Reducirse, esta es la premisa para la minería en 2015. Atrás quedaron los tiempos de los megaproyectos y de las súper inversiones para pasar a un presente en donde control de costos y rentabilidad son el binomio imperante de una industria que comienza a centrarse en la producción a menor escala. En San Juan ya se palpa la tendencia y el reflote aggiornado de El Pachón, es el caso emblemático.
De las 400 mil onzas de cobre inicialmente previstos para los primeros cinco años se pasará a producir la mitad, es decir, 200 mil onzas por año y según los objetivos anunciados a fines de 2014 por Glencore. Esto se traducirá en una prolongación de la vida útil del yacimiento que antes estaba calculada en 30 años. Un achicarse para crecer, sin dudas impulsado por la retracción de los precios internacionales de los metales y la consecuente reducción de inversiones en proyectos de gran envergadura a largo plazo.
“Las empresas buscan achicar los proyectos no solo porque resultan más económicos, además se vuelven más rentables a la hora de venderlos, es más fácil poner en venta un proyecto más chico ya en movimiento que un mega proyecto a la espera de enormes inversiones”, comentó Julio Ríos Gómez, Presidente del Grupo de Empresas Exploradoras de la República Argentina (GEMERA).
Y continuó: “Este fenómeno de reducción o achicamiento pasó desde las acciones de las bolsas del mundo a materializarse en los mismos proyectos mineros. Gran cantidad de empresas mineras a nivel mundial reorganizaron sus proyectos más avanzados, vendieron gran parte de sus activos para tener dinero líquido para el financiamiento de los mismos. Esto es lo que hizo la empresa Glencore, redujo los costos, procesos y plazos originales para poder materializarlos y que El Pachón no se terminara convirtiendo en un yacimiento estéril, siempre a la espera de una reactivación del mercado, la cual podría demorar mucho tiempo”.
Este reacomodamiento también se vive en Los Azules, el yacimiento de cobre al norte de El Pachón en avanzado estado de exploración y a cargo de McEwen Mining Inc. Según declaraciones a medios especializados por parte de Carlos Liggesmeyer, country manager de la empresa, el plan original está siendo reformulado a las condiciones actuales a fin de avanzar a la etapa de prefactibilidad de un modo económicamente más eficiente. Ya en 2014 la firma había presentado un plan estratégico para convertir a dicho proyecto en una de las minas de cobre con menor costo del mundo, centrándose en la optimización de procesos, alternación del tamaño de la roca molida y modificaciones en cuanto a la exportación del cobre, que mutó del mineraloducto a Chile a la fabricación de planchas en mina para reducir los impuestos a las exportaciones.
Las estrategias de las empresas pueden variar acorde a las necesidades, pero todas apuntan a una optimización de costos que incluye entre las variables, volúmenes de producción menores y por tanto, inversiones más reducidas. Para expertos locales, comenzar a pensar en menor escala abre la puerta a que proyectos más pequeños tengan posibilidades de concreción. Hoy lo que importa es sumar más proyectos en construcción en forma simultánea, antes que pocos proyectos de gran envergadura y largo plazo constructivo.
Del otro lado de la cordillera la tendencia se percibe en forma similar. En Chile, las constructoras vinculadas a la minería prevén un 2015 con menos inversiones pero con más proyectos de rápida rentabilidad. Así lo afirmó en medios trasandinos Florencio Correa Besanilla, vicepresidente de la constructora Besalco S.A. “Con un proyecto chico, uno lo hace y lo vende, en cambio para una inversión de largo plazo se tiene que hacer todo un desarrollo que tiene un alto costo base antes de empezar a vender”, puntualizó el ejecutivo.
Lo mismo se perfila en Perú. De acuerdo al diario económico Gestión, la tendencia es hacia el acceso compartido y el valor compartido. “Se nota innovación en el financiamiento, y un cambio en el modelo de propiedad y la operación de la infraestructura, ya que una gran cantidad de los futuros proyectos consistirán de una serie de minas en vez de una sola mina de gran escala”, especificó el medio en su ranking “Los 10 principales riesgos que enfrentan las mineras”.
Eso sí y en lo coinciden todos quienes se dedican a la industria: No hay adecuación financiera que pueda ser efectiva en la práctica sin marcos jurídicos estables.
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