Por Roberto Aguirre.

Esta vez no hubo protestas, pintadas ni gases lacrimógenos. El debate fue fugaz y los ojos opositores se posaron lejos del meollo de la cuestión. La Legislatura neuquina aprobó esta semana un canje de áreas entre GyP e YPF, y a su vez otorgó dos concesiones de explotación shale de 35 años. Todo, en un singular proceso que las usinas del gobierno denominaron "contrato de reconversión", un esquema que camina sobre los blancos de la nueva ley de Hidrocarburos y que permitió a todas las partes hacer un excelente negocio: la petrolera provincial se capitalizó con bloques en producción, la firma nacional despejó el camino para lanzar dos multimillonarios proyectos en Vaca Muerta y Neuquén se llevó la nada despreciable suma de 41 millones de dólares cash, un respiro para las cuentas provinciales en cierre del año.

La única medida que se puede tomar sobre la naturaleza de los desarrollos que encarará YPF en La Amarga Chica y Bajada de Añelo es Loma Campana, el primer proyecto no convencional del mundo fuera de Estados Unidos. En términos legales, estos dos pilotos son idénticos a los que YPF encaró con Chevron. La diferencia es que ahora tiene una ley que avala la ingeniería contractual. Tendrá los bloques por 35 años, pagará 12% de regalías y 3% de Ingresos Brutos.

En términos productivos, los dos proyectos juntos son aún más grandes y promisorios que el de Loma Campana. Si bien los pilotos exigirán en conjunto menos dinero (870 millones de dólares contra 1240), el desarrollo implicará un desembolso de 18.700 millones, 2.200 más que los estipulados para Loma Campana.

Según los números difundidos por el gobierno, los dos nuevos proyectos generarán en su pico de demanda, para el sexto año, 3.800 puestos de empleo.

Ambos proyectos en conjunto dejarán para la Provincia los mismos ingresos que Loma Campana en concepto de regalías e Ingresos Brutos. Es que la producción de petróleo es similar.

Sin embargo, aunque salieron en paquete, los proyectos de La Amarga Chica y Bajada de Añelo son muy distintos. El primero, que YPF encarará junto con Petronas, se ubica en la ventana de black oil de Vaca Muerta. Es un bloque vecino a Loma Campana este, de características muy similares a ésta, lo que le da a la petrolera nacional un mayor conocimiento del campo. Quizás por eso se aplicarán ajustes en el diseño de pozo y se modificaron los números de producción acumulada, que dan algo más bajos que su hermana mayor.

Bajada de Añelo, en cambio, se ubica en el medio de la frontera que separa las ventas de petróleo volátil y gas húmedo, justamente la zona a la que todas las petroleras apuntan para maximizar sus ganancias. Es que además de llevarse como premio un petróleo ultraliviano, también obtiene el gas y sus líquidos. Estos últimos, comercializados en forma de gasolina natural, butano o propano, consiguen buen precio en el mercado.

El proyecto, según los documentos de YPF a los que accedió "Río Negro Energía", buscará entre otros puntos determinar esa diferencia entre los campos. El shale gas parece ser marginal, ya que la gran apuesta será el petróleo. Pero la cuenta podría empezar a cambiar si el barril sigue cayendo y el millón de BTU local se ubica por encima del Herny Hub, tipo de referencia para Estados Unidos.

GYP CAMBIA DE ESTATUS

Pero no sólo YPF buscará nuevos horizontes. A partir de los seis bloques que obtuvo como contraparte luego de la sanción de esta ley, arrancará una nueva etapa en la novel historia de GyP.

Puesto Cortaderas, Loma Negra NI, Cutral Co Sur, Neuquén del Medio, Collón Cura Bloque I y Bajo Baguales se sumaron a la cartera de activos de la petrolera local. No son bloques prometedores: están todos ubicados lejos del corazón productivo de Vaca Muerta. Pero aun el pequeño caudal de petróleo y gas que generan en conjunto le permitirá a GyP alterar sensiblemente sus ingresos sin tener que hacer inversiones de envergadura en el mediano plazo. Inclusive, con la aplicación de tecnologías no tan caras podría duplicar la extracción, que por estas horas es de 42 metros cúbicos por día en petróleo y 500.000 metros cúbicos en gas.

Manteniendo la producción en estos bloques, la facturación de GyP pasará de 6,4 millones de dólares anuales a unos 40 millones. El Ebitda de la compañía –uno de los indicadores más usados para medir la salud económica de una compañía– se dispararía de 2,9 millones a 15,9, según los números que el presidente de la compañía, Alberto Saggese, mostró a los diputados provinciales.

Para el gobierno, la ecuación es clara. Era imposible que GyP pudiera seguir el ritmo de inversiones exigidas para un proyecto en la etapa de explotación. Y el carry, en esta etapa, podría atentar contra los proyectos. Estos bloques convencionales, en cambio, son manejables por una cuestión de escala y permitirán fondear a la compañía.

Si bien la petrolera será la operadora de las seis áreas, subcontratará empresas para el manejo de los yacimientos. La idea, explicó Saggese, es no sumar personal, sino mantener la planta para que no se disparen los costos. El ejecutivo reveló que en tres meses se definirá la estrategia para estos bloques.

UNA CUESTIÓN DE CAJA

El tercer beneficiario de esta ecuación es la Provincia, que se llevó 41 millones de dólares en efectivo. Según pudo saber "Río Negro", se liquidaron ayer al tipo de cambio oficial. En este caso, los activos otorgados a GyP terminan redituando al Tesoro: el dinero vuelve a casa. El monto ayudará a Sapag a cerrar el año sin sobresaltos, sobre todo para el pago del medio aguinaldo y el bono de fin de año a los estatales.

El gobernador dejó esta semana una definición sobre el tema: dijo que la batalla entre YPF y Neuquén por la ley petrolera fue ideológica. Se refería a la negativa de Galuccio a que las provincias cobren bonos. Para el gobernador, en cambio, es un derecho adquirido. Parafraseando a Alsogaray, hay que pasar el verano.

Hay algo que une a La Amarga Chica con Bajada de Añelo: ambas áreas formaron parte del negocio inmobiliario.

La Amarga Chica se adjudicó en el 2010 a una sociedad entre YPF y Petrolera Argentina, esta última sin antecedentes en el mercado petrolero. La firma, cuyo titular es Miguel Schvartzbaum, se desprendió de su participación (un 45%) en dos operaciones, mediante las cuales embolsó 44 millones de dólares. Lo singular del proceso es que jamás invirtió un solo dólar en ese pedazo de tierra y se sumó así a un negocio común en la provincia: financiarse con activo estatal y con anuencia del propio Estado.

Con Bajada de Añelo pasó algo calcado. Se adjudicó en el 2009 a la constructora puntana Rovella Carranza, a la que tampoco se le conocía antecedentes en el sector. En dos tramos también se desprendió de su participación en favor de YPF, por una millonaria suma que nunca fue revelada.

Ambas eran áreas marginales cuando el gobierno las otorgó a GyP y salió a licitarlas. Ahora valen decenas de millones de dólares gracias al efecto Vaca Muerta.