La imposibilidad de conseguir financiación para grandes proyectos que sufren los grupos constructores brasileños tras el escándalo de corrupción en Petrobras está creando oportunidades sin precedentes para las firmas de inversión en petróleo, gas e infraestructura.
Muchas constructoras líderes encuentran difícil acceder a los mercados de capitales desde que fiscales estatales las acusan de haber pagado coimas a la compañía petrolera estatal y a políticos para conseguir contratos.
Los grupos de inversiones sostienen que la escasez de capitales podrían forzar a aquellas empresas a suspender los planes de construir obras para petróleo y gas, aeropuertos y diques. "Habrá muchos proyectos para los que las constructoras simplemente no podrán presentarse a las licitaciones," aseguró Antonio Bonchristiano, CEO de GP Investment, uno de los fondos más grandes de Brasil. GP planeaba recaudar más de u$s 2.000 millones a fines de 2014 para inversiones en infraestructura, bienes raíces y otros acuerdos con fondos de inversión, contó.
Fernando Borges, director de la Asociación Brasileña de Private Equity y Capital de Riesgo, afirmó que el retiro de los grupos constructores creará oportunidades para otros grupos inversores. "Esto crea una serie de cambios", agregó.
La recaudación de fondos para inversiones en América latina se ha mantenido pese a la crisis en las economías de la región. La mayoría de las firmas internacionales que compran empresas están presentes en Brasil. Se estima que han recaudado u$s 8.000 millones el año pasado para inversiones en la región, la cifra más alta desde 2011, según Cate Ambrose, presidenta de la Asociación latinoamericana de Private Equity y Capital de Riesgo. "El año pasado fue un gran año de recaudación", aseguró.
Por el contrario, Petrobras no pudo captar dinero fresco en los mercados de capitales desde las acusaciones de corrupción. A su vez, impidió que 23 de las compañías más grandes de Brasil compitan para participar de proyectos, porque están siendo investigadas en el marco del escándalo.
Según Bonchristiano, las compañías constructoras actuaban a menudo tanto como inversores como contratistas, lo que les daba el control sobre grandes proyectos y reducían las oportunidades para otros potenciales grupos de inversiones. "Las constructoras eran competidoras mías en operaciones para infraestructura", afirmó
Borges no cree que la industria local de private equity tenga la capacidad de abastecer de financiación a los grupos constructores, porque muchas de las oportunidades de infraestructura son demasiado grandes. Esos proyectos probablemente atraigan a los fondos más grandes de riqueza soberana y pensiones.
El año pasado, Canadian Pension Plan Investment Board abrió una oficina en San Pablo para invertir en bienes raíces y propiedades de logística. Dos compañías de inversiones de Singapur, GIC y Temasek, ya están instaladas en la ciudad.
Sin embargo, con la economía brasileña estancándose y su moneda depreciándose contra el dólar, algunos grupos de private equity ven este año como la oportunidad tan esperada para acumular activos a precios más razonables, después de años de frustrarse con las elevadas valuaciones.
Paulo Resende de Valora Investimentos contó que su grupo había empezado a invertir fuera de la industria de petróleo y gas debido a los problemas con la corrupción en el sector. Pero el sacudón desde el escándalo y la caída del precio del crudo implicarían que las oportunidades y los precios deberían mejorar. "Para quien tenga capital disponible, es un gran momento para invertir", aseguró.