La ciudad estadounidense de Providence ha presentado una demanda colectiva contra Petrobras porque alega que las tramas de corrupción que han salido a la luz recientemente han perjudicado a sus inversores, que acabaron comprando acciones con precios inflados.
Están directamente acusadas la empresa estatal y dos de sus compañías subsidiarias --Petrobras International Finance y Petrobras Global Finance--, además de 13 personas, entre ellas su presidenta, Graça Foster, y su director financiero, Almir Barbassa.
En la demanda, registrada este miércoles en el Tribunal del Distrito de Nueva York, también se citan 15 instituciones financieras a las que se acusa de avalar los valores emitidos por la compañía, incluidos bancos como Morgan Stanley, HSBC Securities y el brasileño Itaú, según publica el diario 'O Globo'.
La capital del estado de Rhode Island alega gestionar "cientos de millones de dólares en activos en nombre de miles de beneficiarios asociados con la ciudad, incluidos funcionarios y jubilados, así como familiares a su cargo".
Para justificar ese daño, que el municipio entiende que va de enero de 2010 a noviembre de este año, la demanda cita algunos de los escándalos más sonados de Petrobras y cuyos detalles están siendo desvelados por la 'Operación Lava Jato'.
Destaca la ruinosa compra de la refinería de Pasadena, en Estados Unidos. Petrobras pagó 360 millones de dólares por el 50 por ciento de la refinería, un valor bastante superior al que la empresa belga Astra Oil abonó un año antes por la refinería entera, 42,5 millones de dólares.
También se menciona la reforma del Complejo Petroquímico de Río de Janeiro, que iba a costar 6.100 millones de dólares y cuyos costes ya se estiman en 26.800 millones de dólares, casi cinco veces más.
Para financiar esas operaciones de expansión, Petrobras, que cotiza en la bolsa de Nueva York, puso a la venta acciones por valor de 98.000 millones de dólares, pero Providence alega que los inversores que participaron en realidad estaban pagando las consecuencias de contratos hinchados y sobresueldos fruto de numerosas corruptelas.
La agencia de calificación financiera Moody's colocó en revisión a la baja la nota de la deuda de Petrobras que, de descender de su calificación de Baa2, quedaría a sólo un nivel de perder el grado "inversor" o "investment grade", cuando está inmersa en un escándalo de corrupción. "Moody's colocó la calificación Baa2 de Petrobras en revisión para un posible descenso debido a la preocupación sobre los riesgos de liquidez que pueden surgir si la compañía no cumple con su obligación de entregar a tiempo sus balances financieros", afirma la agencia en un comunicado. Sumida en un gigantesco escándalo de corrupción que implicaría movimientos de unos 4.000 millones de dólares en una década, la mayor empresa de Brasil aún no presentó el balance auditado internacionalmente de sus resultados del tercer trimestre. Fue la primera vez en sus 61 años de vida que Petrobras incumple el plazo de entrega, y eso preocupa a los inversores. "Las demoras prolongadas en presentar los balances financieros acarrean un posible riesgo de que los propietarios de bonos opten por enviar un requerimiento de pago", explica Moody's.