La Policía brasileña arrestó ayer a otro exejecutivo de la petrolera estatal Petrobras, luego de que el Ministerio Público lo acusara de participación en un esquema de corrupción y de lavado de dinero dentro de la empresa. Se trata de Nestor Cerveró, exdirector internacional, cuya caída puede dar impulso a la investigación de las conexiones externas del escándalo, que podría haber involucrado coimas por más de 28.000 millones de dólares, contra los 3.800 millones estimados inicialmente.
Cerveró fue detenido en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro cuando regresaba de un viaje a Londres. La Fiscalía dijo en un comunicado que la orden de arresto se basó en la "fuerte evidencia" de que había intentado transferir bienes raíces y fondos a miembros de su familia, informando cifras de las transacciones muy inferiores a las de las reales.
El ejecutivo es una de las 39 personas acusadas por el Ministerio Público de formar un cartel para canalizar sobornos desde proyectos de construcción de Petrobras hacia el Partido de los Trabajadores y a sus aliados.
El abogado de Cervero, Edson Ribeiro, dijo que su cliente había informado a los investigadores de su viaje a Londres, y dijo que si las pruebas alcanzan para detener a su cliente, también debería ir presa la titular de la compañía, Graça Foster, allegada a la presidenta Dilma Rousseff.
Cerveró había intentado transferir 500.000 reales (188.679 dólares) a su hija y había traspasado la propiedad de tres departamentos, agregó el abogado.
El mes pasado, los fiscales en la ciudad de Curitiba, en el sur del país, acusaron a Roberto Costa, otro exejecutivo de Petrobras, y a directores de las principales firmas constructoras de Brasil.
Cerveró, junto con un consultor y una lobbista, fueron acusados de pagar 40 millones de dólares en sobornos a partidos políticos, ejecutivos y contratistas, además de aceptar 13 millones de dólares en sobornos del astillero coreano Samsung Heavy Industries.
La preocupación por el escándalo de corrupción está provocando, junto con el desplome de los precios del crudo, un derrumbe en las acciones de Petrobras hasta mínimos de varios años. Ayer, los papeles de la compañía cayeron un 2,89 por ciento, contribuyendo a una baja del 0,82% del índice Ibovespa.
Rousseff dirigió en los hechos a Petrobras entre 2003 y 2010, cuando se habría desarrollado gran parte de los actos de corrupción, pero la mandataria negó cualquier conocimiento del esquema de coimas.
Cerveró, que fue despedido de Petrobras en marzo, se desempeñó como director del área internacional entre 2003 y 2008, y estuvo implicado en la polémica compra de una refinería en Pasadena, Estados Unidos, en la que según la Contraloría General de la Unión la estatal pagó un elevado sobreprecio y le causó al Estado pérdidas por 660 millones de dólares.
Mientras tanto, la agente de la Policía Federal Erika Marena, que investiga el caso, reveló que la cantidad total de dinero involucrado en el esquema podría superar los 28.000 millones de dólares, lo que la convertiría en la mayor investigación de la historia sobre lavado de dinero en el país.
Marena dijo desde Curitiba, donde se realiza la investigación, que la Policía está investigando la posible participación de más compañías extranjeras y de 750 proyectos de infraestructura, además de contratos que involucran a Petrobras. Según ella, además de la coreana Samsung Heavy Industries, otras empresas habrían pagado comisiones para obtener contratos frente a la costa de África y en el Golfo de México. Otras compañías internacionales, en tanto, habrían pagado por contratos en Brasil.
"No puedo entregar nombres, pero hay indicios de que otras grandes empresas internacionales estaban pagando sobornos para obtener contratos aquí en Brasil", declaró.
En este clima, la estatal nombró por primera vez a un alto ejecutivo para prevenir la corrupción. Se trata de João Adalberto Elek, quien dirigirá la nueva área de Gobernanza, Riesgo y Conformidad, creada en noviembre en 2014.
Agencias Reuters, EFE, AFP y Brasil247,
Eran las 00:30 del miércoles cuando Nestor Cerveró, ex director del Área Internacional de Petrobras, fue detenido por la Policía Federal en el Aeropuerto Tom Jobim de Río de Janeiro. Acababa de regresar de un viaje a Londres, en el Reino Unido.
Se convirtió así en un nuevo caído por la investigación judicial que intenta develar el escándalo de corrupción en la petrolera estatal brasileña, conocido como Operación Lava Jato. Está acusado de haber participado de una red de sobornos y lavado de dinero.
Las autoridades policiales ni siquiera esperaron a que desembarcara para detenerlo. Ingresaron a la aeronave una vez que se abrieron las compuertas y fueron a buscarlo a su asiento de primera clase, según informa O Globo.
El Ministerio Público Federal (MPF) difundió una nota en la que confirmó que Cerveró se encuentra bajo prisión preventiva. Allí se especifica que recibió pagos en negro por más de 15 millones de dólares en la firma de dos contratos para perforación en aguas profundas, según denunció el ejecutivo arrepentido Julio Camargo, de Toyo Setal, que está colaborando con la investigación.
Otro de los delitos que se le achacan es el desvío fondos de la compañía y la transferencia de bienes subfacturados a familiares, por una suma declarada en 200.000 dólares, pero con un valor real que rondaría los 2,6 millones.
La Justicia sospecha que, en su función a cargo del Área Internacional, el funcionario era una pieza fundamental del entramado de corrupción por el cual Petrobras cobraba un "recargo" del 3% en los contratos que firmaba con distintas empresas contratistas y distribuía esos fondos "extras" e ilegales entre políticos del PMDB, aliado del gobernante PT.
Una agente de la policía brasileña que investiga un caso de sobornos en la empresa petrolera estatal Petrobras dijo que la cantidad total de dinero involucrado en el esquema podría superar los 28.000 millones de dólares, lo que la convertiría en la mayor investigación en el país sobre lavado de dinero.
"Si ustedes consideran los montos que se están investigando, el valor de los proyectos de Petrobras, ciertamente es posible que la investigación supere ese valor por mucho", dijo la agente de la policía federal Erika Marena en una inusual entrevista telefónica.
Marena, quien habló desde la sureña ciudad de Curitiba, donde se realiza la investigación, dijo que la policía está investigando la posible participación de más compañías extranjeras y de 750 proyectos de infraestructura, además de contratos que involucran a Petróleo Brasileiro SA, el nombre formal de Petrobras.
Aunque la agente no pudo decir exactamente cuánto dinero podría haber sido lavado en el escándalo de sobornos, sostuvo que el caso es posiblemente mayor que los cerca de 30.000 millones de dólares que fueron transferidos ilegalmente al extranjero en un caso separado entre el 2003 y 2007.
Marena también estuvo involucrada en la investigación de ese caso, conocido como Banestado, el mayor incidente de lavado de dinero en Brasil hasta la fecha.
La investigación se ha convertido en la mayor crisis hasta el momento para la presidenta Dilma Rousseff. La pesquisa ha amenazado con frenar proyectos de construcción muy necesarios debido a la supuesta participación de importantes contratistas de ingeniería y ha reducido la capitalización de mercado de Petrobras a casi la mitad en dos meses.
Marena habló con Reuters en la tarde del martes, antes de que la policía arrestara al ex director internacional de Petrobras Nestor Cervero. Los fiscales lo acusaron de una participación continua en el caso de corrupción y lavado de dinero, aunque su abogado dijo que no ha cometido ningún crimen.
Los fiscales acusaron el mes pasado a Cervero de recibir sobornos de la compañía coreana Samsung Heavy Industries , que no ha respondido a las solicitudes de comentarios, y de otras empresas para garantizarles contratos con Petrobras frente a la costa de África y en el Golfo de México.
Marena dijo que otras compañías internacionales podrían haber estado involucradas también.
"No puedo entregar nombres, pero hay indicios de que otras grandes empresas internacionales estaban pagando sobornos para obtener contratos aquí en Brasil", declaró.
Abogados brasileños han dicho que las compañías extranjeras podrían ser juzgadas en el país bajo una nueva ley anticorrupción que entró en vigor en enero del 2014.
Por Will Connors.
Golpeada por un gigantesco escándalo de corrupción, la estatal Petróleo Brasileiro SA PETR4.BR -2.89% se enfrenta a otro importante reto: la caída de los precios del petróleo está poniendo a prueba la viabilidad económica de los yacimientos de la compañía en aguas profundas.
Con una riqueza que el regulador de petróleo de Brasil estima en hasta 50.000 millones de barriles de crudo recuperable, estos campos llamados presal son fundamentales para cumplir el objetivo del Brasil de convertirse en uno de los cinco mayores productores de petróleo del mundo para 2020. (Los yacimientos presal están debajo de la capa de sal formada hace 200 millones de años tras la fractura geológica del supercontinente de Gondwana).
Los precios de mercado, que rondan US$50 por barril, no están ayudando a esos grandes proyectos. La perforación en aguas profundas es una de las prácticas más caras de la industria, que se vuelve menos atractiva a medida que los precios caen. Petrobras dijo la semana pasada que el costo de equilibrio de la producción presal es de entre US$45 y US$52.
Petrobras, que ya es la petrolera de envergadura más endeudada del mundo, había contado con las sólidas ganancias de producción para financiar una enérgica expansión en el mar, que se sumarían a los aportes de socios extranjeros que buscan aprovechar las gigantescas reservas submarinas de Brasil.
“Va a ser cada vez más difícil para Petrobras hacer realidad esta gallina de los huevos de oro”, dice Michelle Foss, economista de energía de la Universidad de Texas. El crudo presal es “muy difícil y caro, incluso en un entorno de un alto precio del petróleo”.
Una portavoz de Petrobras dice que la compañía sigue avanzando en sus proyectos presal “de una manera económicamente viable”.
Los recortes, sin embargo, ya se vislumbran. A pesar de que todavía no ha proporcionado detalles, Petrobras anunció en diciembre que reducirá la escala de un ambicioso plan de inversiones de capital de US$220.000 millones, de los cuales casi la mitad estaban destinados al desarrollo de los campos presal.
Descubiertos en 2007, los depósitos están situados a unos 322 kilómetros de la costa sureste de Brasil, por debajo del lecho submarino y cubiertos por la capa de sal que les da su nombre. El hallazgo fue anunciado en su momento como una bonanza que convertiría a Brasil en uno de los principales productores de petróleo del mundo. Tras el hallazgo, el entonces presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pronunció la célebre frase de que “Dios es brasileño”.
La producción de los yacimientos presal ya representa casi un tercio del total de 2,3 millones de barriles de crudo que la empresa genera al día. Los planes de Petrobras apuntan a que, hacia 2020, su producción ascienda a cuatro millones de barriles diarios, la mayoría de ellos proveniente de las reservas presal.
Sin embargo, no está claro de dónde van a venir los recursos. Petrobras se endeudó fuertemente para financiar los esfuerzos iniciales de exploración y de desarrollo, y ahora carga con una deuda del orden de US$170.000 millones, según Moody’s MCO -0.79% Investors Service.
Aunque Brasil ha cortejado potenciales socios para desarrollar sus riquezas del crudo presal, pocas grandes petroleras han respondido con inversiones, desalentadas por las reglas del gobierno brasileño como la que establece que Petrobras sea el único operador de los yacimientos presal.
Las autoridades están considerando flexibilizar esos requisitos. Pero incluso si eso ocurre, no está claro cuál será el interés internacional en un contexto de precios tan deprimidos.
“Están en una situación difícil”, dice Foss de la Universidad de Texas. “Las empresas internacionales van a mantenerse alejadas de todo lo que sea de alto costo”.
Los planes de la compañía se complican más por el enorme escándalo de corrupción que ha dominado los titulares de la prensa brasileña desde que salió a la luz pública en marzo pasado.
Los investigadores federales alegan que Petrobras estaba en el centro de un presunto caso de sobornos en el que las empresas constructoras sobrefacturaron por contratos de Petrobras, dividiéndose las ganancias mal habidas con ejecutivos de Petrobras y políticos locales. Tres ex ejecutivos de Petrobras han sido arrestados.
Petrobras dice que es una víctima de la presunta estafa y está cooperando con los investigadores. La compañía ha puesto en marcha su propia investigación interna y hace poco dijo que mientras continúa la pesquisa dejó de trabajar con las 23 constructoras vinculadas a la presunta red.
La compañía, que pospuso dos veces el anuncio de sus ganancias del tercer trimestre mientras trata de cuantificar los potenciales cargos contables relacionados con la corrupción, informó que planea dar a conocer sus resultados no auditados a su directorio el 27 de este mes y que podría anunciar sus ganancias al público ese mismo día. No dio una fecha para presentar resultados auditados.
Petrobras, cuyos ADR cotizan en Nueva York, también está siendo investigada en Estados Unidos por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Justicia.
El flujo constante de malas noticias ha golpeado las acciones de Petrobras, que han caído 55% en los últimos seis meses. Sus bonos se transan cerca de mínimos históricos. A finales del año pasado, Moody’s Investors Service rebajó la calificación crediticia de la compañía de Baa3 a Ba1 y sus calificaciones de deuda en moneda local y extranjera a Baa2 desde Baa1.
La deuda de Petrobras mantiene su grado de inversión. Sin embargo, la rebaja ha impulsado al gobierno de Brasil a declarar que garantizará la deuda de la compañía en caso de ser necesario.
Todos estos factores están influyendo sobre los planes de Petrobras para el futuro.
La empresa “podría no ser capaz de cumplir algunos de sus objetivos para 2020”, dice Ricardo Bedregal, analista de la consultora IHS en Rio de Janeiro. “Creo que va a ser difícil para ellos”.