Recientemente mencionamos que el cambio climático está originando un grave horizonte para la vida humana y que la generación de energía en base a combustibles fósiles (como el carbón, el petróleo y el gas) sigue agravándose, ya que aparece como imposible disminuir el dióxido de carbono en la atmósfera por ese camino. China y la India consumen básicamente carbón, un gran contaminante.
Lo indispensable es ir rápidamente hacia las fuentes de energía renovable, como la eólica, la solar, y la marítima, entre otras. También comentamos que el proyecto de la CELTA con organismos estatales chinos está aún pendiente de aprobación por los entes de control de ese país.
Pero los especialistas afirman que el camino hacia la energía limpia no es fácil y aunque su desarrollo sea inevitable, porque de otra manera la contaminación ambiental será enorme, es complicado pensar que se podrá avanzar mucho en el corto plazo por las enormes sumas que deben invertirse para que comience a disminuir la presencia de las energías que originan el dióxido. Hablan igualmente de que deben regularse con detenimiento los incentivos a aplicarse para que se creen condiciones de inversión adecuadas.
El país, dicen los técnicos, debería actuar de acá a 2017 en proyectos de emergencia y comenzar en ese último año un plan de aumento del parque generador que permita crecer en 22.000 megavatios, con un costo de magnitud.
Pero hemos puesto énfasis singular en los yacimientos de Vaca Muerta, en la Patagonia, para obtener petróleo y gas -contaminantes- mediante inversiones multimillonarias que el país por sí solo no podrá hacer. Lo mismo ocurre con proyectos hidroeléctricos muy grandes. Es decir que en todos los caminos a recorrer hay necesidades de apoyo financiero.
Energía solar
Uno de los factores que conspira contra el desarrollo intensivo de las energías renovables son los costos iniciales; en el caso de la solar, se ha conseguido atenuar en medidas importantes ese elemento económico. Eso abre un campo interesante.
En la Argentina hay dos parques de generación importante, además de instalaciones de abastecimiento concentrado en determinados lugares. El parque unitario más importante se ubica en San Juan, que debería alcanzar los 20 megavatios en el futuro; el otro, en Terrazas de Portezuelo, en San Luis, abastece por el momento a varios edificios provinciales. Camino poco elogiable si tenemos en cuenta que una ley establece que el país deberá tener para 2017 el 8% de energía limpia; hoy son menores al uno por ciento excluyendo la hidroelectricidad.
Pero el sistema solar crece, según se informó en un reciente congreso internacional, donde se puso de manifiesto que la Argentina tiene condiciones especiales para aprovechar la luz solar, además de profundizar su empleo en áreas rurales.
Se vio en ese encuentro diferentes elementos muy simples y útiles, como la fabricación nacional de hornos, que permiten preparar comidas con eficiencia. Hay empresas que producen e instalan equipos solares térmicos, como termotanques que calientan sin inconvenientes 180 litros de agua y mantienen la temperatura más de dos horas después de interrumpirse el efecto solar. La mayor demanda es de Buenos Aires y Santa Fe, incluyendo equipamiento que permite -como al club Godoy Cruz, de Mendoza- abastecer sus instalaciones de vestuarios y duchas. El costo de un equipo de ese tipo es de 15.000 pesos.
Hace varios años, el sistema de pantallas solares alcanzó cierta repercusión e inclusive en Tres Arroyos tuvo alguna difusión comercial. Pero esto no prosperó en aquel momento y en todo el país la cuestión fue minimizada.
Implantar en el mundo un sistema amplio, es harina de otro costal. Hacen falta muchos esfuerzos para lograr la generalización de esta búsqueda vinculada a la subsistencia de la vida humana.
Fracking
En la Argentina, eso no debería dejarse de lado, pero al mismo tiempo la carencia de energía cada vez más visible desde hace algunos años, con cortes impresionantes en áreas superpobladas, ve primero como remedio la puesta en marcha del sistema de fracking para extraer petróleo y gas del subsuelo rocoso, mediante la inyección líquida a alta presión en las rocas subterráneas o "esquistos".
Estados Unidos se convirtió en uno de los principales productores del mundo, disminuyendo su dependencia externa del petróleo, con enormes inversiones en varios de sus Estados. Hace poco tuvieron repercusión manifestaciones técnicas de que un sismo producido en Ohio se originó en el uso del sistema, pero la enorme significación económica hace difícil pensar en eliminar el fracking.
En la zona de Vaca Muerta, YPF ha llevado adelante una tarea pequeña pero demostrativa de su viabilidad. Se producen allí, con ese mecanismo, alrededor de 15.000 barriles diarios, pero llevar a niveles suficientes esa producción requiere inversiones multimillonarias a lo largo de varios años, como los que requirió Estados Unidos. Que Vaca Muerta sea el segundo reservorio mundial en gas y el cuarto en petróleo, anima a pensar que es posible, pero es indispensable tener dinero. Si a eso le agregamos el empleo creciente, casi obligatorio, de energías renovables, necesitadas también de inversiones, la cuestión es complicada.
Estados Unidos desarrollo miles de pozos de petróleo de "shale gas" antes de ir al sistema limpio; quizás haya que imitarlos.
