El actual director de Sonami y socio de la minera aurífera Poderosa de Punitaqui, sostiene que para 2015 ve un difícil panorama para las mineras productoras de oro “porque Chile abandonó sus políticas para incentivar la producción de este mineral”.
Hernán Urquieta Riveros, director de Sonami, presidente de la Asociación Minera de Andacollo, ex director de la estatal Enami y actual socio de la minera aurífera Poderosa de Punitaqui, en la Región de Coquimbo, analiza el presente de su región y el país afirmando que Chile tiene una deuda pendiente con el sector aurífero, al cual se le debe dar el sitial que le corresponde en la industria minera nacional.
—¿Cuál es la situación de la producción de oro en el país?
—La producción del oro se ha visto muy impactada porque los precios internacionales del mineral se han venido abajo, actualmente no alcanza ni siquiera los US$1.200 la onza de oro, aunque el alza del dólar compensa y ayuda en algo.
—¿Cómo ve el 2015 para la minería aurífera?
—No veo muy bien aspectado el año 2015 porque Chile abandonó sus políticas para incentivar la producción minera de oro.
En la gran minería siguen habiendo despidos, y lo peor de todo es que se han caído varios proyectos que podrían haber entregado muchas fuentes de trabajo. Aunque todo el sector está mal aspectado, por ejemplo, en Enami había 1.200 empresarios empadronados y ya no quedan más de 600, es decir, bajó a la mitad en este año.
Y sin duda que el proyecto más significativo de oro en Chile era el de Barrick, que iba a elevar la producción de oro fino de 40 toneladas a casi 100 toneladas al año y no se ve que en 2015 entre en funcionamiento.
—¿Y los pequeños mineros?
—Los pocos pequeños mineros que van quedando han hecho pactos con las empresas mayores, entre ellas la minera Dayton Andacollo y la HMC Gold, a las que les entregan cerca de 220.000 toneladas por mes de mineral de oro. Y eso ha permitido en gran medida que estas empresas sigan sobreviviendo en este complejo panorama.
—¿Cuál es la situación de esas mineras?
—En Dayton Andacollo están pasando por serias dificultades, porque producen minerales de oro que son de baja ley, lo que hace que los costos de producción por onza de oro sean demasiado altos. Y si cierran esa compañía aumentará fuertemente la cesantía. Cuando apareció esta minera, prácticamente desapareció la pequeña minería en el sector, que producía cerca de 200 kilos mensuales. Dayton procesa actualmente cerca de 18.000 toneladas de roca por día.
En el caso de HMC Gold, que es de la familia Solari, y está ubicada en Punitaqui, están algo mejor. Instalaron una planta que procesa del orden de las 325.000 toneladas al mes, y tienen muy buenas leyes en su yacimiento, por lo que procesan concentrados de oro. De hecho Enami está pensando en venderles minerales de oro, para procesarlos en esa planta.
Nuevas Políticas
—¿Cómo se puede mejorar este panorama?
—Hacen falta políticas que vayan dirigidas específicamente hacia el oro, porque, por ejemplo, el precio de sustentación que se decretó durante el gobierno de Ricardo Lagos, solo rige para el cobre. El país tiene una deuda pendiente con el sector aurífero, al cual se le debe dar el sitial que le corresponde en la industria minera nacional.
La venta de joyas es el consumo más grande en el mundo, y en Chile existe un impuesto de 15% al lujo, es decir, un anillo de oro te va a costar un 15% más que en cualquier otra parte del mundo, más el 19% de IVA hace un total de 34% en impuestos para vender cualquier tipo de joya de oro en este país. Hemos tratado que se elimine ese impuesto al lujo para darle un valor agregado al oro pero no se ha podido.
—¿Cómo ha reaccionado Enami a esta situación?
—El problema con Enami es que no compra los minerales de oro de baja ley. El mínimo de compra de la estatal es de 3 gramos por tonelada por lo que muchas mineras deben negociar con otras empresas. Por ejemplo, Dayton Andacollo compra minerales de oro de medio gramo por tonelada hacia arriba.
Enami, además, tampoco tiene poder de compra de oro metálico, lo que es una dificultad adicional de la tasación de oro, por lo que se crea un mercado informal al no haber una política al respecto. En Andacollo, Punitaqui, Illapel o Combarbalá hay oro metálico, pero no hay dónde comercializarlo. La solución para muchas mineras pequeñas y medianas es ir a fundir el mineral a Ventanas, pero eso aumenta los costos.