitada por Repsol durante las prospecciones, ni tampoco que la empresa haya decidido retirarse por no haber encontrado nada de valor.
"Si se decide a hacer unas prospecciones en un punto muy concreto, arrostrando todas las consecuencias de la fuerte oposición social e institucional que el proyecto suscitaba, es porque se tienen algo más que indicios de la presencia de crudo en el subsuelo", alega.
Moya Meyer sostiene que "no es difícil pensar" que la campaña sísmica que Repsol realizó en la zona hace años, antes de que el Supremo revocara su anterior permiso, le permitió detectar "una colosal reserva de crudo, que le decidió a afrontar todo el desgaste que iban a suponer las prospecciones", rechazadas por las principales instituciones canarias y numerosos colectivos sociales
"Así que resulta curioso que se diga que solo se han detectado pequeños depósitos, de los que no se informó durante la ejecución de las catas", añade este juez, en un auto difundido hoy por el TSJC.
La voz discrepante de la Sala sostiene que "no se entiende que sea abandonado (el pozo 'Sandía' y la posibilidad de hacer una segunda cata) sin dar una explicación suficiente de las verdaderas razones que se ocultan detrás de esa decisión", lo que le inclina a pensar que Repsol se va de la zona en una "huida táctica", ya que por ahora "no ha renunciado en forma a las autorizaciones".