Por Fernando Castro.
GyP cambió un escenario en el que más temprano que tarde debería realizar un millonario desembolso para seguir en Vaca Muerta, a cambio de seis áreas petroleras convencionales y obtener dinero de forma inmediata, sin correr riesgos. Por eso cedió a YPF su participación en La Amarga Chica y Bajada de Añelo, donde la petrolera nacional irá en busca de más hidrocarburos no convencionales.
Este acuerdo, al mismo tiempo, le dio nuevo impulso al desembarco de Petronas, el gigante malasio que desarrollará en la primera de las áreas un piloto no convencional con la firma conducida por Miguel Galuccio.
Será el segundo en magnitud, detrás del que desarrolla en Loma Campana con Chevron, y que tanta oposición sumó hace un año y medio, algo en las antípodas de lo sucedido días atrás en la Legislatura, donde la cesión de áreas de GyP a YPF no tuvo casi obstáculos.
A cambio de salirse de Amarga Chica, la firma neuquina obtuvo un conjunto de áreas convencionales. Los yacimientos más interesantes que recibe ya están en plena producción. Por eso su “goteo” de dólares se hará sentir en las finanzas de la petrolera, y, eventualmente, en la de las arcas provinciales. (GyP ya ha demostrado sus atributos a la hora de salir en coyunturas de corto plazo en auxilio de la economía neuquina.)
Las áreas que recibe, junto con un bono de 41 millones de dólares que ingresará al tesoro neuquino, son Loma Negra NI, Collón Curá, Cutral Co Sur, Puerto Cortaderas, Bajo Baguales y Neuquén del Medio.
En términos generales, son campos maduros. Dos de ellos se destacan por su potencial de producción: Loma Negra y Collón Curá. Allí se realizaron pozos “petizos”, de unos 1.800 metros de profundidad, con buenos resultados en petróleo.
Fuentes consultadas destacan estas áreas como “interesantes”. Sin una gran inversión, una empresa como la neuquina, “que necesita hacer caja”, se asegura réditos de inmediato.
Según las fuentes, el resto de las áreas que recibe podrían requerir de un programa de inversiones para potenciar la producción.
Quedarse con su 10% de participación en Amarga Chica y su 15% en Bajada de Añelo, para GyP era un camino dificultoso: llegado el momento de la cuantiosa inversión de rigor, y sin poder hacer uso del “acarreo”, se hubiera dado de frente con los interrogantes de cómo solventar su participación, en eventuales sociedades de las que participara buscando shale.
En cuanto a lo que recibe YPF a cambio, cabe señalar que en Amarga Chica prevé un piloto no convencional de 3 años de duración. Implicará una inversión cercana a los 550 millones de dólares, con 35 pozos iniciales. Este acuerdo ya refrendado con Petronas, podría implicar la realización de 847 pozos en 32 años, y una inversión cercana a los 8.600 millones de dólares. Los datos del gobierno provincial indican que en Bajada de Añelo, se busca desarrollar una etapa piloto de tres años y 31 pozos con una inversión de 447 millones de dólares, que podría llegar a los 1.100 pozos en 32 años con 10.158 millones de inversión. Ambas áreas ocupan casi 400 km2 y las otras 6 cedidas en producción por YPF suman 695 km2.