Por Nicolás Munilla.
Las declaraciones de la titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Norma Boero, a un diario porteño y que fueron de refilón en el último párrafo del artículo llamaron la atención en Mendoza: la CNEA insiste en la reactivación de la mina de uranio Sierra Pintada, ubicada en San Rafael.
"Contar con varios kilos de uranio enriquecido es una realidad de hoy, como la puesta en marcha de Atucha II, la producción de agua pesada, el inicio de la construcción de los reactores Carem y RA10, y la reactivación del complejo minero de San Rafael en Mendoza", fue lo que dijo Boero al matutino porteño Página/12.
En ese sentido, cabe recordar que la situación de la mina, ubicada en la serranía homónima situada en jurisdicción del distrito sanrafaelino Villa 25 de Mayo y paralizada desde 1990, se encuentra en situación judicial luego de que el juez federal de San Rafael, Eduardo Puigdéngolas, aceptó en 2005 una medida cautelar presentada por la Multisectorial de San Rafael para detener los proyectos de reactivación que la CNEA planificaba desde 2003.
Gonzalo Dávila, titular de la Dirección de Protección Ambiental (DPA, a cargo del Ministerio de Tierras y Ambiente), aseguró a MDZ Online que la reactivación de la mina dependerá del avance en la remoción de los pasivos ambientales por parte de la CNEA y que el yacimiento de uranio no podrá reactivarse "en el corto plazo" o al menos en lo que va de este año. Así también indicó que "no se han producido incidentes" en los últimos años.
Uno de ellos, según explicó el ingeniero, es "la extracción de agua de cantera, donde se hicieron los socavones y pozos para extraer el mineral" y señaló que "ahora se han construido una serie de piletas impermeabilizadas con membranas, colectores e instalaciones de monitoreo".
"Con la autorización judicial y control de la Provincia e Irrigación, se está haciendo un ensayo para trasvasar agua de las canteras a las piletas", agregó.
Mientras que el otro pasivo ambiental de importancia es "una serie de residuos sólidos encerrados en tambores encerrados en una trinchera que tienen restos del mineral al que se le extrajo parte del uranio pero que poseen resabios".
Pero en este caso, según reconoció Dávila, los procedimientos son más extensos y hay un punto que debe resolverse: "Para remediarlo, hay que volver a poner en funcionamiento el complejo". Pero rápidamente aclaró que "no se trata de producir, sino reactivar la fábrica, por lo cual están iniciándose los trámites".
Dadas las complejidades que requiere la remediación de los pasivos ambientales, el ingeniero consideró que "en el corto plazo no se puede pensar en la reactivación de la mina", salvo "la extracción del agua de canteras a las piletas", siendo la única actividad que podrá verse en el 2015.
Si bien "en algún momento se ha producido alguna fuga de agua que tenía mayor cantidad uranio de lo que debería tener", a su vez destacó que "en los últimos dos años, desde que yo estoy en el tema, no ha habido ningún incidente".
