Un reciente informe elaborado por investigadores de la Universidad de Puerto Rico, advierte que la actual fiebre del oro, impulsado por el aumento del consumo en los países en desarrollo, especialmente India y China, y por la incertidumbre en los mercados financieros, es una creciente amenaza para los ecosistemas tropicales de Sudamérica.
El informe “La demanda mundial de oro es otra amenaza para los bosques tropicales”, indica que, entre 2001 y 2013, aproximadamente 1.680 km2 de bosque húmedo tropical se perdió debido a la minería del oro. Por ejemplo, el departamento de Madre de Dios (Perú), una de las áreas biológicamente más ricas de la Tierra, perdió 400 km2 de bosque debido a la minería de oro entre 1999 y 2012.
Según los investigadores, un 90% de esta pérdida se produjo en sólo cuatro zonas y una gran parte en las cercanías de las áreas de conservación. “La deforestación fue significativamente mayor durante el período de 2007 a 2013, y esto se asoció con el aumento de la demanda mundial de oro después de la crisis financiera internacional. Más del 90% de la deforestación ocurrió en cuatro puntos principales: Guianan (41%), Sudoeste de la Amazonia (28%), Tapajós-Xingú (11%), y el bosque montano Valle del Magdalena y Magdalena -Urabá (9%).
El informe indica que la minería de oro provoca una alteración significativa al medio ambiente, pero a menudo se pasa por alto en los análisis de deforestación debido a que ocupa áreas relativamente pequeñas. Consumo e incertidumbre de los mercados son los motivos por lo que la producción mundial de oro ha pasado de 2.445 toneladas métricas en el año 2000 a 2.770 toneladas en 2013.Para Nora L Alvarez-Berríos y T Mitchell Aide, autores del informe, las actividades de extracción de oro pueden provocar una gran pérdida de bosques e impactos ambientales y ecológicos graves por la eliminación de la vegetación, la puesta a punto de carreteras y ferrocarriles para el acceso y la creación de asentamientos organizados.
Además, advierten sobre otros impactos a largo plazo como los patrones de lluvia, la pérdida permanente de la biodiversidad y una liberación de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, de efecto invernadero. “Hay una necesidad urgente de comprender los impactos ecológicos y sociales de la minería de oro, ya que es una causa importante de la deforestación en los bosques más remotos de América del Sur, y sus impactos, particularmente en el sistema acuático, que se extienden mucho más allá de los sitios mineros reales”, puntualizaron los investigadores.Para cuantificar el impacto de la minería de oro en los bosques tropicales se creó una base de datos geográfica que destacó la ubicación de las minas desarrolladas entre los años 2000 y 2013.
Los científicos cruzaron la base de datos con mapas anuales de cobertura del suelo que muestran el cambio de la cubierta forestal durante el tiempo de estudio. “En concreto, se analizaron los patrones de cambio de los bosques en los sitios de extracción de oro entre 2001 y 2013, y se evaluó la proximidad de la deforestación la minería de oro a las áreas protegidas (AP). Los mapas de la cubierta forestal se realizaron utilizando la aplicación web de Tierras Mapper y las imágenes de los satélites MODIS MOD13Q1 vegetación índices de 250 m de productos. Se utilizaron además mapas anuales de cubierta forestal para modelar el cambio incremental en los posibles sitios de extracción de oro forestales in~1600 entre 2001-2006 y 2007-2013”, explican.
La Amazonia peruana
La mayor parte de la deforestación de la minería aurífera en la ecorregión de bosque húmedo del Sudoeste de la Amazonia, se está produciendo en el departamento de Madre de Dios en todo el Parque Nacional Bahuaja-Sonene (protección estricta), la Reserva Comunal Amarakaeri (uso múltiple), y la Reserva Nacional de Tambopata (uso múltiple). Datos satelitales de alta resolución de Madre de Dios, demuestran que la tasa promedio anual de pérdida de bosques en relación con la minería de oro se triplicó entre 1999-2007 y 2008-2012. En esta región, la expansión agrícola fue el principal impulsor de los cambios forestales entre 2001-2006, pero después de 2007, predominó la minería de oro artesanal y en pequeña escala.
“El cambio de la agricultura a la minería de oro no es sorprendente dado el aumento considerable de los ingresos (US$ 15-18 al día como obrero agrícola a US$ 10-230 diarios, un minero típico)