Presionada por los escándalos de corrupción de la estatal Petrobras, la mayor empresa del país,la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, le renovó ayer su confianza a la jefa de la petrolera e íntima amiga, Graça Foster, pero adelantó que realizará cambios en el consejo de administración de la compañía.

"Graça es una persona ética. Me dijo que si toda esta situación perjudicaba al gobierno o a Petrobras, ella colocaba su cargo a disposición sin problemas. Le dije que no era necesario", contó Rousseff en un desayuno con periodistas en el Palacio de Planalto. "Yo quería a Graça de presidenta [de Petrobras]", dijo.

Anteayer, una ex gerenta de Petrobras dijo en una entrevista que informó "personalmente" a Foster sobre las irregularidades en contratos de la empresa que en la última década habría desviado fondos por unos 4000 millones de dólares según información de los investigadores del denominado caso "petrolão".

Dilma, que hizo una cerrada defensa de la presidenta de la petrolera estatal, declaró no tener ningún indicio de "falta de credibilidad" en Foster, e insistió en que no hay pruebas formales contra ella y que nada le impide liderar los cambios y las investigaciones sobre corrupción necesarios en Petrobras.

"Creo que hay un clima muy difícil para ella (...), pero por eso no la voy a sacar. ¿A quién le interesa sacar a Graça Foster? ¿Qué hay por detrás? ¿Por qué voy a interrumpir ese proceso (de investigación que Foster lidera)?", consideró Rousseff.

En una entrevista con diarios latinoamericanos difundida el fin de semana, Dilma dijo que no existe crisis de corrupción en Brasil, y aseguró además que "no hay intocables" y que los culpables serán sancionados. La presidenta adelantó, no obstante, que en su próximo gobierno pretende realizar cambios en algunas empresas estatales, entre ellos en el consejo de administración de Petrobras.

Dilma, que asume su segundo mandato el 1° de enero de 2015, informó que los nombres de sus nuevos ministros se irán conociendo paulatinamente, antes del lunes próximo, y que antes de aprobar cualquier designación dentro del gabinete realizará consultas con la fiscalía para saber si se encuentran involucrados en el "petrolão", que afecta a dirigentes y representantes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).

La líder brasileña dijo que aún no es posible saber cuál fue el volumen de dinero indebidamente retirado de Petrobras, y consideró "absurdos" los montos de coimas que se les atribuyen a algunos implicados. La justicia brasileña investiga un millonario esquema de sobornos en la petrolera a cambio de contratos que favorecían a un cartel de empresas.

Por lo menos 39 personas, incluido Paulo Roberto Costa, ex director de Abastecimiento de Petrobras y el principal delator de la trama de corrupción, se encuentran bajo proceso. Recluido en su domicilio, Costa colabora con las autoridades a cambio de una reducción de su pena.

Según la policía federal, la operación movilizó unos 4000 millones de dólares en una década. En una reciente declaración publicada por el diario Folha de S. Paulo, Costa implicó a 28 políticos, entre ellos algunos cercanos a Rousseff, además de militantes del PT y su aliado, el PMDB.

Agencias ANSA, EFE y Reuters

"Graça es una persona ética. Me dijo que si toda esta situación perjudicaba al Gobierno o a Petrobras, ella colocaba su cargo a disposición sin problemas. Pero yo le dije que no era necesario", contó Rousseff en un desayuno con periodistas en el Palacio de Planalto. "Yo quería a Graça de presidenta (de Petrobras)", agregó.

La mandataria, que hizo una cerrada defensa de la titular de la petrolera estatal, dijo no tener indicios de "falta de credibilidad" en Foster, y que nada le impide liderar los cambios y las investigaciones sobre corrupción que son necesarios en Petrobras.

Además aseguró que luchará incansablemente para que "no se rebaje la nota crediticia de Petrobras" y, aunque reconoció que es un momento complejo para el precio del petróleo, que ha caído casi 50% desde junio, dijo que la producción de la compañía es elevada y su situación mejorará. "En este momento, el precio del petróleo no nos preocupa", añadió la jefa de Estado brasileña.

La Justicia brasileña investiga un millonario esquema de sobornos en Petrobras, a cambio de contratos que favorecían a un cartel de empresas.

Un total de 39 personas están siendo procesadas, incluido Paulo Roberto Costa, ex director de Abastecimiento de la petrolera y el principal delator de la trama de corrupción. Recluido en su domicilio, Costa colabora con las autoridades a cambio de beneficios jurídicos.

"Creo que hay un clima muy difícil para ella (...) pero por eso no la voy a sacar. ¿A quién le interesa sacar a Graça Foster? ¿Qué hay por detrás? ¿Por qué voy a interrumpir ese proceso (de investigación que Foster lidera)?", agregó Rousseff.

Sin embargo, la presidente adelantó que en su próximo gobierno pretende realizar cambios en algunas empresas estatales, y entre estos, en el consejo de administración de Petrobras, aunque no entregó mayores detalles.

Rousseff dijo que aún no es posible saber cuál fue el volumen que fue indebidamente retirado de las arcas de Petrobras, y consideró "absurdos" los montos de los sobornos que se le atribuyen a algunos implicados.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, renovó ayer su confianza en la jefa de Petrobras, Graça Foster, pero adelantó que realizará cambios en el consejo de administración de la mayor empresa del país, envuelta en un inmenso escándalo de corrupción.

“Graça es una persona ética. Me dijo que si toda esta situación perjudicaba al gobierno o a Petrobras, ella colocaba su cargo a disposición sin problemas. Yo le dije que no era necesario”, contó Rousseff en un desayuno con periodistas en el Palacio de Planalto. “Yo quería a Graça de presidenta (de Petrobras)”, dijo.

El domingo, una ex gerenta de Petrobras dijo en una entrevista que informó “personalmente” a Foster sobre las irregularidades en contratos de la empresa.

Rousseff, que hizo una cerrada defensa de la presidenta de la petrolera estatal, declaró al respecto no tener ningún indicio de “falta de credibilidad” en Foster, e insistió en que no hay pruebas formales contra ella y que nada le impide liderar los cambios y las investigaciones sobre corrupción necesarios en Petrobras.

“Creo que hay un clima muy difícil para ella (...) pero por eso no la voy a sacar. ¿A quién le interesa sacar a Graça Foster? ¿Qué hay por detrás? ¿Por qué voy a interrumpir ese proceso (de investigación que Foster lidera)?”, consideró Rousseff.