Apenas comienza la temporada de verano, pero los argentinos ya esperan nerviosos el periodo de calor.
Muchos temen que este año se repitan los apagones masivos del verano de 2013, cuando cientos de miles de personas se quedaron sin electricidad por días o, en algunos casos, por semanas.
Los cortes de luz –producto de las altas temperaturas- incluso llevaron a varios vecinos a tomar las calles y a organizar "piquetes" (o cortes de tránsito) en protesta por su situación.
Para algunos, fue mucho más que una situación molesta.
Por caso, muchos ancianos y personas con problemas de movilidad quedaron atrapados en sus departamentos, en muchos casos sin electricidad y sin agua (que en los edificios no puede ser bombeada sin luz).
En tanto, la ciudad fue testigo de la desesperación de muchos comerciantes que debieron tirar gran parte de su mercadería, a un costo enorme para sus negocios.
Lo que pasó hace un año no fue una excepción.
Las interrupciones eléctricas son un problema creciente en este país sudamericano.
Las estadísticas de Edenor, una de las principales distribuidoras de electricidad, muestran cómo se ha ido agravando el panorama en los últimos años.
Mientras que en 2004 hubo un promedio de 2,6 cortes en el sistema eléctrico, que duraron una media de 4,3 horas, diez años más tarde se registraron 8 apagones, que duraron en promedio 19,5 horas.
Lo que se viene
Ya en noviembre pasado los porteños tuvieron un anticipo de lo que podría venir.
Una breve ola de calor generó un aumento del consumo eléctrico que desbordó el sistema, causando un masivo corte de luz que afectó a 16 barrios de Buenos Aires.
Pero, ¿por qué está en crisis el sistema eléctrico?
A pesar de que Argentina perdió su autoabastecimiento energético a finales de la década pasada, el principal causante de los cortes no es la falta de energía.
Expertos consultados por BBC Mundo dijeron que en la actualidad las generadoras eléctricas producen suficiente electricidad para abastecer a todo el país.
El problema, señalan, es la red de distribución de baja tensión, que no ha sido actualizada para soportar el aumento en la demanda.
Según el sitio especializado Energía Estratégica, el consumo eléctrico viene creciendo un 5% por año en el país.
Y en los días de mucho calor el consumo supera los 23.000 megavatios (MW), la cifra a partir de la cual el sistema de distribución entra en crisis, según el experto en energía Eduardo Barreiro.
"Para que este verano no vuelvan los cortes dependemos del clima y de que no haya olas de calor", le dijo el especialista a BBC Mundo.
Más energía, misma red
Según Barreiro, la red de distribución eléctrica se mantiene sin cambios desde hace 20 años.
Pero mientras que dos décadas atrás el tendido eléctrico tenía que abastecer a hogares que típicamente tenían una heladera, una televisión, una plancha y algunas lámparas, hoy la situación es muy diferente.
Computadoras, televisores con pantalla gigante y otros equipos tecnológicos se han vuelto habituales en muchas casas.
Sin embargo, la principal demanda energética en los hogares viene de los aires acondicionados (AC), un electrodoméstico que era inaccesible para muchos una década atrás y que hoy está integrado a numerosos hogares de clase media.
Barreiro estima que la demanda extra que generó la multiplicación de AC en los últimos ocho años es equivalente a cerca de 3.000 megavatios.
Eso es más de lo que produce la represa hidroeléctrica Yacyretá, una de las principales suministradoras de energía eléctrica que tiene Argentina.
El auge de los AC y otros electrodomésticos fue consecuencia, entre otros factores, de algunas políticas económicas del kirchnerismo, que llevaron a un aumento en el consumo de estos productos desde la llegada al poder de Néstor Kirchner, en 2003.
Así, mientras que hace diez años los argentinos consumían unos 14.000 MW de electricidad, esa cifra llegó a casi duplicarse en el verano de 2013.
Energía barata
Otro factor importante detrás del aumento del consumo fueron las bajas tarifas eléctricas.
Daniel Gerold, de la consultora energética G&G Energy Consultants, dijo a BBC Mundo que el gobierno ha mantenido las tarifas de la electricidad prácticamente congeladas desde 2003.
"Hoy la electricidad en Argentina cuesta solo un 10% de lo que vale en países vecinos, como Chile o Uruguay", afirmó.
Gran parte del consumo eléctrico es subsidiado por el Estado, gracias a una ley de emergencia económica sancionada en 2002 que el gobierno mantuvo vigente.
Según Gerold, el costo real de la electricidad es casi 1.000% veces mayor al que los consumidores pagan en la actualidad.
La combinación de energía barata más electrodomésticos a precios accesibles (con planes de pago que favorecieron a los sectores medios y bajos) fue lo que llevó el consumo a niveles récord.
Pero, ¿por qué no se actualizó la red eléctrica para que estuviera a la par del crecimiento en la demanda?
Ahí es más difícil encontrar una respuesta clara y la disputa se torna política.
El gobierno culpa a las distribuidoras, responsables del tendido eléctrico.
Por su parte, estas empresas, que son en su mayoría privadas, afirman que la falta de inversión se debió a la política de tarifas congeladas, que las está llevando al borde de la quiebra.
Deuda masiva
Según un reciente informe del diario La Nación, las distribuidoras eléctricas atraviesan una grave crisis, que incluye una deuda de más de US$2.160 millones con la empresa estatal que les provee la energía.
Esta empresa, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), nació en los años 90 como un emprendimiento mixto pero actualmente es controlada por el gobierno.
Su función es comprar la energía a las generadoras y abastecer a las distribuidoras, que luego llevan la electricidad a los hogares.
Con el acuerdo tácito del gobierno, Cammesa ha acumulado a lo largo de estos años una gran deuda, producto de lo que no le pagan las distribuidoras, a las que –no obstante- sigue abasteciendo.
El exsecretario de Energía Emilio Apud dijo al diario que las distribuidoras -como Edenor y Edesur, las dos más grandes del país- enfrentan costos crecientes, "con una inflación del 40% anual". Una cifra que a su vez es cuestionada por el gobierno, que estima la inflación en un 20%.
Y debido a las tarifas congeladas, no pueden hacer frente a esos costos.
Sin embargo, el gobierno asegura que ha financiado -a través de subsidios- obras para mejorar el tendido eléctrico, pero éstas no han sido realizadas por las empresas.
En enero pasado, en medio de la crisis por los masivos apagones, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, acusó a las distribuidoras de "extorsión".
"El problema hay que encararlo profundamente. Esto es algo que no pasa por la tarifa, sino por presionar para que la tarifa suba, y el gobierno no va a ceder", dijo entonces.
"No habrá salvataje para las empresas hasta que no se produzcan respuestas a los que aún les falta la luz", agregó el funcionario.
Plan de contingencia
Este año, las principales distribuidoras aseguraron que pondrán a disposición de los usuarios más cuadrillas de técnicos para solucionar los problemas más urgentes de cableado ante eventuales interrupciones del servicio eléctrico.
Barreiro dijo a BBC Mundo que los barrios más vulnerables son aquellos que han tenido un crecimiento fuerte en los últimos años.
"En Caballito (centro de la capital) se construyeron 20 edificios nuevos en diez años, pero el tendido eléctrico es el mismo", ejemplificó, en referencia a uno de los vecindarios más afectados por los cortes.
¿Cuál es la perspectiva para los próximos años?
Los expertos señalan que cambiar el tendido eléctrico de baja tensión (el que conecta los hogares) es una tarea costosa y lenta.
Sin embargo, no todas son malas noticias.
Barreiro destacó que en los últimos años el Estado invirtió fuertemente en líneas de alta tensión, logrando conectar a la red eléctrica nacional a regiones del norte y sur del país que hasta ahora habían estado aisladas.
Controversia
También hay planes de seguir invirtiendo en generación de energía, aunque muchos de estos nuevos emprendimientos están rodeados de polémica.
En 2015, se prevé que comience la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en la patagónica provincia de Santa Cruz.
Las hidroeléctricas, que serán financiadas por China, han despertado las críticas de algunos medioambientalistas que consideran que podrían afectar al cercano glaciar Perito Moreno, uno de los principales atractivos turísticos del país.
Asimismo, generan controversia los planes del gobierno de seguir invirtiendo en estaciones nucleares.
Según Gerold, en la actualidad casi el 35% de la energía eléctrica de Argentina proviene de represas, mientras que el 4% es de origen nuclear.
Sin embargo, la principal fuente de energía de este sector son las centrales térmicas, que usan como fuente los combustibles fósiles.
En ese sentido, la caída de los precios internacionales del petróleo beneficiará a Argentina, que en los últimos años ha subsidiado la importación de combustibles.
El costo de esos hidrocarburos importados es hoy una de las principales cargas económicas que acarrea el gobierno.
Y es otro factor que explica la enorme deuda que ha acumulado el Estado a causa del deficiente sistema eléctrico argentino.