(Por Ernesto López Anadón*, para EnerNews) Desde que se descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia, hace más de un siglo, esta industria ha soportado cambios políticos y económicos, que resultaron en una actividad más o menos intensa. La industria del petróleo y el gas es clave, sostén además de otras. En el mundo, decir “energía” conlleva hablar de hidrocarburos en forma contundente: el 50% de la matriz energética mundial descansa en ellos. Pero en nuestro país, se acerca al 85%.
En los últimos tiempos nuestra industria está tomando mayor protagonismo. Gracias al avance tecnológico, formaciones geológicas que contienen gran cantidad de recursos de reservorios no convencionales ( shale gas y shale oil) pueden ahora ser explotados económicamente. El Estado, además, retomó el control de la principal compañía operadora del país con el objetivo puesto en esos recursos. El escenario tuvo otra importante novedad con la reforma de la Ley de Hidrocarburos.
López Anadón:”Hidrocarburos, una oportunidad para el país”
Para volver más complicada cualquier previsión, estamos viviendo una regresión histórica de los precios internacionales del crudo, justamente por el incremento de la producción de los Estados Unidos a partir de sus yacimientos shale, mientras los países de la OPEP han decidido no disminuir su propia producción.
Estos precios bajos afectan a los no convencionales y a muchos proyectos convencionales. Vaca Muerta está en la etapa de estudio y evaluación, con un incipiente desarrollo en un área relativamente pequeña comparada con la extensión total de la formación y con un proyecto de largo plazo que no debe ser evaluado por fluctuaciones coyunturales de los precios.
Para el futuro, la exploración y producción de hidrocarburos deberá focalizarse en la búsqueda y desarrollo de los recursos no convencionales y en la incorporación de tecnología de recuperación terciaria en los yacimientos convencionales.
Ambos pueden tener un alto impacto en la producción y en la incorporación de reservas, para requerirán de grandes inversiones y largos tiempos de respuesta.
La eficiencia en la Logística y en la Operación será un factor fundamental. La adecuación de la infraestructura y la continuidad en las operaciones tiene que aportar una masa crítica que permita ir iluminando costos paso a paso será el otro factor crucial. Igualmente, ir a tecnologías de recuperación terciaria podrá mejorar sustancialmente la recuperada final de los campos y mejorar la eficiencia de extracción.
Repasar algunos datos recientes nos permite vislumbrar tendencias. Como subrayamos en la celebración reciente del Día del Petróleo, nuestra industria ha estado muy activa en 2014. Los 1.300 pozos perforados en 2014 representan un 9% más que en 2013, con un 21% más de equipos de perforación activos. La producción de crudo alcanzará los 30,9 millones de m3 y la de gas, 41.400 millones de m3. Estos números muestran caídas del 1,3% en la producción de petróleo y del 0,6% en la de gas que, paradójicamente, representan un gran avance respecto de las caídas que venía sufriendo la producción en los últimos años. Han crecido las reservas y las inversiones, y este crecimiento se ha dado también en el área de la refinación.
El gran motor son los recursos no convencionales, con la actividad enfocada en Vaca Muerta, hoy produce un 60% más de petróleo y un 44% más de gas que a comienzos de 2014, lo que representa ya un 3% de la producción de petróleo y un 9,3% de la producción de gas de la Argentina.
En el contexto del desarrollo de los no convencionales se inserta la reciente reforma de la ley 17.319, que viene a mejorar aspectos fundamentales para que las empresas puedan encarar inversiones de envergadura y riesgo, características de nuestro sector.
Se ha criticado esta ley por dar concesiones a largos plazos, pero es bueno recordar que el Código de Minería, que regulaba las concesiones en sus inicios, las otorgaba a perpetuidad. La ley mejora el escenario, al condicionar las extensiones a planes de inversión, que el concesionario debe someter a aprobación. A nuestro entender, la manera óptima de explotar un yacimiento es encarando su desarrollo dentro del mayor plazo posible, lo que permite una permanente aplicación de nuevas tecnologías, que vayan aumentando sistemáticamente su recuperada final, lo cual ha tenido éxito en Estados Unidos.
Con respecto a las regalías de la nueva ley, están en el mismo nivel que se viene aplicando desde la sanción de la ley 17.319, con la adición de que pueden ser aumentadas en sucesivas extensiones. Todo es perfectible, pero hubiese sido un error demorar estas decisiones en un contexto que requiere de urgencia para poder competir con las múltiples ofertas similares a las de Argentina en medio de la escasez de capital, productos y servicios, que hará que no todas estas oportunidades puedan ser encaradas al mismo tiempo.
Los beneficios de los no convencionales pueden ser notables. En estudios preliminares realizados por el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas sobre el impacto económico que Vaca Muerta tendría en Neuquén, concluimos en que la mano de obra podría aumentar en más de un 50%, la recaudación provincial en un 80% y el PBI podría llegar aduplicarse. Será necesario ampliar la infraestructura de transporte y distribución de gas, para lo que habrá que invertir US$ 2.000 millones por año durante las próximas dos décadas a fin de llevar el gas natural a 5.000.000 de nuevos usuarios.
Recién estamos en el comienzo. Necesitamos de una logística de bienes y servicios económica, flexible y eficiente, que nos permita competir, aún con precios decrecientes de gas y petróleo, contra otras oportunidades que hoy abundan en el mundo, ya sean convencionales o no convencionales. Y para ser eficientes deberán alinearse todos los factores: gobiernos nacional y provincial, empresas y gremios.
*Presidente del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG)