Por Martín Bidegaray.
El banco de inversión Morgan Stanley cree que el yacimiento de Vaca Muerta es rentable –o alcanza su punto de equilibrio, como mínimo– con un barril de petróleo por arriba de los US$ 84. En ese escenario, la búsqueda de socios para YPF será complicada, ya que el importe del crudo internacional estuvo toda la semana pasada debajo de los US$ 60 y ayer cerró a US$ 55. Sin embargo, otro informe reciente –de Goldman Sachs– brinda otra perspectiva: los “shales” (como se denomina las extracciones de petróleo no convencional) argentinos serían rentables con un barril entre US$ 60 y US$ 70.
Cuando le preguntaron en el Congreso por los resultados obtenidos en la asociación con Chevron, Miguel Galuccio –titular de YPF– sostuvo que “con precios a US$ 84-US$ 85, los resultados económicos son marginales”. En ese sentido, las previsiones de Goldman Sachs (publicadas el viernes pasado por Bloomberg) estarían superando las expresiones de Galuccio.
Dos expertos que suelen ser consultados por la industria y políticos sobre el escenario energético descreen de las cifras que barajan los analistas de Wall Street. “El Gobierno nacional paga US$ 84 el barril de Medanito, un tipo de crudo liviano con características similares al WTI, y oriundo de la cuenca neuquina, mientras que el petróleo WTI se encuentra en US$ 55”, describe Fernando Rodríguez, analista de Mercados para el Departamento de Energía de los Estados Unidos.
Los precios que reciben las petroleras locales por su crudo están desacoplados de los internacionales desde 2007. Cuando el petróleo valía US$ 140, las firmas que operan en el país recibían menos de la mitad. Pero ahora, con el crudo a US$ 55, el Gobierno le asegura a las compañías que les pagará US$ 84. “Con la generosidad de este subsidio que pagan todos los argentinos a la empresa más grande del país (YPF), entre otras, cualquier inversor debería llegar a la conclusión que producir petróleo en la Argentina es un negocio extremadamente atractivo y rentable gracias a la garantía del precio de venta”, sostiene Rodríguez.
“Pero la economía argentina seguirá perdiendo competitividad, mientras paga los precios más altos para los combustibles, plásticos y fertilizantes, todos derivados de los hidrocarburos”, critica.
En el Ministerio de Economía quieren anunciar una rebaja de precios de los combustibles en los próximos días. Para compensar los menores ingresos que tendrían las petroleras, ya que tendrían que bajar los importes en surtidores, el Gobierno realizaría modificaciones en las retenciones a las exportaciones. Mientras que el precio internacional del crudo bajó un 45% en cuatro meses, el beneficio que se le trasladaría a los consumidores en el país sería de entre 5%-7%. La nafta súper está a cerca de US$ 1,50 por litro, uno de los precios más altos de América y la “premium” llega a US$ 1,60.
La capitalización bursátil de YPF en Nueva York llegó a superar los US$ 20.000 millones cuando arregló con Repsol. Con la caída del crudo, la acción bajó un 40% y el valor de mercado según la cotización es cercano a los US$ 12.500 millones.
Por SONIA ÁVALOS.
A río revuelto, ganancia de pescadores dice el refrán. Eso es lo que puede obtener Argentina, importador de hidrocarburos, con el derrumbe del precio del crudo, aunque el chubasco puede espantarle inversores para su megayacimiento de esquistos Vaca Muerta.
Con su economía titubeante y las reservas atadas al cierre del litigio en Estados Unidos por la deuda en default, un ahorro en la factura energética suena a bálsamo para el gobierno de Cristina Kirchner, marginado del mercado internacional de crédito y obligado a cuidar cada dólar.
El petróleo cotizó a 55 dólares el barril esta semana y perdió casi 50% desde inicios de año.
Un barril a 55 dólares representará en el 2015 2.500 millones de dólares menos de los 12.000 millones que gasta al año Argentina importando combustible, según estimaciones privadas.
Es un regalo del cielo si además se tiene en cuenta que el 2015 será un año crucial en lo político, en el que Kirchner dirá adiós tras dos mandatos consecutivos (2007-2011 y 2011-2015).
Sin embargo, el golpe al bolsillo de las petroleras supondrá complicaciones en los planes del gobierno que busca seducir inversores para Vaca Muerta en la provincia de Neuquén, 1.100 kilómetros al sudoeste de Buenos Aires.
Argentina cifra sus esperanzas de autoabastecimiento energético en esos 30.000 kilómetros cuadrados de suelo patagónico con un potencial de 27.000 millones de barriles, diez veces las reservas actuales del país, según estimaciones de la Agencia de Información Energética de Estados Unidos.
Con la caída de los precios, "lo que se esperaba de inversión en Vaca Muerta vía contratos de asociación entre la estatal YPF y petroleras como la estadounidense Chevron entrará en un compás de espera", admite el exsecretario de Energía argentino, Daniel Montamat.
Además de Chevron, la francesa Total, la alemana Wintershall, Dow Chemical, Exxon y Shell, entre otras, han puesto un pie en el segundo mayor yacimiento de esquistos del mundo, aunque en su mayoría con proyectos piloto y tímida inversión.
El precio de corte, debajo del cual se considera inviable la inversión, "fue establecido por YPF en 80 dólares por barril y ya estamos por debajo", señala el especialista.
Frente a un panorama sombrío para la inversión petrolera, "el gas puede ser una salida", estima Montamat, que presidió YPF antes de que fuera controlada por la española Repsol para volver en el 2012 a la gestión del Estado.
Argentina importa más del 50% del gas que consume y la mayor parte la compra a Bolivia a un precio que ronda los 10 dólares por millón de BTU. "Trasladado por barco llega a casi 15 dólares (mBTU), pero tenemos un precio interno de 3,90 dólares. Si corregimos ese retraso podemos hacer más atractivas las inversiones para el desarrollo gasífero", sostiene.
Un recorte en los millonarios subsidios al gas sería una medicina amarga para el actual gobierno, pero quizás digerible para el próximo que se elegirá en octubre del 2015.
"Lo estimo difícil, porque la mayoría del gas importado sirve para abastecer la generación de energía eléctrica", recuerda el economista Mariano Lamothe, de la consultora Abeceb.
En su opinión, si bien Argentina se beneficiará de la baja del crudo en su balanza de pagos, la caída enciende una "luz de alerta en la toma de decisiones de las petroleras que dependen de su cashflow (flujo financiero) para poder reinvertir".
La proyección de largo plazo para la explotación de Vaca Muerta resulta un resguardo de la volatilidad del mercado, según el ingeniero Juan Francisco Fernández, del Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec).
Quienes vaticinan una merma de inversiones en Vaca Muerta "olvidan que se realizan en un período mínimo de cinco años, lo que demanda la curva de aprendizaje", sostuvo en un informe.
Fernández vaticina que la inestabilidad del precio "es temporal y no podrá afectar inmediatamente los futuros y todavía lejanos proyectos de exportación de shale oil argentino".
Sin embargo admite que el mayor emprendimiento en marcha, el que operan YPF y Chevron con unos 200 pozos verticales, fue proyectado con un crudo en 100 dólares, casi el doble del valor actual. ¿Resistirá?
En el inicio del verano austral, el viento barre las planicies semidesérticas de la cuenca de Neuquén, al pie de la cordillera andina argentina. En el suelo abundan los tesoros: restos de dinosaurios, áreas vitivinícolas y un fabuloso reservorio de oro negro, Vaca Muerta.
"Es el mayor desafío energético de la historia argentina", asegura Martín Costa, 36 años, ingeniero de la compañía petrolera nacional YPF.
YPF acaba de lanzar la perforación del pozo número 967 del yacimiento situado en la Patagonia, 'El Dorado' de los hidrocarbutos no convencionales y primer yacimiento productivo de petróleo de esquito fuera de Estados Unidos.
"Explotar Vaca Muerta es una gran responsabilidad, no es como bombear en un lago. Hay que bajar a 3.000 metros de profundidad, fracturar la roca y tratar de reducir los costos de explotación", sostiene.
La zona explotada por YPF asociada a la estadounidense Chevron, bautizada Loma Campana, representa apenas 1% de los 30.000 km2 de Vaca Muerta, pero la producción de 270 pozos alcanza 21.000 barriles por día (mb/d).
El pueblo más cercano, Añelo, vio duplicar su población a 6.000 habitantes en tres años.
En los alrededores, hay un interminable desfile de camionetas de YPF, camiones transportando contenedores des grandes empresas de servicios petroleros, como la estadounidense Halliburton o la francesa Schlumberger, así como obradores, porque otro desafío es dar albergue a la mano de obra.
- Fiebre del oro negro-
Después del boom petrolero en los años 1980, esta es la segunda fiebre del oro negro en la provincia de Neuquén, al sudoeste de Argentina, donde se encuentra Vaca Muerta.
Pese al invierno riguroso (diez grados bajo cero), el gas y el petróleo de esquito atraen desde el profesional del sector al simple soldador en pos de una mejor vida con salarios dos, tres y hasta cuatro veces superiores a las remuneraciones de Buenos Aires.
Martín Costa, quien trabaja como jefe de perforación, tiene previsto cavar seis pozos en unas decenas de metros de distancia en el bloque 121 operado por YPF-Chevron.
Cuenta con plataformas de perforación móviles e hipermodernas, los Walking Rigs. Esas infraestructuras de 40 metros de alto, cuya mecha de 1.500 kg se hunde a 350 metros de profundidad, pesan más de 100 toneladas.
La ventaja que ofrecen es que permiten pasar de un pozo a otro, sobre un riel, sin necesidad de hacer una operación de desmontaje y montaje, lo que abarata los costos.
Luego, las unidades de fracturación hidráulica -el mecanismo más cuestionado por los ambientalistas- entran en acción para perforar cavidades en diferentes direcciones. Inyectan hormigón a alta presión, para asegurarse la impermeabilidad del pozo y evitar así -según los promotores de esta técnica- la contaminación de las napas freáticas.
La gente de YPF compara Vaca Muerta con el principal yacimiento estadounidense de petróleo de esquito, Eagle Ford, en Texas, y su producción de 800.000 mb/d, un reservorio que se extiende al vecino México
Argentina produce en la actualidad medio millón de barriles de petróleo por día y ahora apunta al gas y al petróleo no convencionales para, en un primer momento equilibrar su balanza energética deficitaria, pero con la idea de transformarlo en un producto de exportación.
- Crudo en baja vs futuro de Vaca Muerta -
Estos últimos meses, se derrumbó el precio del barril de petróleo pero esto no reduce las esperanzas de YPF.
"No perforamos los pozos mirando la cotización del barril de hoy. Invertimos a largo plazo. Es una apuesta al futuro. Pero eso nos obliga a ser más eficientes", explica Pablo Bizzotto, gerente de Gas y Petróleo de Esquito de Vaca Muerta.
"Los análisis revelan que el reservorio de Vaca Muerta es de una gran calidad, la composición del petróleo es ideal o excelente", sostuvo.
El proyecto más avanzado es la inversión de YPF-Chevron en Loma Campana, pero hay otros en vista como el del bloque de gas de esquito Amarga Chica, en asociación con el malasio Petronas que se pondrá en marcha el 1 de enero, y otro con Dow Chemichal.
Exxon, Shell, Total también invirtieron en Vaca Muerta, pero están aún en el estadio de exploración.
En total, según un estudio de Accenture, el yacimiento tiene posibilidades de atraer 368.000 millones de dólares en inversiones extranjeras de aquí a 2035.
La consultora ve un potencial de medio siglo al ritmo de consumo actual de Argentina, la creación de 22.000 puestos de trabajo por año durante las próximas dos décadas y el aporte de 0,5% anual al crecimiento del país.
Tras haber expropiado al grupo español Repsol y nacionalizado YPF en 2011, el polémico petróleo de esquisto podría abrir una nueva puerta energética a futuro para Argentina.