Las caídas de los precios del crudo y otras materias primas están amenazando con frenar el crecimiento en los países de América Latina y África que tenían la esperanza de usar la riqueza derivada de sus vastos recursos naturales para ascender en la escalera de desarrollo.
Durante el auge de una década, los gobiernos latinoamericanos y africanos prometieron usar los ingresos extraordinarios del alza de los precios de los commodities para elevar a las clases marginadas.
Los gobiernos que apostaron su desarrollo a programas sociales y ambiciosas iniciativas de infraestructura, como la construcción de carreteras, puertos y plantas eléctricas, contarían con menos dinero para hacerlo ahora.
“Los antecedentes de buen gobierno en muchos países (de América Latina) estuvieron ligados a los precios de las materias primas y esto será puesto a prueba con el fin del auge de los commodities”, dijo Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de México.
Los países ricos en recursos naturales de América Latina y África también están enfrentando la desaceleración de China, un comprador clave de exportaciones de Brasil, Chile, Sudáfrica, Nigeria y otros países. Las dos regiones han sido golpeadas por una venta generalizada de acciones, bonos y divisas de mercados emergentes.
Lo que está en juego es mucho para estas economías a menudo volátiles, y en donde se encuentran las brechas entre ricos y pobres más amplias del mundo.
Las desaceleraciones económicas y el declive en los flujos de inversión amenazan con ejercer presión sobre los presupuestos. En América Latina, la firma calificadora de crédito Fitch espera en 2015 bajar las notas de más países de los que piensa elevar en su ranking. En algunos casos, el bajón podría dejar al descubierto niveles de corrupción y malos manejos que no habían sido detectados durante las épocas de vacas gordas.
En Brasil, un país rico en recursos naturales, millones de familias salieron de la pobreza extrema y se unieron a una creciente clase trabajadora. Pero ahora, la expansión del país se ha estancado, la inversión está de capa caída y la depreciación del real ha activado las alarmas de la inflación.
Acusaciones de una corrupción generalizada en la petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA se suman a los problemas. Funcionarios del país sudamericano habían puesto a la firma en el centro de un amplio plan para reestructurar la economía y trasladar a millones de pobres hacia empleos mejor remunerados. Las acciones de Petrobras han caído a mínimos de varios años.
La situación es peor en Venezuela, donde el presidente Nicolás Maduro espera usar la riqueza petrolera para alimentar la revolución socialista. Con el desplome de los precios del crudo, los inversionistas están evaluando los riesgos de que Venezuela pueda caer en cesación de pagos. Un default podría sumarse a las preocupaciones de una economía que ya sufre de una inflación de dos dígitos y una escasez de bienes básicos.
Incluso países con combinaciones políticas más moderadas, como Chile, uno de los principales exportadores de cobre del mundo, están sintiendo el golpe. En diciembre, el país redujo en medio punto porcentual su proyección de crecimiento para 2015, a 2,5%.
En África, el impacto se magnifica por la dependencia de algunas economías de rápido crecimiento, como Zambia, de la exportación de una única materia prima. Si el precio de dicho commodity cae (en el caso de Zambia, el cobre) el perjuicio puede ser amplio. Los países que no equilibraron su presupuesto o redujeron la corrupción mientras experimentaban un auge tendrán que tomar decisiones dolorosas, dijo Jack Allen, analista de Capital Economics en Londres. La firma estima que el crecimiento promedio en África Subsahariana caerá en un punto porcentual en 2015, a 4%, el ritmo más lento en más de una década.
En Sudáfrica, donde las materias primas equivalen a cerca de 60% de las exportaciones, el rand llegó a un mínimo de seis años en diciembre conforme las exportaciones de oro y mineral de hierro del país cayeron en valor.
Un posible beneficio: la caída de los precios del crudo podría reducir la factura de importaciones de Sudáfrica para buena parte del diésel y la gasolina que consume.
Pero el descenso de los precios del crudo podría afectar a países productores como Nigeria y Ghana. Nigeria, la economía más grande de África, está probablemente en camino a registrar su primer déficit en 15 años. Esto podría añadir volatilidad a un país que enfrenta elecciones (programadas para febrero) y que tiene el desafío del grupo violento islamista de Boko Haram.
“Los gobiernos no tendrán otra opción más que tomar más en serio la diversificación de su base fiscal”, dijo Allen.