A la espera de señales más concretas sobre cambios al interior de Codelco, están en la Federación de Supervisores (Fesuc) de la estatal, explica su presidente, Ricardo Calderón.
Lo que esperan, dice, es que esas modificaciones vayan en la dirección que ellos quieren.
-¿Cómo vieron los cambios ejecutivos que hizo Nelson Pizarro?
-Hasta ahora ha habido ajustes en las gerencias operativas, fundados en los malos resultados del norte. También hubo en las vicepresidencias, que obedecen a la nueva mirada y se concretaron renuncias no planificadas, que respondieron a diferencias dentro de la administración, pero no se han observado más cambios que los de nivel declarativo y de buenas intenciones.
En materia de políticas laborales y recursos humanos, estamos en el mismo punto que nos dejó Thomas Keller.
-¿Eran necesarios todos estos cambios?
-Fuimos muy críticos con una lógica de administración que viene desde la época de José Pablo Arellano, que obviamente llevaron adelante ciertos ejecutivos. Nos parecía razonable que ellos siguieran. Aunque no nos confundamos, no es nuestro rol poner o sacar ejecutivos. La administración tomó las medidas con la autonomía que tiene y bajo su responsabilidad.
-Usted habla de políticas que dañan a la empresa, ¿cuáles son?
-Por ejemplo, Codelco todavía opera bajo un multiRUT. Nosotros esperábamos que eso cambiara, pero no ha sucedido. También persiste la política de contratar con peores beneficios a los trabajadores nuevos. Lo mismo pasa en salud o en recursos humanos. En clima laboral, hay declaraciones de buenas intenciones y los gerentes generales se reúnen con los sindicatos, pero hasta ahora no se observa una disposición a entrar en una lógica de diálogo distinta a la que tenía la administración anterior.
Reunión en enero
-¿Cuáles son los principales desafíos que están viendo para Codelco?
-Primero, responder de manera eficiente a la capitalización. Los resultados de la auditoria son claves para sincerar la situación de los proyectos y que el país sepa que invertir en Codelco le generará rentabilidad. En segundo lugar, tenemos que cumplir los compromisos de nuestras operaciones actuales y optimizar al máximo la productividad. En tercer lugar, necesitamos un nuevo trato laboral para que todo lo anterior sea posible.
-¿Y están dadas las condiciones?
-Creemos que con la capitalización, está la base material para esto. La nueva administración va bien encaminada. El mundo sindical está disponible para avanzar, pero falta que vayamos materializando los movimientos, porque se sigue administrando de la misma manera.
-Han conversado con Nelson Pizarro, ¿qué señales han recibido?
-Han sido buenas, pero es un hecho que no ha habido cambios concretos en aquellas materias sensibles. Hemos sido prudentes y responsables en entender los tiempos de la administración, pero no entendemos que no se hayan tomado decisiones más concretas que muestren los cambios.
-¿Cuánto tiempo están dispuestos a esperar?
-El consejo directivo de Fesuc tuvo una reunión de análisis preliminar y hay optimismo e inquietud respecto a la velocidad de los cambios. Durante enero vamos a tener otro encuentro donde esperamos tener señales más claras, que nos permitan ver cómo vamos a relacionarnos con la administración.
Pizarro ha tenido tiempo suficiente para hacer cambios, los sindicatos han sido responsables en dar los espacios para su instalación, pero ya han transcurridos casi cinco meses y es un buen momento para decir en qué vamos a avanzar.
-Las mesas de convergencia, ¿comenzaron con ustedes?
-Hasta ahora no hay nada del carácter de mesas de convergencia con la supervisión, sólo existen los espacios habituales de conversación.
Desconocemos el contenido que se conversa con otras organizaciones sindicales. Los supervisores, de todos modos, estamos construyendo propuestas en varios temas, pero no hay una arquitectura de mesas de trabajo.