A principios de 1983, la Secretaría de Energía de la Nación y la Asociación del Gas Argentino (AGA), decidieron impulsar la utilización del gas natural como combustible alternativo para la propulsión de vehículos automotores.
La actitud decidida del organismo y de algunos empresarios posibilitó acordar
la conveniencia de lanzar el Gas Natural Comprimido. En ese marco se delegó en las empresas estatales en aquel momento, Yacimientos Petrolíferos Fiscales y Gas del Estado, la promoción y reglamentación del Plan de Sustitución de Combustibles Líquidos por GNC.
El Plan comienza a materializarse con ayuda oficial. El 21 de diciembre de 1984, en Buenos Aires, se inauguraron las dos primeras estaciones de carga, una de Gas del Estado y otra con bandera YPF, que reabastecieron a 300 taxis. Seguidamente, en abril de 1985 se inauguró una segunda estación promocional. Esto marcó el comienzo y al mismo tiempo concluyó la etapa de ayuda oficial, suficiente para demostrar que la iniciativa era posible, quedando el posterior desarrollo enteramente en manos privadas.
Luego de tres décadas el GNC sigue siendo el combustible Premium argentino con índice de octano 130 que es muy superior a todas las naftas conocidas, beneficiando a la calidad del aire que todos respiramos por ausencia total de componentes orgánicos volátiles y tóxicos ambientales en el escape vehicular.
El ahorro popular del orden de más de 40.000 millones de pesos anuales por el consumo de unos 3.100 millones de litros de nafta equivalente de este combustible limpio, se vuelca al consumo con un efecto multiplicador macroeconómico notable en reemplazo de súper y premium.
Ventajas
70 por ciento más barato que la nafta
Menor índice de monoxido de carbono y de óxidos de nitrógeno.
Menor índice de hidrocarburos sin quemar.
Mayor duración de la calibración dentro de limites de contaminación por ser un sistema estable.
Disminución de emisiones contaminantes por no requerir enriquecimiento de mezcla durante la marcha con el motor en frío.
Menor emisión de partículas (hollín)
Un metro cubico de gas rinde 13% más que un litro de nafta.
Las reservas gasiferas del país duplican a las petroleras.