Emilio Apud no encuentra motivos para entusiasmarse. Al pasar, sólo menciona que Argentina se está beneficiando con la baja en el precio del petróleo por debajo de los 60 dólares en las plazas internacionales por el hecho de que pagará menos por sus importaciones de gas natural y gasoil, que están jaqueando las cuentas públicas.
“No cambiaron los condicionantes macro; sigue igual el intervencionismo por parte del Gobierno, la falta de contratos, el congelamiento tarifario, por eso pienso que 2015 va a ser una repetición de este año”, sostiene el ex Secretario de Energía.
En relación a los valores de las naftas y gasoil en el surtidor calcula que “no va a haber rebajas”. Por el contrario, no descarta algún retoque en alza, por efecto de la inflación o ajustes en el tipo de cambio. “Si bien en Estados Unidos, Colombia, Chile, está disminuyendo en nuestro país pueda llegar a aumentar”, cuestiona.
En cuanto a los proyectos para explotar los hidrocarburos no convencionales, Apud tampoco es optimista: “salvo lo que está programado, que es Chevron y Petronas, no va a haber nuevas inversiones para analizar cuánto cuesta extraer el petróleo de Vaca Muerta”.
Siguiendo el paseo por los distintos subsectores, extendió el panorama de crisis para el sistema eléctrico: “van a seguir los problemas; los parques que se hicieron son insuficientes y encima vamos a empezar a tener problemas con la generación. Si se hace una suma Argentina tiene una potencia instalada de 31.000 MW pero un 30 por ciento no están disponibles. Estamos sin reservas técnicas”, alerta.
Por el momento, el especialista evalúa que para el usuario este presente de la industria tendrá consecuencias por los cortes de suministro durante las horas de mayor consumo, pero no se le tocará el bolsillo. “No creo que se animen a hacer un ajuste de la tarifa para reducir los subsidios en un año electoral”, dijo.
Es por este contexto que Apud cuestiona duramente a la actual gestión: “Definitivamente la idea es trasladarle al próximo gobierno todas las cosas desagradables. La política energética está alineada con la necesidad de llegar al 10 de diciembre de la mejor manera. Si durante estos diez años fue cortoplacista, ahora más todavía”.