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MERCADOS
¿El Petróleo en el abismo? Consecuencias. OPEP: "Es la especulación". ¿Hacia dónde va el precio del barril?
15/12/2014

¿Está el mundo del petróleo al borde de un abismo?

BBC Mundo

La caída de los precios del petróleo ha puesto en aprietos a los gigantes de la industria petrolera. Empresas que se acostumbraron a precios que bordeaban los US$100 el barril enfrentan ahora una nueva realidad: lo que parecía una buena inversión cuando los precios estaban a US$100, comienza a ser riesgosa cuando bajan a US$60 el barril.

En todo el sector, empresas como BP y compañías de servicios como Halliburton, se hacen la misma pregunta: ¿es la baja de 40% la nueva norma, o apenas un pequeño episodio en un contexto de tendencia al alza?

Esta semana, analistas del banco Morgan Stanley advirtieron que los precios pueden bajar a US$43 el barril en el segundo trimestre del próximo año, a menos que los productores de la OPEP –La Organización de Países Exportadores de Petróleo- reduzcan sus volúmenes de producción.

Si esto sigue así, significará que la especulación contribuye al derrumbe de precios

Pero la verdad es que nadie sabe qué pasará con los precios. En ese contexto, las empresas petroleras se ven forzadas a implementar planes de contingencia para enfrentar un clima adverso.

"La caída en los precios se agrega a las presiones para alcanzar mayor eficiencia en la empresa", le dijo a la BBC un portavoz de BP.

Los grandes saldrán de cacería

Pero una compañía como BP al menos se puede dar el lujo de jugar al largo plazo. Cientos de empresas pequeñas y medianas se verán forzadas a repensar completamente sus planes de inversión.

Muchas de esas firmas no tienen músculo para resistir a una caída prolongada de los precios.

Los analistas predicen una ola de fusiones y adquisiciones, con compañías aferrándose a acuerdos de rescate y con una caída el valor de las acciones que puede generar gangas para los depredadores que tengan los bolsillos más grandes.

"Muchas empresas que tienen presupuestos más pequeños están más expuestas", dice Graham Sadler, director del departamento de petróleo de la firma Deloitte.

Muchos tratarán de diluir el riesgo, quizás compartiendo plataformas de perforación y otras instalaciones. "Pero gran parte de la perforación en sí pasará a un segundo plano", predice.

Obsesión

Sin embargo, los gigantes de la industria en Estados Unidos y en Europa no se librarán de la necesidad de cambiar, especialmente cuando alquilar una plataforma petrolífera puede costar entre US$50.000 y US$600.000 por día, dependiendo de las características del proyecto.

Sadler señala que las perforaciones en lugares de alto costo como el Ártico o en aguas profundas pueden terminar siendo sacrificadas en el esfuerzo de las grandes compañías de reducir costos.

Los proyectos en el Ártico que no han recibido ya una inversion sustancial pueden terminar siendo aplazados.

En cambio, los que ya han recibido miles de millones de dólares estarán probablemente a salvo. Los que están en fase de planeación probablemente serán congelados.

El hecho de que los principales actores de la industria petrolera están siendo afectados por la caída en los precios se refleja en las recientes especulaciones sobre supuestas conversaciones entre BP y Royal Dutch Shell para una fusión. Esta estrategia resurge cada vez que los precios caen bruscamente.

Sin embargo, la especulación sobre esta unión subraya que en tiempos difíciles se anticipa que hasta los gigantes del sector busquen economías de escala y un más poder para marcar los precios. No hay que olvidar que BP se convirtió en un jugador de talla mundial en el negocio petrolero gracias a una audaz seguidilla de compras en los años 90, cuando los bajos precios del petróleo produjeron buenas oportunidades de compra.

El investigador Daniel Yergin, una de las autoridades más reconocidas de la industria, escribió la semana pasada en un artículo en el Wall Street Journal que "incluso antes del colapso de los precios, las principales compañías de petróleo y gas natural estaban preocupadas por el continuo incremento en el costo de desarrollar nuevas fuentes de abastecimiento, y le estaban prestando atención a los inversionistas que pedían disciplina".

"Este declive en los precios convertirá la preocupación en obsesión. El resultado será una ralentización y reducción de las nuevas inversiones en todo el mundo".

Sector en decline

Esto afectará a otra parte de la industria: el sector de servicios, que apoya las plataformas y la perforación de compañías como BP o Exxon.

Robert Perkins, un experto petrolero de Platts, la organización de información y noticias de la industria, señala que las compañías de servicio ya estaban reportando una reducción de su actividad antes de la reciente caída del precio del crudo.

El mes pasado, Halliburton y Baker, la segunda y tercera compañías de esta naturaleza detrás de Schulumberger, confirmaron que estaban en conversaciones para una fusión. Las acciones de Halliburton en particular se desplomaron por el temor ante la posibilidad de que la empresa enfrente a una nueva era de menos contratos y reducción en sus ganancias.

Afinar un acuerdo de integración entre las dos compañías normalmente tomaría meses. Pero, según informes, se arregló en semanas. "Es un indicio de nuestros tiempos en el sector", dice Perkins.

En el centro de la reciente caída en los precios del petróleo está el florecimiento de la producción en Estados Unidos, especialmente con el gas de esquisto.

Se dice que la decisión de la OPEP el mes pasado de no recortar la producción es un intento de presionar a los productores estadounidenses.

Pero aunque en Estados Unidos ciertamente preocupan los crecientes costos de producción, ciertos datos sugieren que los productores no están dispuestos hacer nada al respecto.

Según Baker Hughes, el número de plataformas arrendadas en Estados Unidos se incrementó ligeramente en diciembre, mientras que en total se han alquilado 200 más que hace un año. Esta difícilmente puede ser una indicación de que la industria se está contrayendo.

Fadel Gheti, un analista de Oppenheimer and Company, le dijo a la BBC que los precios tendrían que caer mucho más para sacar de acción a algún productor estadounidense.

"Hace cinco años, la industria requería más de US$90 por barril de petróleo para invertir en nuevos proyectos, pero hoy en día la cifra está alrededor de US$60 o 65 por barril", señaló. Esto se debe a las mejoras derivadas de la tecnología.

Es un cliché decir que habrá ganadores y perdedores. El impacto será diferente en cada compañía, de acuerdo con sus estructuras de costos y recursos.

Quizás todo lo que pueda decirse con certeza es que si el precio sigue cayendo, y por tiempo más prolongado, el panorama de la industria cambiará significativamente.

Cómo influye el derrumbe del petróleo en el precio de los combustibles en América Latina

Infobae

Por: Sofía Benavides.

Los precios del barril del petróleo son noticia desde finales del mes de septiembre por estar sufriendo una caída histórica, determinada fundamentalmente por un exceso de oferta a partir del crecimiento de la producción estadounidense por la expansión del fracking.

Aunque algunos economistas se animan a vaticinar un rebote de los costos internacionales, lo cierto es que Latinoamérica ya se hizo eco de la caía del commodity. En la mayoría de los países de la región ya se registró una caída de los precios internos de los combustibles, puntualmente de la gasolina y el diésel, derivados del petróleo.

Se operó una caída de mayor o menor impacto dependiendo el caso en Paraguay, Colombia, Perú, Chile, Panamá, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.

De acuerdo con información oficial publicada por el Ministerio de Minas y Energía, los precios de referencia de los combustibles en Colombia sufrieron una baja en el mes de diciembre como consecuencia de la caída generalizada en los precios internacionales del petróleo, el aumento de la tasa de cambio y del precio de los biocumbustibles.

La gasolina experimentó una caída de los precios del 1,5%, hasta quedar en $8.495 colombianos por galón, el equivalente a u$s0,93 el litro. Con esto vuelve a los valores de principio del 2014.

En el caso de Paraguay, la reducción de los precios se debió además de a la caída de los precios del petróleo a nivel internacional, el aumento de la cotización del dolar a nivel local y los niveles de stock de cada producto, informó el diario local Última Hora.

Chile también ha experimentado una caída de sus precios, de acuerdo a un informe de la consultora Econsult, que afirma que "la expectativa para los precios de los combustibles en Chile en las próximas semanas es mixta con sesgo a la baja".

En ese cuadro, la bencina de 93 octanos, una de las variedades del mercado, cayó $5 chilenos por litro, un 0,8% aproximadamente, hasta los $785, equivalente a u$s1,27. La bencina de 97 octanos, por su parte, cayó $8 por litro, cerca de 1,2%, hasta alcanzar los $851. Es decir, u$s1,38 por litro.

El precio del diésel, por su parte, caería uno $5, una caída del 0,9%

Perú es otro de los países donde se registraron recortes de precios, de acuerdo con El Comercio, generados por el hecho de que se trata de un país importador de combustible. "El recorte en los valores del llamado 'oro negro' se hará sentir en los menores precios en el corto plazo, sobre todo para aquellas industrias que dependen de él, como transporte, minería, pesca y siderurgia".

Un cuadro similar es el que se da en el resto de los países de Centroamérica.

Otro grupo de países, formado por Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Brasil, no han registrado modificaciones en sus precios, ya que éstos son definidos por cada gobierno en función de sus necesidades económicas. Entre ellos, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Brasil tienen precios internos por debajo de los internacionales, mientras que Uruguay y Argentina tienen los costos internos más altos de toda la región.

En Uruguay, por ejemplo, el precio no fluctúa en función de los movimientos de los mercados, sino que es fijado por la estatal ANCAP. De acuerdo a fuentes del organismo consultadas por Infobae, "Como ocurre desde ya algunos años, el último aumento fue de un 2% y se aplicó a principio de año".

Sin embargo, el diario local Subrayado recogió recientes declaraciones del ministro de Economía uruguayo en las que no descarta una rebaja de los combustibles y señala que es un tema a analizar próximamente. A su vez, el funcionario recordó que en otros tiempos "cuando el petróleo subía y no se ajustaban las tarifas se generaron pérdidas", que podrían ser "recompuestas" en el actual período de baja de costos.

Actualmente, el precio promedio de las gasolinas es de u$s1,74, y del diésel u$s1,64.

En Argentina, el segundo país con los precios más altos (u$s1,57 para las gasolinas y u$s 1,51 para el diésel), tampoco se registraron bajas. En palabras del economista Nicolás Gadano, "los precios de los combustibles locales están desenganchados de los precios internacionales".

En Brasil, la caída de los precios del petróleo a nivel internacional tampoco se reflejó en los precios internos de los combustibles. El economista Gustavo Segré, desde San Pablo, explicó a Infobae que aunque en el país existe una gran variación de los precios de los combustibles, se trata de un precio administrado, fijado por el gobierno de Dilma Rousseff, y que "por este motivo, es más barato que los precios internacionales".

En Bolivia el combustible es subvencionado, por lo tanto no se modifica. La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) mensualmente publica resoluciones sobre los precios, aunque las variaciones no superan los pocos centavos.

De hecho, el último aumento del precio del combustible habilitado fue hace dos años. Según fuentes de la ANH, ese movimiento de los precios, aunque no fue tan abrupto, sacudió la economía boliviana y provocó protestas y manifestaciones contra el gobierno de Evo Morales.

En Ecuador la situación es similar, ya que los precios no están sujetos a los vaivenes de los precios internacionales, sino que los define el Estado. Desde que asumió la presidencia Rafael Correa, en el año 2007, los precios de los combustibles no se han modificado.

Venezuela es un caso paradigmático, ya que los precios de los combustibles son los más bajos de la región, costando apenas unos decimales de centavos el litro.

Desde la abrupta caída de los precios internacionales del petróleo Venezuela ha intentado, desde el lugar que tiene en la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), operar para revertir esa caída a partir de un recorte de la producción, aunque sin éxito. Es que los ingresos del país provienen en gran medida de la exportación del commodity, y ya es seguro que serán menores a lo esperado. Este hecho, sumado a un fuerte gasto difícil de recortar, podrían resultar en un default de la economía.

Venezuela no modifica los precios de los combustibles desde el año 1989, en el que la ola de protestas conocidas como Caracazo sacudió al país después de un anuncio de una suba del 30% en los combustibles.

Por último está el caso de México, el único país de la región que en el contexto de baja de los costos del petróleo ha registrado un alza de sus precios de la gasolina y del diésel, del 0,73% y del 0,80%, respectivamente. En realidad, se trata de una medida de la Secretaria de Haciendo y Crédito Público, que desde hace más de 20 años aplica una política de ajustes mensuales al alza.

Para completar el panorama continental, en Estados Unidos la gasolinera Oncue Express de Oklahoma vende desde la semana pasada el combustible por 0,53 dólares. Se transformó así en la primera en bajar la marca de 2 dólares por galón (3,78 litros) desde el 30 de julio de 2010. El promedio nacional es de 2,74 dólares por galón (72 centavos de dólar por litro).

La OPEP atribuyó la caída del precio del petróleo a la especulación

Clarín

El estado actual del mercado petrolero no justifica el derrumbe del precio del crudo, que puede deberse a la especulación, indicó el domingo la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

"Queremos conocer las verdaderas razones que condujeron a una caída semejante de los precios", declaró a la prensa en Dubái Abdalá al Badri, secretario general de la OPEP.

"La oferta y la demanda registraron un alza -ligera- que no explica esta caída del 50%" desde junio. Si esto sigue así, significará que "la especulación contribuye sobremanera" al derrumbe de los precios, agregó, al ser interrogado sobre el derrumbe de los precios.

Al Badri recordó que el techo de producción de la OPEP "no ha cambiado en los últimos 10 años, (permaneciendo) en unos 30 millones de barriles" diarios.

En cambio, los países productores no miembros de la OPEP aumentaron en unos seis millones de barriles diarios su oferta en el mercado, contribuyendo a la caída de los precios, recordó.

Al Badri, que participa en el "Arab Strategy Forum", agregó que el petróleo de esquisto, cuya producción aumento notablemente en Estados Unidos y Canadá, estableciéndose en 3 millones de barriles diarios, tiene "un impacto".

Sin embargo su costo de producción, alrededor de 70 dólares, es elevado, dijo.

Marcados por una sobreoferta mundial, los precios del crudo cotizados en Nueva York (WTI) bajaron nuevamente el viernes a su mínimo nivel en cinco años y medio, por debajo de los 58 dólares. El barrio ha perdido 46% de su valor desde mediados de junio, según expertos.

Muy afectadas por este hundimiento, las bolsas de las monarquías petroleras, que obtienen el 90% de sus ingresos gracias al crudo, seguían el domingo con caídas. La bolsa de Dubái cayó 7,6% a 3.321,30 puntos, por debajo del nivel de fin del 2013.

A fines de noviembre pasado, en Viena, por insistencia de los países del Golfo, la OPEP mantuvo sin cambios el techo de producción, a pesar de la sobreoferta de petróleo y la caída de los precios.

Según los analistas, cuatro monarquías del Golfo (Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos, Qatar y Kuwait), que producen 52% del petróleo de la OPEP, quieren mantener ese precio para presionar a los productores de esquisto y conservar sus partes de mercado.

Badri afirmó que las monarquías del Golfo no serán afectadas por la caída de los precios, gracias a las reservas financieras de 2,45 billones de dólares acumulados en los últimos años.

Las monarquías del Golfo "no están en peligro" y "pasarán sin problemas los dos o tres próximos años", dijo Badri. Badri exhortó a esas monarquías y a los otros países de la OPEP a seguir invirtiendo en la búsqueda de petróleo y en la producción.

"La industria petrolera en Estados Unidos va frenarse pues las reservas son bajas", dijo Badri, citando estimaciones de la OPEP. "Estados Unidos va a depender del petróleo de Oriente Medio durante muchos años", agregó.

Ganadores y perdedores de la crisis de los precios petroleros

Clarín

Jean-Pierre Petit*

El precio del barril de petróleo cayó en dólares un 44% respecto de su máximo alcanzado en junio. En los 35 años pasados desde el segundo shock petrolero de 1979, hubo diez contrashocks de más del 30%. Esas caídas en los precios del petróleo por lo general han acompañado a recesiones en EE.UU. y/o el mundo: recesión estadounidense de 1990-1991 (caída del 56% del precio del crudo entre octubre de 1990 y febrero de 1991); recesión estadounidense de 2001 (-53% entre noviembre de 2000 y noviembre 2001); crisis de Asia (-60% entre diciembre de 1996 y diciembre de 1998); gran recesión mundial de 2007- 2009 (-77% entre julio y diciembre de 2008).

Pero no conviene fiarse demasiado de que el precio del crudo sea necesariamente una señal rigurosa de economía mundial declinante, en especial porque este mercado a menudo tiende a “exagerar”: -34% entre agosto de 2006 y enero de 2007, por temores de desaceleración mundial (eso vendría más adelante); -34% entre mayo y octubre de 2011, por temores de recesión mundial (crisis de la eurozona y de la deuda federal de EE.UU.); -30% entre febrero y junio de 2012 por la crisis de la eurozona.

Pero esta vez se trata de un contrashock generado principalmente por un alza de la oferta. Un contrashock de este tipo ocurrió en 1985-1986 (-67% entre noviembre de 1985 y marzo de 1986, tras la suba de la producción saudita) y 1987-1988 (-44% entre julio 1987 y octubre de 1988, tras desacuerdos en la OPEP por la cuota entre Irak y Emiratos Arabes Unidos).

¿Cuáles son los efectos macroeconómicos de este tipo de “contrashocks”? La caída del precio del petróleo implica una transferencia de riqueza a los países importadores netos desde los exportadores netos. Se trata, en realidad, de un menor gravamen a los países importadores por los exportadores, y por lo tanto un aumento del ingreso real de los importadores y una caída en los vendedores. Pero como los países exportadores ahorran más que los importadores, la demanda agregada global se afirma.

El impacto macroeconómico mundial se relaciona con el carácter (exceso de oferta o caída de la demanda), la magnitud, la duración y la persistencia del contrashock, y con la reacción de los mercados de activos de riesgo (renta variable, crédito). Se puede estimar que la reciente caída del crudo (si los precios se estabilizan) debería tener un efecto positivo en el PBI mundial de poco más de 0,5 puntos (teniendo en cuenta sólo el impacto en los consumidores).

En cada país, dependerá de una serie de variables clave (el peso de las importaciones netas de petróleo en el PBI, el porcentaje del consumo de petróleo en el PBI, las variaciones del tipo de cambio).

No sorprende que los principales beneficiarios del menor precio del barril se hallen entre los países “grandes”: India (donde las importaciones netas de petróleo representan el 6,1% del PBI), Sudáfrica (3, 1%), la eurozona (2,7%), Japón (2,4%), EE.UU. (2,1%). Tampoco que las principales víctimas sean Brasil (0,4%), Canadá (2,3%), México (4,6%) y Rusia (9,4%).

En cuanto a las grandes economías occidentales, el efecto es en gran medida positivo. Pero hay que contar también con un probable aumento de las tasas reales (tasas nominales ajustadas por expectativas de inflación), al menos en EE.UU. Además no es ilógico un aumento así a nivel mundial, ya que la capacidad de ahorro de los países exportadores de petróleo se reduce.

Hay que tener en cuenta también el impacto de una reducción de importaciones de los países exportadores netos de petróleo, y un menor esfuerzo de inversión en la actividad petrolera local (de EE.UU.). El punto de equilibrio para la mayoría de los proyectos de extracción de petróleo de esquisto se estima entre 50 y 70 dólares por barril: el margen, obviamente, se ha reducido mucho.

*Presidente De La Consultora Les Cahiers Verts De L’économie (c) Le Monde

¿Hacia dónde va el precio del barril?

Río Negro Online

Con su clásico sentido del humor, la revista británica "The Economist" sacó una alusiva tapa donde muestra un jeque árabe enfrentado a duelo con un trabajador del shale. El artículo en cuestión habla de la supuesta guerra que Arabia Saudita, el principal productor de petróleo del mundo, lanzó en contra del boom no convencional en Estados Unidos. Esta hipótesis explica en términos geopolíticos por qué el barril de crudo se desplomó de los 115 dólares en junio a menos de 70 esta semana. Con estos números, sólo los barones petroleros de Oriente Medio pueden seguir capturando rentas jugosas: para el resto de los proyectos, será apenas una ganancia marginal.

Enseguida comenzaron los análisis sobre quiénes son los ganadores y perdedores. La cuenta es sencilla: países esencialmente importadores como Japón o los miembros de la Unión Europea, seguramente se verán beneficiados porque la energía les saldrá más barata. Por el contrario, los Estados petróleo-centristas como Venezuela, Irán, Nigeria o Rusia, deberán afrontar el cimbronazo que implica perder una multimillonaria renta en dólares. El país africano, por caso, debió devaluar su moneda para ser más competitivo.

Según "The Economist", la baja de 40 dólares en el barril de petróleo implicará una magnífica transferencia de renta del sector privado a los consumidores de 1,3 billones de dólares, es decir esa cifra seguida de 11 ceros. Equivale a dos PBI de Argentina.

Ésta debería ser una buena noticia. Pero también puede convertirse en una catástrofe: aquellos países como Estados Unidos o Argentina que quieren desarrollar su mercado shale pueden ver frustrados sus sueños. Un proyecto a más de 30 años es difícil de pagar con un barril a 70 dólares.

Para Vaca Muerta, un estudio de Morgan Stanley asegura que se necesita un barril de 83 dólares. Para Eagle Ford, la estrella texana, el número baja a unos 60. ¿Podrán ajustar el cinturón estos proyectos para conseguir márgenes más atractivos? Es la gran duda del momento.

Por lo pronto, la agencia Reuters pronostica que hay proyectos por 150.000 millones de dólares que se paralizarán el año que viene si los precios no cambian.

EL FUTURO PRECIO

La otra duda es qué pasará con el barril en el mediano plazo. Los gurúes suelen predecir cómo se moverán los mercados a futuro a partir de ciertas variables. Pero las causas de esta baja parecen ser más políticas que económicas y esto tiene nerviosos a los economistas. Las consultoras privadas predicen un barril a 80 dólares para el 2015. Pero no parece haber demasiados fundamentos para esgrimir ese número.

Para el experto en energía de la UNRN, Roberto Kozulj, el tema es completamente coyuntural. Consultado por "Río Negro Energía", se mostró renuente a abonar la teoría de la guerra contra el shale. Indicó que lo que se ve es una retracción económica de algunas potencias, sumada a un stock creciente de petróleo temporal. El especialista indicó que Asia seguirá creciendo y demandando hidrocarburos, por lo que todo indica que el precio tenderá a la suba en un plazo razonable.

Por otro lado, relativizó el peso petrolero de Estados Unidos. Donde sí se siente el impacto es en el mercado del gas, que permitió hacer mucho más competitiva la industria de ese país gracias a la baja de precios.

Kozulj recuerda una anécdota que sirve para graficar lo relativo de los pronósticos: cuando el crudo tocó los 50 dólares en el 2003, todos afirmaban: "Se acabó el petróleo barato". Ahora, con el oro negro a 70, todos se lamentan. Peripecias de un mercado complejo donde a menudo importa más un número en una pizarra de Wall Street que la producción efectiva que consiga un pozo en cualquier parte del mundo.


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