El cobre repuntó 1,64% a US$2,59 la libra en Londres. Un alivio para la minería chilena, en especial la pequeña y la mediana, cuyos costos muchas veces superan los 3 dólares la libra.
Ahora bien, las grandes mineras han manifestado su preocupación por algunas operaciones como la división Salvador de Codelco (ver entrevista en página 19), cuyos costos están al límite del precio actual.
Lo mismo ocurre con Michilla, la mina que Antofagasta Minerals pretende cesar a fines de este año, y que enfrenta un costo directo o cash cost en torno a los US$2,40 la libra. Y con las operaciones Mantos Blancos y El Soldado de Anglo American, que podrían ver complicado su proceso de venta en el actual escenario, cuyos costos superarían los US$2 por libra.
Consultadas algunas fuentes de estas mineras, admitieron su preocupación por las menores rentabilidades que podrían enfrentar en caso de que el precio actual se extienda durante el año.
Pero hicieron la salvedad respecto a factores que no se han tomado en cuenta hasta ahora y que podrían servir como amortiguador del efecto negativo neto del valor internacional del metal rojo.
Son tres antecedentes -tipo de cambio, energía y mano de obra- que, unidos, han creado un colchón de reducción de costos a nivel general en la industria. "Te apuesto que en los informes de resultados, todas las mineras grandes van a informar caídas en costos", dijo un ejecutivo.
El alza del tipo de cambio provocó un alivio importante para las operaciones mineras, ya que sus ventas de cobre son en dólares y sus principales costos son en pesos, por lo que el efecto cambiario es favorable.
La energía, en tanto, representa en promedio alrededor del 20% de los costos de las mineras. Y el fuerte descenso en el petróleo observado en la última parte del año se ha convertido en otro ingrediente positivo para su estructura financiera.
Y a ello se le agrega la disminución radical que han tenido los costos de los servicios de terceros, en especial la mano de obra contratada, en medio de la falta de proyectos mineros, que ha implicado severas racionalizaciones, por ejemplo, en empresas de ingeniería.
Con este trío de ingredientes, se forma un panorama bastante menos adverso del que se podría esperar con una cotización del metal rojo que no se veía desde hace cinco años y si se viera un tipo de cambio en baja o un petróleo en alza.
La ministra de Minería, Aurora Williams, dijo que esta baja del cobre es puntual y no marca tendencia. Admitió a radio ADN que "impacta las arcas fiscales", pues el Presupuesto incluye un precio proyectado de US$3,05. Y concordó con la industria sobre el efecto amortiguador de los costos.
"La baja del precio del petróleo, si bien afecta al precio (del cobre), mejora la situación de costos de las empresas (...) Los ingresos están en dólares, pero los costos -aproximadamente del 45% de la industria- están en pesos, por lo que este tipo de cambio favorece una disminución de costos y permite mantener un poco la rentabilidad", precisó.