El gobernador Martín Buzzi estará hoy en Buenos Aires en una reunión con el ministro de Economía, Axel Kicilloff, para diseñar medidas que impidan impactos de la caída del precio del petróleo en la industria argentina. En tanto ayer los sindicatos petroleros de la región mantuvieron un encuentro en el Ministerio de Planificación Federal en el mismo sentido.

Desde el Gobierno provincial confirmaron la asistencia de Buzzi al encuentro, tiempo después de que el chubutense propusiera reducir la alícuota de regalías para proyectos que permitan incrementar la producción y sostener la actividad. Para ambas convocatorias también el ministro de Hidrocarburos, Ezequiel Cufré, tiene una silla reservada.

En contacto con Radio 100.1, el secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Chubut, Jorge Avila, describió la agenda del encuentro de hoy. “El gobernador hace una propuesta interesante, acorde a la crisis que tenemos”, sostuvo el sindicalista petrolero.

“Pero también Nación tiene que hacer un esfuercito más con el tema de las exportaciones. Si hacemos números, en los últimos tiempos fueron llevados de la provincia del Chubut 8.500 millones de dólares en retenciones a las exportaciones de petróleo y gas. Y eso no se coparticipa”, añadió.

Ese esfuerzo que plantea el sindicato consiste en bajar más las retenciones a las exportaciones hasta que pase la crisis (están en 1% actualmente) y mejorar el precio del crudo de exportaciones: el Escalante cotiza para el mercado interno a 63 dólares por barril. Esas medidas beneficiarían a Chubut, que es la mayor exportadora de crudo.

CASO SCHLUMBERGER

Avila manifestó su preocupación por el anuncio de Schlumberger de recortar su plantilla de personal a nivel mundial, que significará 9.000 despidos en distintas operaciones de la compañía alrededor del globo.

“En la Argentina, gracias a la política del Gobierno nacional, estamos aguantando el avatar de la baja del crudo. Pero en algunos lugares del mundo los despidos no bajan de 2.000 o 3.000”, señaló.

“Cuando se paraliza la inversión, las que más sufren son las pequeñas y medianas empresas. Se frenan las obras o se les gira la mitad de la plata de los sueldos”, expresó el titular del gremio de los petroleros chubutenses.

“La principal acción del sindicato es defender los puestos laborales y después defender los 2.400 millones de dólares que tienen las operadoras para invertir en Chubut. Esto es YPF, Tecpetrol, Sipetrol y Pan American. Son 2.400 millones de dólares que se inyectarían en el 2015 a la economía petrolera”, señaló.

El dirigente sindical descartó una nueva “312”, aquella resolución del Ministerio de Trabajo de la Nación que en la práctica cesanteaba a trabajadores y les garantizaba el sueldo básico hasta que se reactivara el empleo en los yacimientos.

“Nosotros queremos que se mantenga la inversión, así no habría trabajadores en la casa. Así estaríamos colaborando para que haya más producción en las cuencas y tener más salvaguardado el futuro de la industria del petróleo en Comodoro. Con los trabajadores en las casas es muy difícil aumentar la producción”, concluyó Avila.

El Gobierno citó para hoy a las petroleras para hablar sobre la caída en el precio del crudo y sus efectos en el empleo del sector. Aunque las empresas no aplicaron hasta ahora reducciones drásticas, hubo conversaciones con contratistas y proveedores para bajar costos. Las firmas de servicios petroleros están achicando sus planteles en sus casas matrices y se teme que esto tenga efecto local.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, el de Planificación, Julio De Vido, y el de Trabajo, Carlos Tomada agendaron un encuentro con los empresarios del sector para hoy al mediodía. Miguel Galuccio, CEO y presidente de YPF, estará entre los asistentes.

Antes de la Navidad, el Gobierno pactó con las petroleras una rebaja del 5% en el importe de los combustibles. A cambio, comprometió a las empresas locales a recibir US$ 77 por cada barril de petróleo de Neuquén (antes cobraban US$ 84), rebajó un impuesto local y disminuyó la alícuota de retenciones a las exportaciones.

Cuando se tejió ese acuerdo, el barril estaba a US$ 55 y se creía que había tocado un piso. Un mes después, está entre US$ 47,50 (el WTI) y US$ 48,94 (el Brent, que la Argentina está usando como referencia para las exportaciones). Pero viene de estar por debajo de los US$ 45. La caída motivó al gobierno de Chubut a rebajar las regalías que cobra por las ventas externas de petróleo. Pasaron del 15% de lo recibido por la petroleras a 7,5%.

Las compañías quieren que el Gobierno les brinde algún estímulo por mantener sus actuales niveles de producción.

Con la caída del crudo –más del 50% en menos de seis meses– varias petroleras locales le pidieron a sus proveedores que reduzcan sus costos en un rango del 10% al 40%. Esa situación pondría en riesgo algunos empleos, según dijeron sindicalistas en diálogos informales con funcionarios.

El precio local del petróleo está desacoplado en relación al internacional. Eso benefició a los consumidores y perjudicó a la industria cuando el barril estaba por las nubes (a US$ 140) como en 2008. Ahora, con el crudo entre US$ 45-US$ 50, cargar el tanque le cuesta US$ 1,31 ($ 11,31 el litro de súper en estaciones porteñas de YPF) al consumidor. Eso está garantizando ciertos niveles de rentabilidad para la industria. “Todos los costos se ajustan por precio, es mentira que la industria no es rentable a menores costos”, acusa Federico Sturzenegger, diputado del PRO, que trabajo en YPF cuando Roberto Monti estaba al frente de la petrolera. En Estados Unidos, los precios al público bajaron un 37% y especialistas como el ex secretario de Energía, Jorge Lapeña cree que la Argentina debería ir en la misma senda.

“El precio local quedó altísimo en relación a los internacionales, pero con estos costos laborales que son muy elevados, la industria no tiene posibilidades de adaptarse a menos que reduzca las inversiones. Cuando una empresa levanta la producción en un pozo, después no es fácil reiniciar”, explicó el consultor Daniel Gerold a Clarín en su edición del domingo. “Si se interrumpe la producción local, dentro de dos años va a haber que importar un 50% más que ahora y eso generará problemas de divisas”, agregó.

Cuando el mundo pagaba US$ 140 por cada barril de petróleo, en 2008, el Gobierno obligó a los productores locales a cobrar hasta US$ 42. El litro de nafta al público estaba alrededor de US$ 0,75 (la súper de YPF estaba a $ 2,35 y el dólar a $ 3,16 en mayo). Según Gerold, se resignaron US$ 70.000 millones en ventas.

Ahora, los consumidores están pagando 74% más en dólares que en 2008 y 481% más en pesos. “Si dejamos de subsidiar a las empresas, aquí no invierte nadie”, cuenta un ejecutivo de una firma chica.

Al Gobierno también le preocupa Vaca Muerta. En su paso por el Congreso, Galuccio dijo que, con el petróleo a US$ 84-US$ 85, los resultados en Vaca Muerta eran “marginales”. Semanas después, afirmó que el yacimiento neuquino era rentable a US$ 65.