La agencia de notación financiera Fitch bajó severamente el jueves la calificación de solvencia de Venezuela, de "B" a "CCC", una categoría que designa los países para los que una suspensión de pagos es una "posibilidad real".
Fitch justificó esa decisión a causa de la vulnerabilidad del país latinoamericano ante la caída vertiginosa de los precios del crudo, que "erosiona la principal fuente de divisas" para su economía.
La agencia de calificación financiera Fitch bajó severamente el jueves la calificación de solvencia de Venezuela, de “B” a “CCC”, una categoría que designa los países para los que una suspensión de pagos es una “posibilidad real”.
Fitch justificó esa decisión a causa de la vulnerabilidad del país ante la caída vertiginosa de los precios del crudo, que “erosiona la principal fuente de divisas” para su economía.
La firma calificadora explicó que la rebaja se debe a el fuerte declive de los precios del petróleo en el cuarto trimestre del 2014, que aumenta las presiones sobre la balanza de pagos.
Fitch rebajó la calificación de riesgo crediticio de la deuda venezolana a largo plazo, tanto en moneda local como extranjera, a "CCC" desde "B", lo que implica un alto riesgo de incumplimiento.
La firma calificadora explicó que la rebaja se debe a que el fuerte declive de los precios del petróleo en el cuarto trimestre de 2014 aumenta las presiones sobre la balanza de pagos del país, que depende fuertemente de sus ventas de crudo.
La agencia destacó que la posición de Venezuela en cuanto a liquidez es mucho más restringida ahora que en 2008, cuando la crisis financiera mundial derrumbó las cotizaciones del petróleo, y agregó que al menos el 72 por ciento de las reservas internacionales de la nación está en oro.
Con esta rebaja de la Calificación de Riesgo de Crédito (IDR, por su sigla en inglés), Venezuela se coloca al final de la lista de las calificaciones de deuda de América Latina.
Fitch también citó la alta inflación, las distorsiones generadas por los controles de cambio y precios y el creciente diferencial entre el dólar oficial y el del mercado negro como razones para rebajar la calificación.
"Aunque la deuda soberana tiene un historial de servicio a través de períodos de alta tensión política y financiera, el retraso en elaborar una política para abordar las presiones externas y desequilibrios macro y la actual caída de los precios del petróleo han debilitado materialmente la capacidad de Venezuela para pagar", dijo la agencia.
Aunque los inversores de Wall Street han alertado sobre la necesidad de que Venezuela aplique medidas para enfrentar sus declinantes ingresos, el presidente Nicolás Maduro parece haber optado por un proceder más dilatado que mantiene al mercado atento.
En los próximos tres años, la República y la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) deben desembolsar unos 10.000 millones de dólares anuales en vencimientos de bonos e intereses.