El último golpe sufrido por el pueblo venezolano fue que el país cayó en recesión, luego de que su Producto Interior Bruto (PIB) se contrajera el 4,8% en los primeros tres meses del año; el 4,9% en el período abril-junio y el 2,3% en el tercer trimestre según reveló el Banco Central (BCV) el martes, en las primeras cifras sobre actividad económica difundidas este año.
Confirmando las estimaciones de gremios y analistas que sostenían que el PIB se estaba contrayendo, los resultados anunciados el martes perfilan a Venezuela como el país con el peor desempeño económico de América.
El BCV dijo en su informe final que en el resultado negativo del tercer trimestre fueron primordiales los comportamientos de la manufactura y el comercio, que mostraron índices negativos de 4,4% y 9,5% respectivamente. Mientras que la actividad de la construcción decreció un 10 por ciento.
Gremios empresariales y comerciales habían adelantado que sus operaciones entrarían en recesión ante una menor disponibilidad de divisas para hacer importaciones, en medio del férreo control de cambios que mantiene el país desde 2003.
Este nuevo índice negativo se sumó al incremento de la inflación anualizada, que a noviembre llegó al 63,6%, y Maduro dijo que los precios al consumidor cerrarían el año con una aceleración del 64% por ciento, la mayor de todo el continente americano.
De acuerdo con el reporte del Banco Central venezolano, la inflación acumulada a noviembre fue de 60,1%, y la variación en el penúltimo mes del año fue de 4,7 por ciento.
En el informe de la entidad que rige la política monetaria de la nación caribeña hay varias explicaciones políticas para justificar las cifras que da. En primer lugar destaca que las protestas de febrero pasado "impidieron la cabal distribución de los bienes básicos a la población, así como el normal desarrollo de la producción de bienes y servicios. Algo que se tradujo en un repunte inflacionario".
El agravamiento de la escasez de productos básicos llevó a que hace pocos días tuviera que cerrar sus puertas la famosa heladería Coromoto por falta de leche. Caracas necesita importar casi toda la leche en polvo que consume, según la Cámara Venezolana de Industrias Lácteas.
El BCV indicó que en septiembre y octubre surgieron varios factores alcistas en alimentos y bebidas, servicios de educación, transporte, restaurantes y hoteles, entre otros, así como también los ajustes de precios reglamentados por la Superintendencia de Precios Justos (Sundde).
"Por ejemplo, la incidencia en productos de higiene personal y del hogar fue de 0,955 puntos porcentuales en la variación de septiembre", precisó la entidad monetaria. En tanto que en octubre fue la adecuación de precios de productos como el arroz, la leche en polvo y el azúcar.
El petróleo, también clave
Las exportaciones también descendieron, fundamentalmente por la disminución de las ventas petroleras, debido a la baja de 16,5% en el precio del crudo. En este sentido, el barril venezolanode crudo y derivados retrocedió a 46 dólares por cada unidad.
En medio de la caída generalizada de los precios internacionales del crudo por una abundante oferta, el barril venezolano también ha retrocedido en forma sostenida y ha perdido poco más del 50% de su valor en lo que va del año.
El presidente Nicolás Maduro reiteró el martes las acusaciones de su Gobierno de que el desplome en los precios del petróleo es una conspiración liderada por los Estados Unidos con el propósito de dañar a Rusia y, solapadamente a Venezuela.
Peligro de default
En los últimos meses, analistas han visto con preocupación el panorama económico de Venezuela, que ha sufrido un fuerte retroceso de sus reservas internacionales cuando se avecinanmillonarios pagos de deuda en los próximos tres años.
Los temores de que el país pueda entrar en cesación de pagos han crecido en las últimas semanas en los mercados, a pesar de que Maduro aseguró que el país honrará sus compromisos.
Economistas han sugerido que el Gobierno debe adoptar medidas impopulares pero necesarias,como por ejemplo la unificación de los tres tipos de cambio y el aumento de la gasolina más barata del mundo, que le cuesta unos 12.500 millones de dólares anuales de subsidios al país.