Lejos de salir de la crisis, Impsa sigue teniendo problemas para cumplir con sus compromisos laborales. En la mañana de ayer, trabajadores de Industrias Metalúrgicas Pescarmona comenzaron una protesta frente a la Subsecretaría de Trabajo de Mendoza para reclamar por el incumplimiento del último acuerdo pactado entre la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y la compañía.
Según informó Luis Márquez, secretario general del gremio, en la última conciliación lograda entre las partes se había acordado una serie de medidas que darían tranquilidad económica a los trabajadores de Impsa. “Sin embargo, la mayoría de los puntos no fueron respetados”, denunció el representante sindical.
“El reclamo se centra en el incumplimiento de pagos por productividad, presentismo, vacaciones y quincenas. No sólo no se han respetado los compromisos acordados sino que, además, la empresa no da fecha para resolver los pagos adeudados”, indicó Márquez.
Como punto a favor de la compañía, el gremialista reconoció que “no se han efectuado nuevos despidos en los últimos meses”, aunque lamentó que “es el único punto que se cumplió de forma efectiva”.
El reclamo continúa
La protesta en la puerta de la Subsecretaría de Trabajo alertó a Mendoza sobre la situación interna que se vive entre los trabajadores de Impsa, pero desde la UOM revelaron que las acciones de reclamo irán mucho más allá de una manifestación en la calle.
“A partir de mañana (por hoy) asistiremos a nuestros puestos de trabajo pero no desempeñaremos nuestras tareas laborales. Mantendremos esa postura hasta que la empresa se ponga al día con todo el dinero adeudado”, advirtió Márquez.
“Recibimos un adelanto de pago de $ 4.000 por la segunda quincena de diciembre y aún resta abonar otros $ 3.000 aproximadamente. Mientras tanto, todavía no cobramos la primera quincena de enero. No seguiremos trabajando hasta que se regularice nuestra situación”, agregó.
En tanto, desde Impsa no manifestaron una postura definida ante los reclamos de los trabajadores, pero sí reconocieron que existen problemas a resolver. “Están pidiendo por la falta de trabajo y es comprensible. Estamos todos en el mismo barco”, comentó Ismael Jadur, responsable de Relaciones Institucionales de Impsa.
Crisis y falta de recursos
Los problemas de Impsa comenzaron a ventilarse en febrero de 2014, cuando la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM) empezó a recibir denuncias por despidos en la planta de Impsa de Godoy Cruz. Hasta agosto fueron 20 los trabajadores que salieron de la empresa pero ese mismo mes la compañía pidió a la Subsecretaría de Trabajo que la declarara como empresa en crisis por el riesgo de despido de 215 trabajadores más.
En setiembre empeoraron sus problemas financieros y en la segunda quincena Impsa cayó en default técnico por un vencimiento de deuda de U$S 20 millones. Fue entonces que la compañía advirtió que podría despedir a 600 empleados, pero pronto llegó el respaldo de Nación a través del Programa de Recuperación Productiva, que significó un aporte total de $ 2.000 por mes por cada trabajador de la planta de Godoy Cruz.
El apoyo vence este mes y aún no hay respuestas por parte del Estado sobre si se extenderá o no la asistencia durante un nuevo período.
Por si fuera poco, Brasil y Venezuela le deben a Impsa un total de U$S 950 millones por proyectos energéticos, monto que solucionarían gran parte de los problemas de la compañía, pero desde Pescarmona confirmaron que “ambas naciones siguen manteniendo la deuda”.