Por Daniel Tejada.
El último protocolo. Ese paso formal, pero necesario para gatillar la licitación del túnel, mantuvo con la respiración contenida al gobierno sanjuanino durante todo diciembre. Así hubiera cerrado 2014 si no hubiera estallado el festejo el pasado martes, tras la firma de los cancilleres. Una historia con trasfondo político, llena de intrigas.
E12 de mayo pasado, las presidentas se reunieron en Buenos Aires y firmaron un compromiso para licitar Agua Negra antes de fin de año. El 4 de noviembre iba a ser el gran día, nuevamente en Capital Federal, con otra cumbre de mandatarias. Pero no pudo ser.
Hubo una confluencia de factores que provocaron la demora. Y dos muy buenas noticias que llegaron a San Juan procedentes de Santiago:
1) Una reunión convocada el lunes por la presidenta Michelle Bachelet
2) La firma de los cancilleres 24 horas después
Agua Negra se vio demorado por la fallida cumbre presidencial de Buenos Aires, que tuvo que suspenderse por los problemas de salud de Cristina Fernández de Kirchner, su internación y posterior reposo en Olivos. Ese traspié no debió complicar la simple firma del protocolo final, para habilitar el llamado a licitación, pero lo hizo indirectamente. Abrió una ventana para que volviera a incluirse el proyecto del Tren Trasandino (que pasa por Mendoza), en una suerte de maridaje forzoso con el túnel sanjuanino.
Desde Buenos Aires volvió a sugerirse que, aprovechando el impulso de Agua Negra, el siguiente acto declarativo de las mandatarias incluyera al proyecto ferroviario. Se trata de una iniciativa privada del empresario Eduardo Eurnekián que busca aval binacional para proseguir con las tramitaciones y, a futuro, lograr financiamiento.
Así lo reveló a Tiempo de San Juan una alta fuente vinculada a la Entidad Binacional Túnel de Agua Negra (Ebitan). Pero en Santiago no parecen, hasta ahora, demasiado interesados por el Trasandino. En cambio, genera particular atracción otro proyecto de paso internacional un tanto más rezagado, que cruza por el sur mendocino: Las Leñas.
Sin problemas propios, Agua Negra repentinamente se vio envuelto en un tironeo ajeno: por un lado el Trasandino y, por el otro, Las Leñas. De un lado Buenos Aires y, del otro, Santiago.
Agua Negra terminó 2014 con todo listo para la firma del protocolo final y el llamado a licitación, con financiamiento comprometido por ambos países, y una preselección de 18 consorcios internacionales interesados, que ya calificaron por antecedentes. Por eso en Libertador y Paula había cierto sabor amargo durante las últimas semanas. Hasta que llegó una buena nueva el lunes pasado, en plena misa de acción de gracias en los jardines de Casa de Gobierno.
El ministro de Infraestructura, José Strada, le pasó el dato al gobernador José Luis Gioja antes de la celebración religiosa. La noticia venía directamente desde La Moneda, donde la presidenta Bachelet había reunido a sus ministros de Relaciones Exteriores, Obras Públicas y Hacienda, para abordar específicamente el enmarañado asunto de los pasos fronterizos.
Al finalizar la misa, la noticia fue aún mejor: Bachelet anunció que era decisión tomada avanzar con los tres proyectos, cada uno en una etapa diferente. Agua Negra, a licitar; Trasandino, a proseguir trámite; y Las Leñas, a constituir su entidad binacional.
En San Juan hubo una exhalación de alivio. Ya no se buscaría una cumbre presidencial para la firma del protocolo. Ni siquiera una cumbre de cancilleres. Bastaba la firma de "cartas reversales”. Esto es, un intercambio epistolar a la vieja usanza.
Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Héctor Timerman, viajó intempestivamente a Santiago y estampó la firma junto a su colega chileno, Heraldo Muñoz. De ahí en adelante, sólo resta el aval de ambos parlamentos, que en Argentina tendría tratamiento exprés entre diciembre y enero, por instrucción de Cristina.
Las "cartas reversales” quedaron como plan B. El método consiste en una misiva que uno de los ministros rubrica y manda a su colega de la nación vecina para que haga lo propio y la retorne al remitente. Así queda el trámite perfeccionado. Ese documento está acordado por los dos países.
Sin embargo, para que pueda gatillarse la licitación, también sería necesaria la ratificación de estas "cartas reversales” por los parlamentos argentino y chileno.
Para evitar nuevas dilaciones, se está considerando apelar al Tratado de Viena, al cual adhirieron tanto Argentina como Chile oportunamente, que permite avanzar con estas "cartas reversales” en lo inmediato y llegar hasta la licitación –sin la adjudicación- en una situación transitoria ad-referendum de los parlamentos.
Había algunas reservas especialmente del lado chileno, donde se preguntaban qué pasaría si aparecieran objeciones en su Poder Legislativo tiempo después de haber avanzado con la licitación. Pero igualmente decidieron caminar hacia adelante. En Argentina dieron por descontado que el Congreso Nacional acompañará sin más.