Los presidentes ejecutivos recuperaron la confianza para hacer negocios en 2014, envalentonados por un panorama más claro para sus compañías que posibilitó que el valor global de las fusiones y adquisiciones corporativas alcance su nivel anual mayor desde 2007.
La cifra total fue engrosada por una serie de grandes adquisiciones en los sectores telecomunicaciones, cuidado de la salud y consumo masivo, con operaciones -algunas de las cuales habían sido contempladas durante años- que prometen provocar una reacción en cadena cuando compañías rivales se muevan para defender su territorio.
"La necesidad de mantenerse competitivos y reforzar el negocio principal es el principal catalizador" para las operaciones, dijo Wilhelm Schulz, jefe de fusiones y adquisiciones en Europa, Oriente Medio y África en Citi.
El volumen global de adquisiciones y fusiones hasta el 11 de diciembre sumaba 3,27 billones de dólares, un 40 por ciento más en comparación al mismo periodo del 2013, de acuerdo a datos de Thomson Reuters.
La cifra es la máxima desde 2007, cuando el total fue de 4,12 billones de dólares impulsado por el auge de las compras apalancadas, que empujó a firmas privadas a firmar cheques multimillonarios y a cargar a las compañías con pesadas deudas.
En cambio, las adquisiciones en 2014 fueron mayormente motivadas por directorios de compañías más cautelosos, que usaron acciones más que deuda para financiar las compras.
Los ejecutivos no han perdido todos sus temores post crisis y todavía prefieren apuestas seguras, antes que embarcarse en jugadas audaces como el intento del grupo francés de telecomunicaciones Iliad por comprar T-Mobile US.
RIESGOS GEOPOLÍTICOS
Pero las expectativas de que el ritmo de las adquisiciones corporativas se mantendrá en 2015 ha sufrido un golpe por el desplome de los precios del petróleo y la profundización de la crisis económica rusa.
"El riesgo geopolítico sigue siendo una preocupación para 2015", señaló Gilberto Pozzi, jefe de fusiones y adquisiciones para la región EMEA (Europa, Oriente Medio y América) en Goldman Sachs.
"Si la crisis del petróleo empeora más y las tensiones políticas crecen, la actividad podría sufrir un impacto pues los presidentes ejecutivos tendrían una mayor aversión al riesgo", agregó Pozzi.
Hasta ahora, no obstante, el apetito por las grandes adquisiciones no ha dado señas de debilitarse ya que persiste la búsqueda por la supremacía del mercado.
Un ejemplo de ello es la oferta de Comcast Corp para comprar Time Warner Cable por 45.000 millones de dólares, que le dará a ambas una participación de casi un 30 por ciento en el mercado de televisión de pago en Estados Unidos.
En el mismo sentido, AT&T busca adquirir al proveedor de cable DirecTV en un acuerdo por 48.500 millones de dólares.
Ambos acuerdos siguen siendo revisados por reguladores de la competencia en Estados Unidos.
En Europa, Lafarge y Holcim buscan completar la fusión de ambas el próximo año, tras asegurarse la aprobación de la Unión Europea, para crear la mayor cementera global con más de 40.000 millones de dólares en ventas al año.
Sin embargo, algunos otras posibles adquisiciones grandes apenas fueron más allá de un borrador, como el acercamiento de la cervecería SAB Miller a su rival holandesa Heineken.
"Ya no hay un estigma en avanzar con una adquisición", dijo Chris Ventresca, copresidente global de fusiones y adquisiciones de JP Morgan.
"Las compañías tienen una mayor confianza y pueden aguantar obstáculos en el camino porque hay menor incertidumbre sobre sus perspectivas", agregó.
EUROPA CRUZA EL ATLÁNTICO
Expandirse en el extranjero ha sido una motivación clave este año para las compañías europeas que buscaron escapar a las débiles economías domésticas, y el principal objetivo ha sido Estados Unidos.
En septiembre, la alemana Siemens llegó a un acuerdo para pagar 7.600 millones de dólares en efectivo y comprar a la estadounidense Dresser Rand.
"La mayor economía mundial está abierta a transacciones y está creciendo de una manera más predecible que otros mercados", apuntó Severin Brizay, jefe de fusiones y adquisiciones en EMEA de UBS.
Al mismo tiempo, las compañías estadounidenses están adoptando una mayor cautela respecto a Europa. "Necesitan ver que las economías europeas están estabilizadas y avanzando, pero no hay un gran consenso respecto a esto", dijo Ventresca.
Algunos han tenido que volver a pensar operaciones luego de que el Tesoro estadounidense actuó para frenar las adquisiciones conocidas como "inversiones".
Una "inversión" usualmente involucra a una compañía estadounidense que compra un rival más pequeño en el extranjero y se vuelve parte de él en su país de origen, donde los impuestos son menores, bajando su carga tributaria en Estados Unidos.
Como resultado de las nuevas reglas fiscales dispuestas por el Tesoro, la farmacéutica estadounidense AbbVie desistió de comprar la irlandesa Shire por 55.000 millones de dólares.