La disputa militar llevada adelante en América del Sur entre 1865 y 1870, denominada Guerra de la Triple Alianza, aún tiene heridas y aspectos sin sanar. Aquel conflicto devastador -con consecuencias terribles para Paraguay que perdió gran parte de su población- no solamente arrojó límites territoriales favorables a Brasil y Argentina, sino que produjo pérdidas económicas millonarias para un país que, 145 años más tarde, se dispone a reclamar compensaciones económicas.
Los diputados Hugo Rubín (PEN-Central) y Ricardo González (PEN-Central) presentaron un proyecto que busca compensaciones económicas para Paraguay, nación que soportó el asedio militar de las fuerzas de Brasil, Argentina y Uruguay. El proyecto tiene un nombre sumamente ilustrativo: "Declara de interés nacional e insta al Poder Ejecutivo a conformar una comisión integrada con los tres poderes del Estado para solicitar una reparación económica por los daños ocasionados a Paraguay durante la Guerra de la Triple Alianza, 1864-1870".
Básicamente, la propuesta pretende que las naciones responsables asuman los daños ocasionados a Paraguay; textualmente se habla de "oficializar la memoria colectiva y esclarecer que la Guerra de la Triple Alianza marcó décadas de retroceso y estancamiento en el desarrollo de la economía paraguaya".
Los diputados del Partido Encuentro Nacional se refieren a la también denominada Guerra Grande, un conflicto militar desencadenado en 1864 cuando el mariscal Francisco Solano López, presidente paraguayo, decidió acudir en ayuda del Gobierno ejercido por el Partido Blanco del Uruguay, en guerra civil contra el Partido Colorado, apoyado éste militarmente por Brasil.
Entonces se produjo una ruptura del frágil equilibrio en la cuenca del Río de la Plata, cuando era el 12 de noviembre y el Gobierno paraguayo secuestraba al gobernador de Matto Grosso, además de capturar un buque mercante brasileño. Desde ese momento, Paraguay va la lucha, invadiendo Matto Grosso y saqueándolo. Las represalias duraron cinco años y culminaron en 1870. El resultado fue catastrófico para los guaraníes que perdieron cerca del 80% de la población (más del 90% de sus hombres adultos), casi 335.000 kilómetros cuadrados de territorio y una cifra muy abultada para la época en términos de indemnización de guerra: por entonces £ 3.220.000.
Diálogo a tres bandas
"La idea es conformar una mesa de dialogo entre los tres poderes del Estado, donde no sólo se reconozca que estamos hablando de genocidio, porque no hay que olvidar que en la Guerra de la Triple Alianza exterminaron a casi el 70% de la población paraguaya y se quedaron con más de un tercio de nuestro territorio; luego obligaron a firmar tratados internacionales, lo cual está, por supuesto, fuera de todo criterio que se obliga a un país", indicó el legislador Rubín.
Al mismo tiempo cuestionó que "si Bolivia exige su salida al mar y Argentina pide las Malvinas, nosotros no pedimos recuperar territorio, pero lo que sí estamos reclamando es una reparación económica. Éste sería el primer paso, por lo que la idea es que Argentina y Brasil nos entreguen las hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá, así como Panamá recuperó el Canal, de nada más y nada menos que Estados Unidos".
Quien también ahondó en el proyecto que ahora deberá tener su respuesta desde el Gobierno de Horacio Cartes fue el diputado Ricardo González. Señaló que en el Tratado de Creación del Mercosur se establece que los países pequeños tengan que recibir una mayor compensación. "Como país fuimos lesionados en nuestra integridad territorial. Se cometió un genocidio, por lo que es absolutamente normal que tengamos que pedir un poco de resarcimiento, que por lo menos ponga en su lugar las condiciones macroeconómicas y económicas desfavorables que fueron creadas a consecuencia de esta guerra", apuntó.
Los representantes del Partido Encuentro Nacional acudieron a términos como "patriotismo" y "reparación por genocidio" para destacar la importancia de que los tres poderes del Estado unan sus fuerzas y acompañen la iniciativa, "y que las dos hidroeléctricas pasen a ser propiedad del Paraguay", en alusión a complejos binacionales que generan miles de millones de euros al año, y que son compartidos por Paraguay con sus vecinos fronterizos.
Fue el fin de semana durante una gira realizada en la localidad de Ayolas, donde el FG realizó un “ñemongeta guasu” con representantes de diversos sectores de la sociedad del Departamento de Misiones.
El ex presidente indicó que con el proyecto se apuntará al desarrollo de las zonas que fueron afectadas por la construcción de la hidroeléctrica binacional.
Ante las quejas del sector campesino, Lugo señaló que no existe voluntad política para la compra de tierras para el campesinado.
Entre otros, también asistió el senador del mismo sector Sixto Pereira, quien habló de las dificultades que pasa el campesinado por la falta de tierras para cultivar, y de las consecuencias de dicha carencia que obliga a los campesinos a migrar hacia las grandes urbes.
Entre otros sectores hubo representantes de los docentes, de la juventud, campesinos y otros dirigentes sociales.
El sector de los pescadores denunció que el subsidio otorgado por el Gobierno, por la veda de pesca, se politizó, y solo acceden a él aquellos que pertenecen al Partido Colorado, quedando un gran sector sin ese resarcimiento.