Los movimientos especulativos sobre los commodities están a la orden del día en una economía global donde el negocio financiero sigue teniendo más eso que la “economía real”.
La baja del precio del petróleo acumuló ríos de tinta con información y análisis en la prensa en las últimas semanas de 2014, aunque también habría que posar la mirada sobre el sector minero, en el que distintos países de Sudamérica pusieron un fuerte peso económico.
Pocas horas antes de Navidad, el mineral de hierro tocó su cotización más baja en cinco años y medio, lo que significó un 51 por ciento menos de la cotización que mostraba a principios de este año.
En medio de todos estas fuertes oscilaciones están -al igual que en el caso del petróleo- varios factores.
Se menciona en la prensa internacional las menores previsiones de crecimiento para China, que tiene una estrategia de moderar sus niveles de actividad para evitar crecientes niveles de desigualdad de ingresos y regional.
De todos modos, es inocultable que los movimientos especulativos sobre los commodities están a la orden del día en una economía global donde el negocio financiero sigue teniendo más eso que la “economía real”.
Los especuladores, de hecho, estuvieron de parabienes en las primeras horas de este 2015: tras la caída, la semana que pasó se registró la mayor suba en 18 meses en la cotización del hierro en esos pocos días, luego de que trascendieran versiones de que China aplicaría un plan de estímulo económico.
En medio del sube y baja es seguro que se generaron pequeñas grandes fortunas.
En ese contexto, el fortalecimiento del dólar, la previsible suba de tasas por parte de la Reserva Federal estadounidense y un rebalanceo del poder mundial a favor de los Estados Unidos luego de la fortísima crisis que comenzó a vivir ese país en 2008, tampoco pueden quedar fuera de los análisis cuando se habla de minería.
En el caso del mineral de hierro, la caída en la cotización de 2014 pegó fuerte en Brasil, donde actúan algunos de los grandes jugadores globales del negocio y también en Australia, de donde sale la mitad de lo producido en el mundo.
Otro mineral que Sudamérica mira de cerca es el cobre, que en 2014 registró su mayor caída anual de precios en tres años.
“Un dólar que sube significa malas noticias para el cobre, cuyo precio se fija en la moneda norteamericana y se vuelve así más caro para compradores extranjeros”, destacó el Wall Street Journal en las últimas horas.
Frente a esta nueva situación, los estados y las empresas se mueven.
Por ejemplo, la agencia Reuters dio cuenta el mesa pasado de que dos de las mayores compañías del sector, Rio Tinto y BHP Billiton, comenzaron a acumular “grandes intereses en el cobre para conseguir una mayor participación en un mercado mundial de 140.000 millones de dólares anuales, con la aparente intención de empujar fuera del mercado a productores de alto costo, tal como hicieron con el mineral hierro”.
Por su parte, el gobierno del ecuatoriano Rafael Correa dispuso la creación de un Ministerio de Minería, para encarar las políticas dirigidas al sector.
A su vez, el Ministerio de Minería, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), junto con las mineras estatales, las cooperativas y los sindicatos del sector anunciaron que apuntan a generar “un plan de contingencia” para enfrentar la caída en los precios de los minerales.
Los precios más bajos del combustible se están combinando con la regresión más prolongada de los productos básicos en una generación.
Dado que la energía representa la mitad del costo de producir alimentos y metales, productos básicos de toda índole continuarán cayendo, según Société Générale SA y Citigroup Inc. En tanto los stocks son amplios y las economías en desaceleración erosionan la demanda, el petróleo más barato baja el piso de precio para que las compañías mineras y los productores agrícolas sigan siendo rentables. El maíz podría caer otro 3 por ciento, el algodón un 6,5 por ciento y el oro hasta 5 por ciento, estima SocGen.
Los costos están bajando en la medida que aparecen excedentes de cobre y azúcar y la economía se desacelera en China, el mayor consumidor de energía, metales, cerdo y soja. El Bloomberg Commodity Index de 22 artículos se encamina a su cuarta caída anual consecutiva, el derrumbe más prolongado desde su creación en 1991. El crudo Brent, la nafta y el petróleo para calefacción son los mayores perdedores en tanto un aumento de la perforación petrolera en los Estados Unidos desató una guerra de precios con los productores de la OPEP.
“Ha habido un cambio estructural en el petróleo y será mayor”, dijo Michael Haigh, responsable de investigación en el área de mercancías en SocGen, con sede en París. “Esto también tendrá repercusión en otros mercados de productos básicos, en algunos casos en forma directa y en otros indirectamente”.
El crudo Brent, el referente internacional, se desplomó 41 por ciento desde fines de junio hasta US66,19 el barril en tanto la producción estadounidense trepó hasta un máximo en tres décadas. El precio tocó ayer US65,93, el nivel más bajo desde octubre de 2009. El Bloomberg Commodity Index cayó 12 por ciento este año. El índice MSCI mundial de títulos avanzó 3,2 por ciento, en tanto el Bloomberg Dollar Spot Index subió 9,9 por ciento.
Beneficio para los consumidores
Los precios del petróleo en baja serán una bendición para los consumidores que pueden esperar pagar menos por los alimentos, dijo Aakash Doshi de Citigroup en un informe con fecha 3 de diciembre.
Aproximadamente un 45 por ciento de los gastos operativos necesarios para cultivar y cosechar arroz deriva de insumos como combustibles, lubricantes, electricidad y fertilizante, según un análisis de la Administración de Información Energética de los Estados Unidos de datos del Departamento de Agricultura estadounidense. La energía representa un 54 por ciento de los costos del maíz y el trigo.
La energía conforma entre 30 por ciento y 40 por ciento de los costos operativos para la minería, según Citigroup. El banco estima que una caída adicional del 20 por ciento en el petróleo, sumada a aumentos para el dólar, reduciría US8 la tonelada, o sea 13 por ciento, los costos del carbón térmico, y US4 la tonelada en el caso del mineral de hierro, o sea aproximadamente un 6 por ciento.
Kellogg Co., el fabricante de los cereales, espera una inflación en los productos básicos “relativamente leve”, dijo el 30 de octubre el máximo responsable ejecutivo, Ronald Dissinger. La caída del petróleo también abaratará algunos tejidos de algodón, dijo en una llamada en conferencia de información Bryan Timm, director ejecutivo de Columbia Sportswear Co.