(Por Julio Ríos Gómez*, especial para Mining Press) Está terminando 2014, un año que comenzó con una previsión de gran actividad. Al decir de las autoridades nacionales vinculadas a la Energía y la Minería, el ejercicio más de US$ 3.800 M, como continuidad del desarrollo minero en la Argentina.
Pero la realidad nos hace ver la casa que nos quieren tapar con el bosque: esas inversiones no llegaron en esa magnitud, por lo menos este año. Tal vez en los próximos dos arriben, pero a cuenta gotas.
Los precios de la mayoría de los commodities no sólo mineros, también petroleros y agrícolas cayeron con fuerza, los costos internacionales se han disparado, la falta de capitales de inversión no ha permitido desarrollar todo lo proyectado. Es el panorama descripto desde los despachos oficiales y desde organizaciones colegas que procuran mantener el optimismo. El vaso medio lleno y no medio vacío, como alguna vez se mencionó.
No está mal que en estos momentos, de fuerte parate de la actividad minera, especialmente en la exploración, una visión positiva busque contagiar a empresas que tienen inversiones en stand by en territorio argentino. Para que despierten del letargo e insuflen fondos a la actividad exploratoria, lo cual beneficiaría a las regiones mineras y al país. Pero las condiciones internacionales, como ya se mencionó, son bastante difíciles. Al igual que las condiciones macroeconómicas que nuestro país ha impuesto al ingreso de capitales foráneos de inversión en minería.
Hace más de dos años Argentina viene sufriendo el retiro de la inversión extranjera directa. En Minería, una de las primeras actividades en padecerlo, en ramas industriales y en el agro. Sólo el petróleo y el gas, a partir de la decisión política de desarrollar yacimientos no convencionales como Vaca Muerta, han recibido buenas inversiones. Para lo cual obtuvieron facilidades que hoy la minería no posee, como el retorno de dividendos y políticas de importación de insumos y bienes de capital mucho más blandas.
La actividad minera en 2015 presenta un escenario similar al del año que se fue. Su futuro estará muy restringido si las condiciones macroeconómicas de la era Moreno no cambian. Así triunfe el oficialismo o alguno de los potenciales opositores en las próximas elecciones presidenciales, ninguno podrá soslayar a la industria minera, que junto a los hidrocarburos y la energía serán los grandes responsables de impulsar la economía argentina en el próximo quinquenio.
Todos conocemos que la minería presenta una fuerte inercia para desarrollarse y comenzar a ver sus frutos. Argentina ha perdido el tren de oportunidades, y deberá trabajar mucho y bien para devolverle confianza a los inversores y que ellos vuelvan a creer en el país.
Un yacimiento tarda más de 8/10 años en madurar desde su descubrimiento. Y hay proyectos prefactibilizados en el país, especialmente en San Juan, con Pachón, Los Azules; Agua Rica, en Catamarca, o Taca Taca en Salta. Todos son depósitos de cobre que a pesar de estar listos o casi listos para su puesta en marcha, están frenados por las dificultades macroeconómicas de Argentina, mucho antes del tan mentado fin del superciclo de los metales. Costará un tiempo prolongado ponerlos nuevamente en marcha.
He pregonado en cuanto congreso, jornada o seminario en que me ha tocado opinar, que la Ley 24.196 de Inversiones Mineras y sus complementarias debían volver a gozar de plena vigencia. Pero desde la imposición de las retenciones, la mal anunciada nacionalización de YPF, la obligación de liquidar en tiempos cortos los producidos de ventas; el cepo al dólar; los serios problemas que vienen soportando las mineras para la importación de equipos e insumos, y el marco impositivo regresivo, han tirado por la borda los beneficios de la mencionada ley minera.
Estas cuestiones serán definitorias en las próximas discusiones, entre otros temas a tener en cuenta, si deseamos volver a tener el empuje que tuvo Argentina en la primera década de este siglo. Nuestra geografía es poseedora de un gran potencial geológico minero, pero urgen marcos regulatorios confiables, leyes que cuiden la inversión y políticas de Estado que avalen el negocio minero. En síntesis, confiabilidad.
*Presidente del Grupo de Empresas Mineras Exploradoras de la República Argentina (GEMERA)
