Para el ministro de Economía Axel Kicillof, la crisis que se manifiesta ahora con vehemencia en Rusia es otro capítulo, quizás más crudo, del mundo que "se viene abajo", como repite. Ante ese escenario de devaluaciones en efecto dominó y caída de precios de los commodities, el Gobierno reiteró ayer que no depreciará el tipo de cambio y que continuará con lo que denomina "políticas contracíclicas" para impulsar el consumo y la producción mediante créditos blandos. Pero este contexto de petróleo barato abrió un nuevo frente interno: Kicillof empezó a analizar una baja de los precios de la nafta y el CEO de YPF, Miguel Galuccio, se opone.
Rusia es el epicentro del nuevo temblor. El rublo se devaluó ayer 20% y acumuló una caída del 30% en dos días respecto del dólar, a pesar de que el Banco Central de ese país sube la tasa de interés. Los inversores huyen de una economía atada al precio del crudo: el 40% de sus ingresos tributarios provienen del sector energético, indicó Luis Palma Cané, de la consultora Fimades.
Su caída arrastró a otras monedas. El real tocó ayer su nivel más bajo contra el dólar desde 2005 y acumula una devaluación de casi 18% anual, algo que inquieta a empresarios y funcionarios locales.
"En realidad, en el mundo hay expectativas de suba del dólar; Estados Unidos está saliendo de la política monetaria ultraexpansiva mientras Europa y Japón aumentan la liquidez. Entonces vemos cómo todas las monedas, los commodities y el petróleo se devalúan", explicó Fausto Spotorno, director de Orlando Ferreres y asociados.
Argentina sufre y respira. Por un lado, la soja continúa con pérdidas y ayer cerró a u$s 376 por tonelada en Chicago, lo que resiente las exportaciones. Por otro, el crudo cae a sus mínimos desde 2009 (el barril WTI cerró ayer en u$s 55,93) y alivia el déficit energético. Según cálculos de la consultora Analytica, los menores precios del petróleo implicarían que el déficit sectorial de 2015 ronde los u$s 4.200 millones, o casi la mitad que el pico de 2013. Los menores precios de la soja implicarán una merma en las exportaciones para el año entrante de entre u$s 6.000 y 7.000 millones, estimó el economista jefe de Econométrica, Ramiro Castiñeira.
"Cómodos"
Ante este escenario, el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, descartó ayer movimientos bruscos en el valor del peso, que se depreció 35% en un año. "Nos sentimos cómodos con la competitividad de nuestra moneda", dijo al anunciar créditos para pymes. En el Palacio de Hacienda afirmaron a El Cronista que se seguirá "trabajando en la misma línea", con "políticas contracíclicas y una apuesta al consumo y la industria".
Cerca de Kicillof indicaron que la baja del crudo ayuda a reducir los gastos de importación y que los proyectos de inversión en hidrocarburos, sobre todo no convencionales, "no se han visto resentidos, por ahora", por la caída del crudo.
El ministro, afirmaron en su entorno, "está analizando desde hace algunas semanas" bajar los precios de la nafta. "La idea es que si el valor del barril sigue en baja, deberían bajar los combustibles, más allá del diferencial entre el precio interno y el externo", afirmaron en Economía.
El precio del petróleo está regulado. Los refinadores locales pagan a los productores u$s 83 por barril, un valor cada vez más disociado de los menos de u$s 60 del mercado. Luego de la devaluación de enero, las naftas subieron hasta octubre.
Para bajar las naftas, el Gobierno debería reducir el precio local de petróleo, pero eso afectaría la llegada de inversiones. Kicillof habla del tema con Galuccio y el equipo financiero de YPF. "Se resentirían planes de inversión y se modificarían los números, pero sería todo un gesto", evaluaron en su equipo.
La baja debería acordarse con las petroleras, así como se convalidaron los aumentos. "La pelea será bastante tirante", indicaron en el Palacio de Hacienda. Por eso, admitieron en Economía, Galuccio se opone. El CEO de YPF dijo ayer a Bloomberg que el precio de equilibrio para la petrolera controlada por el Estado es de u$s 80 por barril. "Si fuera u$s 70, tendríamos que volvernos más competitivos", afirmó. Los buenos balances de la petrolera obedecen básicamente a las subas de precios constantes en los precios al público.
Consultados por El Cronista por este cruce, en YPF declinaron de hacer declaraciones.
La crisis rusa y el petróleo barato abrió un nuevo frente interno dentro del Gobierno: Kicillof empezó a analizar una baja de los precios de la nafta y el CEO de YPF, Miguel Galuccio, se opone, según reflejó diario El Cronista.
Desde el entorno de Kicillof señalaron que "está analizando desde hace algunas semanas bajar los precios de la nafta. La idea es que si el valor del barril sigue en baja, deberían bajar los combustibles", afirmaron.
Desde la cartera de Economía aseguraron que Galuccio se opone. Éste dijo ayer a Bloomberg que el precio de equilibrio para la petrolera controlada por el Estado es de u$s 80 por barril. "Si fuera u$s 70, tendríamos que volvernos más competitivos", afirmó.
Mucha incertidumbre en Rusia este martes (16/12) cuando el rublo tocó su piso histórico pese a la intervención del banco central de ése país. La caída fue superior al 20%, ubicándose a un nivel de 100 rublos por euro y 80 por dólar. Este derrumbe se suma a lo perdido ayer (15/12) que fue en torno al 10%. En total, la moneda rusa se depreció en 2014 un 60%. El índice RTS de la Bolsa de Moscú marcaba un desmoronamiento del 17% y operaba en un mínimo desde marzo de 2009. En paralelo, hoy (16/12) el crudo Brent cayó, por primera vez desde 2009, por debajo de los 60 dólares el barril. En la bolsa argentina se hacía sentir el mal clima internacional con una caída inicial del 3,7%.
La bolsa porteña abrió en baja este martes (16/12) pero al mediodía recortaba la caída del 3,7% a un -0,6% por las malas noticias desde el exterior. Por un lado la brusca devaluación del rublo un 20% y la caída del crudo Brent, que se suma al desplome del precio del barril de petróleo, que la semana pasada castigaron las acciones de YPF.
Este lunes (15/12) la caída del precio del crudo golpeó a los papeles locales del sector petrolero, que se hundieron hasta casi un 15%.
Este martes, la moneda rusa registró una brusca devaluación frente al dólar y el euro, y superó la barrera psicológica de los 100 rublos por euro.
La moneda rusa pasó de 90 por euro a 100, y frente al dólar se puso a 80 rublos, lo que marcó nuevos mínimos históricos, después de que el Banco Central de Rusia elevara el tipo clave de interés del 10,5 al 17 %. Ahora se esperan nuevos anuncios del Presidente Vladimir Putin.
El rublo ya había tenido el lunes una depreciación del 10 %, y en lo que va de año, perdió un 60%.
La explicación de las autoridades rusas sobre la suba de las tasas de interés fue la de buscar un freno a la inflación. También opera sobre la economía de ése país la drástica caída de los precios del petróleo.
El crudo Brent cayó, por primera vez desde 2009, por debajo de los 60 dólares el barril, lo que significaría una contracción de la economía rusa de hasta el 4,7 %, según los cálculos del Banco Central.
Hacia las 8 GMT (5 en la Argentina), el barril de Brent del mar del Norte para entrega en enero cotizaba a 59,85 dólares en el Intercontinental Exchange de Londres, una caída de 1,21 dólares respeto al cierre del lunes.
El otro barril de referencia, el "light sweet crude" (WTI), para entrega en enero, se cotizaba a 55,02 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex), en baja de 0,89 dólares con relación al cierre del lunes.
"El petróleo no termina de encontrar un piso, el apetito por riesgo global continúa afectado y ello se traduce en que los operadores sigan desplegando defensivas tácticas", dijo Gustavo Ber, economista de la consultora Estudio Ber en declaraciones al diario El Cronista.
En cuanto a nuestro país, tanto las acciones, como los bonos se ven perjudicados al incrementarse la aversión al riesgo, frente a la caída del crudo y a la presión bajista del rublo ruso.
Por: Carlos Arbía.
"Tal vez antes antes de marzo salimos al mercado de nuevo", aseguró uno de los integrantes del equipo económico a uno de sus colaboradores luego de la conferencia de prensa del viernes pasado. Fuentes cercanas al ministerio de Economía han afirmado que esta la triple operación que llevó a cabo el equipo económico logró un doble objetivo: "despejar el horizonte financiero para el futuro para el vencimiento de bonos" y mostrar una entera confianza, ya que de los u$s6.700 millones que vencían de Boden 2015 sólo fueron canjeados 185 millones de dólares.
Por otra parte Kicillof sostuvo que "cuando venza la cláusula RUFO, los fondos buitre "tienen que plantearse de nuevo el escenario porquela Argentina quiere y puede pagar y el problema no es Argentina, el problema son los buitres que nunca quisieron negociar y quieren cobrar el 100% y nosotros no nos vamos a arrodillar".
Una quita para la deuda buitre
Estas declaraciones de Kicillof dan a entender que en la próxima negociación, el Gobierno plantearía no pagar el total de la deuda, que llega a unos u$s1.850 millones con el fondo NML y otros dos más. Es factible que el ministro plantee una quita de entre un 30 y 50% del total. Una alta fuente del equipo económico confirmó a un banquero que el acuerdo con los holdouts que negociaba en julio pasado el banquero Jorge Brito junto al ex presidente del BCRA. Juan Carlos Fábrega, se cayó porque Kicillof buscaba una quita del 50 por ciento.
Más allá de los u$s2.300 millones de un total de u$s11.000 millones del swap de monedas con China, la ayuda oriental parece no ser suficiente y la falta de dólares no desapareció.
Durante este "proceso de desendeudamiento", Kicillof todavía no decidió si algún funcionario viajará a los EEUU esta semana para representar a la Argentina. La Cámara de Apelaciones de Nueva York revisará este miércoles la presentación realizada por el Gobierno, que apeló el fallo que había dictado el juez Thomas Griesa en noviembre pasado y que había declarado al país en "desacato" por negarse a pagar.
Esperar y ver
Sólo faltaría esperar antes de fin de año para que Griesa llame a una reunión entre los holdouts y los abogados de la Argentina, con el objetivo de analizar que hará el país cuando a partir de enero pierda vigencia de la cláusula RUFO. La deuda con los acreedores potenciales llegaría a unos u$s16.000 millones, si se suma al reclamo de los fondos el resto de bonistas que quedaron afuera de los canjes de 2005 y 2010.
Habrá que estar muy atentos de la próxima jugada de las autoridades económicas. Suelen sorprender a los mercados con decisiones a última hora, como la triple operación financiera que se lanzó con una semana de anticipación, con un feriado de por medio y sin considerar la crisis de los mercados financieros mundiales por la caída en el precio del petróleo.
Pero hay algo que llama más la atención por estos días. Luego de que sólo un 2% de los bonistas aceptaran canjear el Boden 2015 por dólares, el ministro de Economía, Axel Kiciloff, y su viceministro Emanuel Álvarez Agis, dan a entender que será muy dura la negociación con los holdouts cuando venza la cláusula Rights Upon Future Offers (RUFO) en enero. A contramano del mercado, consideran que la reciente operación ha sido un éxito, pues Kicillof dijo que fue un "espaldarazo de confianza" a la capacidad y voluntad de pago del país.
La opinión de la banca extranjera
En el habitual agasajo de fin de año a la prensa, en el que se hicieron presentes la mayoría de los banqueros que pertenecen a la Asociación de Bancos de la Argentina (extranjeros) el presidente de la entidad, Claudio Cesario, manifestó que “el resultado de esta reciente operación financiera de canje de un bono corto por otro largo, deja en evidencia que será difícil buscar dólares en el mercado de capitales sin arreglar con los holdouts”.
Cesario recordó los hechos positivos del 2014 alcanzados por el Gobierno nacional en el plano financiero, como el acuerdo con Repsol pagando con la emisión del Bonar 24 el 51% de las acciones de YPF y el cerrado con el Club de París, al que ABA apoyó públicamente y consideró también una buena iniciativa el canje de Boden 2015 por Bonar 24.
Pero, el representante de la banca extranjera consideró que se requieren otros aspectos positivos para recrear la confianza y mejorar la situación económica del país, tales como: “Crear las condiciones necesarias para que el ahorro se vuelque a los bancos, para que con el crecimiento de los depósitos se pueda aspirar a tener, aproximadamente, una relación de préstamos al sector privado sobre PBI similar al promedio de la región; que las autoridades desarrollen un mercado de capitales complementario para financiar a largo plazo las inversiones que el país requiere; y solucionar los problemas en el ámbito internacional”.
Con esas condiciones, Claudio Cesario rescató las conclusiones del Foro de Convergencia Empresaria: “La inversión a realizar, en un plazo de 10 años, podría ser de aproximadamente u$s500 mil millones, de acuerdo a la velocidad y grado de desarrollo que quisiéramos lograr, lo que permitiría alcanzar, en el mismo plazo, un aumento del 55% del PBI per cápita y, por ende, mayor bienestar y calidad de vida”.
En lo que respecta al sistema financiero, agregó Cesario: “Nos preocupan los reclamos que se escuchan referidos al nivel del costo del dinero por parte de sectores que por otra parte insisten con reclamar créditos bancarios con tasas subsidiadas, cuando este beneficio lo otorgan otros actores del sector privado, tales como los accionistas de los bancos o los mismos depositantes”.