La minería fue el punto de partida. Ahora, Australia quiere llevar la relación a otro nivel y abordar oportunidades en conjunto.  
Con una invitación a estrechar aún más los lazos, el ministro de comercio de Australia, Andrew Robb, celebró el buen pie en que se encuentras las relaciones entre ambos países. Juntos, dice, pueden aprovechar mejor las oportunidades que abre el crecimiento de la clase media en Asia. Y una mayor integración en el sector financiero sería otro buen paso.

Robb visitó Chile con ocasión del Foro de Liderazgo Económico Australia Chile, que se realizó en Santiago a comienzos de diciembre.

¿Cómo evalúa la relación entre Australia y Chile?

Sin duda, es nuestra relación más fuerte en América Latina, es madura y sana. Hemos construido confianza y nos sentimos cómodos haciendo negocios el uno con el otro. Creo es que es una relación que podemos llevar a otro nivel. Haga de cuenta que hemos estado saliendo en serio por 25 años y ahora ya podemos pasar a la siguiente etapa.

¿En qué áreas ve posibilidades de estrechar lazos?

El sector minero probablemente es el más importante ahora, pero sentimos que hay otros temas y desafíos comunes, como gestión de agua, energías renovables y educación. Sentimos que podemos ir a una relación significativa y traer un acercamiento integral al problema, porque como con la minería, no es sólo construir una mina, son los servicios asociados, la educación, la investigación conjunta, la búsqueda de excelencia, la gestión de agua que va con el desarrollo minero y de energía.

¿Abordan Chile como un mercado en sí mismo o como parte de América Latina?

América Latina se está desarrollando con mucha rapidez y queremos usar a Chile para llegar a otros países en la región. Hay una explosión de la clase media a la que ya se han sumado 200 millones de personas, pasa algo parecido en Asia, de India a China, donde podrían incorporarse quizá 3.000 millones de personas a la clase media en los próximos 30 años. Hay grandes oportunidades. Y si nos enfocamos en lo que hacemos mejor, y mucho de eso es también lo que Chile hace mejor, podemos hacerlo juntos.

¿Por ejemplo?

Hay viñas chilenas que están empezando a comprar operaciones vitivinícolas en Australia, traen capital, conocimiento, perspectiva. Podemos decir lo mismo del turismo y de los servicios mineros. Entonces, así como vemos a Chile como puerta a América Latina, esperamos que Chile nos vea como un trampolín para los países de Asia, para aprovechar esas mayores oportunidades.

¿Su propuesta es que seamos más socios que competidores?

Seguiríamos compitiendo, eso no va a cambiar, y es bueno. Lo que quiero decir es que hay otros países que también son fuertes en lo que hacemos, pero si intercambiamos información, innovación, perspectivas (...) hay veces que Chile ha resuelto un problema antes que nosotros, otras veces ha sido al revés, si no insistimos en resolver algo solos, podemos conseguir algo de beneficio mutuo.

Somos dos economías relativamente pequeñas, juntos podemos proveer en conjunto y apuntar al segmento más alto de los mercados que están surgiendo en lo que somos buenos, con productos de alto margen. Si tomamos las oportunidades, conseguimos participación de mercado, seguimos innovando, nos adelantamos a la competencia de otros países.

¿Hay algo que cambiar? ¿Funciona bien el TLC?

Una de las razones por la que estamos en este punto, es porque tenemos un excelente acuerdo de libre comercio, estamos trabajando estrechamente en las negociaciones por el TPP, tenemos un acuerdo de doble tributación, tenemos un buen conjunto de reglas para la inversión. Creo que el próximo paso es una mayor integración de nuestros sectores financieros. Tenemos productos que no hay aquí y viceversa, gestión de fondos, joint ventures para abordar las oportunidades futuras.

Y están los desafíos de la gestión de aguas y energías renovables, temas del siglo XXII que podemos resolver más fácilmente si lo hacemos juntos.