Por Alfredo Sainz.
Una señal positiva que no tendrá un impacto muy grande en el índice de inflación. Así evaluaron los economistas consultados por LA NACION el efecto de la baja de 5% en el precio de la nafta y el gasoil que entrará en vigor el próximo jueves.
De acuerdo con los analistas privados, la medida anunciada por el Gobierno no tendrá consecuencias más allá de los surtidores de las estaciones de servicio y no se producirá un efecto cascada de recorte de precios en el resto de los productos y servicios.
Cuando se anunció la rebaja en las naftas y el gasoil, el ministro de Planificación, Julio De Vido, no dudó en asegurar que se trataba de "una ventaja económica al usuario con sostenimiento de la actividad", y graficó que cada 10 centavos que se podan del precio de los combustibles, son 2000 millones de pesos por año que se vuelcan al consumo.
"La instrucción de la Presidenta fue que ante un escenario de baja del precio internacional se tomara una medida para reflejarlo en el usuario, darle una ventaja económica, pero con sostenimiento de la actividad, que no se pierda un solo puesto de trabajo. Cada 10 centavos que bajen los combustibles, son 2000 millones de pesos por año que se vuelcan a la economía real, al consumo, ya que se consumen 20.000 millones de litros por año", fueron las palabras del funcionario.
Sin embargo, los analistas tienen una visión un poco menos optimista de los alcances de la medida. "El peso de los combustibles en el IPC es muy menor y en una economía con una inflación muy por encima del 30%, una baja del 5% en las naftas se diluye mucho frente al resto de los aumentos en los costos que tienen las empresas. En este escenario, es difícil pensar que este anuncio se vaya a trasladar en una baja sensible para el consumidor final", explicó Fausto Spotorno, economista jefe del estudio Orlando J. Ferreres.
En la visión de los economistas, la inédita rebaja en los combustibles significa, principalmente, una señal favorable que acompaña el proceso de desaceleración de la inflación que se vive en los últimos meses de la mano de la recesión y la estabilidad en el mercado cambiario.
"Está claro que se trata de una medida con un componente simbólico político más grande que el económico, pero también significa un alivio en los costos para muchas empresas. La cadena del petróleo es muy grande e incluye industrias como la petroquímica y los plásticos. Para estos sectores es un signo muy positivo que se haya frenado la escalada de los costos de los últimos meses", señaló Jorge Todesca, economista de la consultora Finsoport.
La lectura es parecida a la que hacen en el Estudio Bein. "La medida amortigua las presiones inflacionarias. A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde el traslado al surtidor es inmediato, con una caída superior a 20%, en la Argentina la noticia es que las naftas dejaron de subir luego de acumular un aumento de casi 40% en lo que va del año", explicaron en la consultora de Miguel Bein, economista que está trabajando en el equipo de Daniel Scioli.
En el nuevo índice de precios del Indec que fue presentado en febrero pasado, el transporte representa el 13,6% del indicador, mientras que la incidencia puntual de los combustibles no llega al 4 por ciento, con lo cual una baja de 5% en los precios locales significará un retroceso de 0,2% en el índice de inflación de enero.
"Más allá del rubro combustible, puede haber un efecto indirecto, pero se trata de un impacto de una sola vez. Además, tampoco hay que perder de vista que el petróleo cayó un 30% a nivel internacional y acá estamos hablando de una baja del 5 por ciento", explicó el economista Camilo Tiscornia. En otros países de la región el panorama es diferente porque los precios de los combustibles están mucho más atados a la cotización del petróleo, y en las últimas semanas tuvieron bajas mucho más sensibles, que se reflejaron en los índices de inflación.
El mejor ejemplo de un impacto mayor de los combustibles en la inflación es el de Chile. En octubre el costo de vida en ese país había pegado un preocupante (para los parámetros chilenos) salto del 1% y un mes después la tendencia a la aceleración se frenó en forma abrupta -en noviembre la inflación en Chile fue de 0%- gracias a la baja de casi 10% que registraron los precios de los combustibles.
"ES UNA MEDIDA POLÍTICA", DICEN EN LAS ESTACIONES
El presidente de la Federación de Entidades de Combustibles de la Provincia de Buenos Aires (Fecoba), Luis Malchiodi, calificó como "una medida política para complacencia del electorado" que el Gobierno haya acordado con las provincias productoras de petróleo, las empresas y los sindicatos del sector una baja de 5% en el precio de las naftas.
Aunque reconoció que la medida beneficia a los clientes, Malchiodi afirmó que "no es tan importante" para los consumidores por tratarse sólo del 5% y, en cambio, "afecta" a las estaciones de servicio porque "gran parte tiene establecida una comisión sobre el precio de venta".
En declaraciones a DyN, el dirigente consideró que la iniciativa impulsada por la presidenta Cristina Kirchner "afecta la rentabilidad" de los expendedores y dijo que se trata de "una medida para complacencia del electorado".
"A nuestro eslabón lo tendrían que haber cuidado un poquito más", lamentó Malchiodi, que insistió en reclamar modificaciones en la ley del impuesto al cheque. También se quejó de que el cobro con tarjeta de débito y crédito "tiene un costo muy elevado".
Los dueños de estaciones de servicio no quedaron muy satisfechos con la medida del Gobierno, acordada con petroleras y las provincias hidrocarburíferas, disponiendo una rebaja del cinco por ciento en el precio de los combustibles a partir del 1º de enero. “Es una buena noticia para los consumidores, aunque a las estaciones de servicio nos preocupa porque nuestra ganancia está (establecida) en un porcentaje sobre la venta”, señaló este miércoles Raúl Castellano, presidente de la Federación de Expendedores de Combustible, Fecra. “YPF nos anunció que compensaría la mitad (de esa pérdida para los expendedores) y veremos si podemos solucionarlo con otras compañías”, agregó. Más polémico, el representante de una fracción de las estaciones de servicio bonaerenses que se nuclean en Fecoba, Luis Malchiodi, calificó la baja en los precios como “una medida política para complacencia del electorado, pero afecta nuestra rentabilidad”.
La rebaja del cinco por ciento en el precio de los combustibles fue decidida tras alcanzar un equilibrio entre los intereses de las petroleras, las refinadoras, las provincias productoras (que reciben regalías por el valor del petróleo extraído en su jurisdicción). El precio del crudo en boca de pozo se reducirá en siete dólares el barril, aunque se compensará en parte para el crudo exportado, ya que se baja la curva de retenciones móviles a las ventas externas (a los valores actuales, las retenciones se reducen a cero). Las refinerías, que pagarán más barato el crudo, deberán reflejar ese menor costo en los precios de los combustibles líquidos que distribuyan a las estaciones de servicio. Los productores de petróleo, además, se comprometieron a mantener el nivel de actividad pese a la rebaja del precio, tanto en materia de producción como en lo que hace a las inversiones. La empresa YPF, presidida por Miguel Galuccio, fue el principal articulador del acuerdo entre los distintos segmentos y garante del mismo, ya que además debe velar por preservar el interés de los inversores externos asociados a YPF en el desarrollo y posterior explotación de los yacimientos no convencionales de la formación Vaca Muerta (ver nota central en esta página).
En sus declaraciones radiales del miércoles, Raúl Castellano sostuvo que “las compañías petroleras no se verán perjudicadas (por la baja del crudo) sino al contrario: lejos de perder dinero, (este acuerdo) lo van a usar a favor”. Pero, en cambio, dijo que “se acota el margen de ganancias en las estaciones de servicio” y advirtió que “no sería justo que nuestro sector, que es el más débil en esta cadena, sea el único perjudicado”.
Luis Malchiodi, políticamente vinculado al candidato tigrense Sergio Massa, al tiempo que reconoció que la rebaja de precios de los combustibles líquidos “es una medida que beneficia a nuestros clientes, tampoco es tan importante, porque se trata de sólo un cinco por ciento, pero en cambio perjudica a gran parte de las estaciones de servicio, que tiene fijada una comisión sobre el precio de venta”. Consideró que la decisión de bajar las naftas “es una medida política del Gobierno para complacer al electorado, pero tendrían que haber cuidado un poquito más a nuestro eslabón en la cadena”.
La rebaja en el precio de los combustibles fue anunciada el martes último por los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación, Julio De Vido, junto a la secretaria de Energía, Mariana Matranga. A su vez, la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, celebró a través de su cuenta de Twitter dicha decisión destacando que se trataba de un caso inédito en el que una baja del precio del petróleo se trasladaba como un beneficio a los consumidores finales.