(Por Marita Chappuis) La rebaja del impuesto a la renta que se espera sea de 26% en 2019 debe ser una de las mejores noticias para el Sector. Aunque fue lamentable que ante la alerta que lanzo Marcial García sobre una mayor carga tributaria, para las mineras con Contrato de Estabilidad Tributaria (CET), a consecuencia del incrementado impuesto a los dividendos, Tania Quispe comentara que las mineras deberían abandonar estos.
Los CET se implementaron en el gobierno militar. Es ampliamente reconocido que este es un requisito indispensable cuando se planea inversiones de miles de millones de dólares como son las mineras.
Los precios de oro y cobre parece que no estarán tan buenos. Se espera para el cobre un promedio de US$2.95 para el 2014 y US$2.85 en el 2016. Los inversionistas que se refugiaron en el oro en el 2011, parece que lo van a abandonar definitivamente.
Mientras esto ocurre los costos siguen subiendo. Un informe de Wood Mackenzie mostraba que los costos peruanos (C3) ya estaban sobre los chilenos (93 a 91 c/lb). Esto a pesar de los altos costos de energía chilenos. El BCR resalta siempre nuestra ventaja de tener costos bajos en la minería. Desconoce que estos costos bajan por la alta ponderación de depósitos “world class” que están actualmente en operación (Antamina, Toquepala y Cuajone) y de ninguna manera serán así en el futuro. Porque los yacimientos en cartera o los que se están desarrollando no tienen esos contenidos interesantes (ley).
Estos precios van a dilatar decisiones de inversión. Anglo American devolvió al Estado Michiquillay y se espera que la decisión para iniciar La Granja y Quellaveco tome más meses. Los anuncios de las más importantes empresas mineras del mundo es que se van a concentrar en ampliar sus operaciones (brownfield) que en iniciar nuevos emprendimientos (greenfield). Las necesidades de inversión para nuevas minas también se ha elevado. Antes la regla era de US$10,000 por tonelada/d. Esta cifra está llegando a US$15,000 y US$ 20,000.
La propuesta gubernamental a la ausencia de inversión minera en el corto plazo no se conoce. Las empresas se siguen quejando del exceso de tramitología, las demoras en el otorgamiento de permisos, y el gobierno parece no darse cuenta que la actividad formal está sobrerregulada. El MINEM publicó un nuevo reglamento ambiental que básicamente es un compendio de varias normas y lleno 30 páginas de El Peruano.
Alan García, sin ningún estudio de por medio, envió las facultades de fiscalización minera al Osinergmin en el 2006. Luego ésta transfirió las facultades ambientales al OEFA. Para camuflar su incompetencia elevaron sus multas y dificultaron sus apelaciones. Fue tal el problema que el gobierno tuvo que suspenderle al OEFA esta facultad salvo en casos especiales. El Osinergmin se “salvó” porque estaba en medio de una distribución de funciones con el MINTRA.
Mientras que el gobierno sigue “dividiendo la torta” y cada institución se cree con derecho a opinar y a sancionar, ni la seguridad ni la protección al ambiente ha mejorado a consecuencia de esta nefasta decisión personal de Alan García.
En Colombia y Chile existe sólo una institución para vigilar al sector minero, aun cuando en el caso chileno el sector minero es casi el doble que el peruano.
Aquí proponemos algunas sugerencias de políticas mineras:
No prioricen la “formalización minera”. La invasión de personas a territorios concesionados buscando oro es un problema mundial. Preocúpense de lo más importante: evitar el mal uso del mercurio. No pierdan el tiempo en exigir un estudio ambiental porque con lo que gana un minero artesanal no puede pagar uno de calidad. Focalicen los esfuerzos en que los mineros artesanales utilicen mejores prácticas. Ni se les ocurra perforar el actual sistema de concesiones mineras para buscar que el minero artesanal se “formalice”.
Trabajen estadísticas confiables obtenidas de la DAC en parámetros importantes como leyes actuales trabajadas, áreas, costos, inversiones etc. Monitoreen la productividad minera. Las empresas internacionales estiman que la cifras que publica Perú tienen una variación de 20-30%.
Sistematicen las iniciativas de RSE de las empresas mineras para su consolidación, para pasar de proyectos miniatura a proyectos grandes.
Inicien programas de apoyo para los proveedores mineros, para que se conviertan en proveedores mundiales. Este sería el mejor inicio y el más exitoso del programa de diversificación productiva.
Terminen con la parcelación aprista y reúnan en una solo institución la fiscalización de seguridad y ambiental. Esta debe estar adscrita al MINEM.