El Fondo Monetario Internacional rebajó su pronóstico de crecimiento para Chile durante este año y responsabilizó del menor dinamismo de la economía local a la inquietud provocada por las reformas impulsadas por el gobierno.
En una conferencia sobre la perspectiva económica para América Latina y el Caribe, Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, informó que el organismo recortó su estimación para el PIB chileno desde la tasa de 3,3% prevista en octubre a 2,8%.
La nueva proyección del prestamista internacional está ligeramente por sobre el consenso de 2,6% de los economistas encuestados por el banco central y del promedio de 2,7% de Latin Focus.
De esta manera, la organización liderada por Christine Lagarde se suma a la corrección a la baja que realizó la semana pasada el Banco Mundial desde 3,4% a 3%.
"La incertidumbre en torno al impacto de las reformas de política parece estar afectando la inversión", aseguró el funcionario.
Recortes generalizados
La reducción de 0,5 punto porcentual en la predicción para Chile fue la de segunda menor magnitud tras la disminución de 0,3 punto porcentual para el PIB de México hasta 3,2% (esta cifra se había dado a conocer el martes en la actualización de informe Panorama Económico Mundial).
El pronóstico para Colombia cayó 0,7 punto porcentual hasta 3,8%. Le siguieron Brasil y Perú, cuyas perspectivas fueron recortadas en 1,1 punto porcentual. El Fondo ahora espera que la principal economía de la región se expanda sólo 0,3% (la cifra también se reveló el martes).
La mayor revisión la sufrió Venezuela, cuya economía se contraería 7% en vez de la tasa de 1% vaticinada hace tres meses.
Argentina fue la única nación que experimentó un alza en sus previsiones. El FMI estima que el país se contraerá 1,3% y no 1,5%.
El economista mexicano destacó que América del Sur enfrenta fuertes vientos en contra derivados del aún mediocre ritmo de crecimiento global y el continuo declive de los precios de los metales y de las materias primas agrícolas. Asimismo, esta subregión se beneficia poco de la robusta recuperación de Estados Unidos.
"El comienzo de un nuevo año típicamente trae una nueva dosis de optimismo. Sin embargo, hoy lo que se siente en gran parte de América Latina y el Caribe es inquietud", declaró Werner.
Si bien el "desafiante" contexto externo representa una carga relevante para muchos países, la autoridad manifestó que aún "no es demasiado tarde para hacer una lista de buenos propósitos" para enfrentar las debilidades domésticas y mejorar las perspectivas de crecimiento.
Crudo más barato
El encargado para la región afirmó que se espera que la caída en los precios del petróleo sea neutral para el área en su conjunto, aunque los efectos a nivel individual son muy diversos.
Venezuela y, en menor medida, Bolivia, Colombia y Ecuador son los mercados más golpeados por la baja en el valor del combustible.
México cuenta con cobertura financiera para proteger sus ingresos petroleros durante este ejercicio, detalló Werner. Además, dicho rubro representa un papel relativamente modesto en la segunda economía latinoamericana, "de manera que el impacto global es limitado".
El resto del bloque debería beneficiarse con los precios más baratos, especialmente los países en América Central y el Caribe con onerosas importaciones de crudo.
El organismo advirtió que una prolongada debilidad del petróleo podría limitar el potencial asociado al desarrollo de los recursos todavía sin explotar en Argentina, Brasil y México.
El pronunciado retroceso que han mostrado los valores del hidrocarburo desde mediados del año pasado mitigará las vulnerabilidades externas y fiscales en algunos países y ofrece "una excelente oportunidad para eliminar gradualmente los costosos y mal enfocados subsidios a la energías que son tan comunes en la región".