Vaca Muerta despierta expectativas en todo el país. Sin embargo, para Neuquén es una realidad que paso a paso comienza a amanecer. Aun cuando es sólo el principio, tiene un caudal lo suficientemente estruendoso como para dejar marcas claras en la actualidad de las localidades que abarca.
Loma Campana es y será el yacimiento insignia del shale argentino. Fue el primer clúster no convencional fuera de Estados Unidos y, a menos de un año de pasar de piloto a desarrollo, se convirtió en la segunda área con mayor producción petrolera, sólo detrás del gigante Cerro Dragón, en Chubut. Cerrará el año con una producción que supo conseguir, entre junio y julio, una media cercana a los 30.000 barriles equivalentes diarios (boes/día).
NÚMEROS INICIALES
Según datos de la Dirección de Hidrocarburos de Neuquén, todos los proyectos sobre Vaca Muerta –un desarrollo y dos pilotos, el resto son exploratorios– llegaron a entregar una producción en bruto que, traducida a un valor de venta estable, alcanzaría los 60 millones de dólares mensuales. El cálculo, tomado a precios promedios para el petróleo (tipo Medanito) y el gas, permite establecer una proyección de 720 millones de dólares anuales; sin embargo, la producción no termina el año con los índices crecientes del primer semestre.
En términos de participación provincial en la renta, con los niveles actuales de producción Vaca Muerta aporta 65 millones de pesos mensuales por regalías a las cuentas neuquinas. Es decir que, sólo por este concepto de compensación por recursos no renovables extraídos, la administración obtiene un reembolso de 780 millones de pesos.
PRODUCCIÓN CRECIENTE
En términos de producción neta, los shale –el tipo de gas y petróleo que se extraen de Vaca Muerta y para lo cual hay que perforar por debajo de los 2.500 metros– representan el 15% de la producción de petróleo de toda la cuenca y cerca del 5% de la de gas. Sin embargo, es notorio el incremento propio de la producción no convencional. Entre noviembre del 2013 y septiembre de este año la extracción de crudo se duplicó: pasó de 11.026 a 22.260 barriles/día. En el caso del gas ocurrió algo similar: pasó de 7.500.000 a 10.551.000 mv.
MANO DE OBRA
Los números definitivos de los puestos de empleo que generó Vaca Muerta son, sencillamente, imposibles de acordar. Si bien existe una aproximación para la industria petrolera, las capas siguientes, representadas por los servicios y el comercio, crean un universo difuso.
De todos modos, se calcula que unos 14.000 trabajadores mueven la cuenca en Neuquén. Sólo YPF tiene directa o indirectamente en Añelo y sus alrededores 700 puestos y, según datos del municipio, unos 350 vecinos de la localidad se sumaron a los espacios creados en hotelería y gastronomía. El número en el que coinciden autoridades provinciales y voceros de las principales firmas es superior a los 3.000 nuevos puestos de empleo en el último año.
Durante este año la formación Vaca Muerta concentró el 70% de las inversiones anunciadas para toda la cuenca. De 5.100 millones de dólares, unos
3.500 millones se destinaron principalmente al único yacimiento no convencional en desarrollo, Loma Campana, y los pilotos en Aguada Pichana (Total ) y El Orejano (YPF-DOW).
El resto de las áreas –unas ocho componen la zona caliente del shale criollo– se encuentra en estado de exploración. Si bien no hay confirmación definitiva para las inversiones del próximo año, que se sumarían a los desembolsos de YPF en Loma Campana, ya se conocieron nuevas apuestas.
Total y Shell, ambas con la provincial GyP en acarreo: anunciaron dos nuevos pilotos por 300 y 250 millones de dólares para el 2015. También la alemana Wintershall, socia de la compañía provincial, le puso fecha a un desarrollo inicial.
Sin embargo, las miradas están puestas en la formalización del piloto que YPF busca desarrollar con Petronas en el área La Amarga Chica. Allí, sobre una de las mejores ventanas de petróleo, la compañía extranjera tiene previsto desembolsar unos 500 millones de dólares.
La semana pasada se conoció el acuerdo de salida para GyP; incluye seis áreas con producción no convencional y un bono calculado en unos 41 millones de dólares. El acuerdo también implica el corrimiento de Bajada de Añelo.
ADRIANO CALALESINA
Centenario
Los intendentes del corredor petrolero ya se disputan el gran negocio que prevé la radicación de más de 800 empresas en Vaca Muerta, en el transcurso de unos cinco años. Y todos ellos buscan captar la mayor cantidad de firmas.
Esto es lo que sucede hoy en Añelo, Centenario, Vista Alegre y, en menor medida, en San Patricio del Chañar. Este último quiere evitar el impacto directo de las actividades contaminantes, debido a la extensa zona frutícola, de miles de hectáreas de peras, manzanas y vides.
Según informaron los jefes comunales a LM Neuquén, cada ciudad compite por llegar en una mejor posición ante el sector empresario que intenta, a toda velocidad, radicarse en la zona con empresas de servicios, bases de operaciones y oficinas de multinacionales.
Añelo es la localidad más cerca de la gran promesa de los no convencionales. La ciudad tiene una reserva de 250 hectáreas municipales y ya se firmaron 132 contratos con compañías. Sin embargo, solo 40 están haciendo obras, con grupos electrógenos, ya que todavía no hay servicios básicos.
El valor de la tierra es de 18 pesos el metro cuadrado, por lo que una hectárea cuesta 180 mil pesos, un valor ínfimo para el movimiento de dinero de una compañía de hidrocarburos. “Creemos que en cinco años vamos a estar desarrollados. Acá lo importante es que estamos a un paso de todo el movimiento de Vaca Muerta”, dijo el intendente Darío Díaz.
En Centenario, el panorama es distinto. El Municipio tiene en proceso de registro, según se informó desde la Dirección de Industrias, unas 132 hectáreas en el Registro Nacional de Parques Industriales (Renpi) y hay otras 158 que fueron transferidas recientemente por el gobierno provincial. En total, hoy existen unas 154 empresas radicadas y el valor de la tierra es más caro que en Añelo: 60 pesos el metro cuadrado, por lo que una hectárea cuesta unos 600 mil pesos. Las firmas suelen pagar en cuotas y solo una multinacional abonó casi 6 millones de pesos al contado por unas 10 hectáreas. La promesa por entrar es tan grande, que aún quedan unas 82 empresas en lista de espera para un nuevo cupo de tierras durante 2015.
“Queremos ser el parque más grande de la provincia. Tenemos la ventaja que se van a radicar depósitos y oficinas. Mucha gente se quiere venir a vivir a Centenario porque está más cerca de los lugares más poblados”, explicó el intendente Javier Bertoldi.
Vista Alegre, a pesar de ser un pequeño poblado, también cuenta con un parque industrial de 29 hectáreas (23 netas con la apertura de calles). Seis compañías ya se instalaron -con grupo electrógenos- y otras 14 están en proceso de desembarco.
Según explicó el intendente Gabino Jofré, la ventaja de esta zona es la cercanía a la nueva Ruta del Petróleo, que tendrá 27 kilómetros y conectará la Autovía Norte con la Ruta 51. “Estamos a menos de tres kilómetros. Las empresas no usan la Ruta 7 porque está congestionada, sino que van por la meseta. Esto es lo que a nosotros nos beneficia”, dijo.
El corredor petrolero es tan amplio que también abarca a Cinco Saltos y Contralmirante Cordero, en Río Negro, donde también hay pedidos para radicar industrias.
En San Patricio del Chañar hay un parque industrial de 14 hectáreas previsto en la calle 9 al fondo, que hasta entes de 2008 estaba reservado para un barrio privado. Ahora se radicaron cuatro empresas, pero el intendente Ramón Soto no quiere que algunas actividades impacten de lleno contra la producción.
Este es el escenario en el que se mueve cada intendente, aunque los cuatro ya miran hacia el futuro y trabajan para ver cómo sacar provecho de una actividad que ilusiona a todos.
El PIN está completo y busca más desarrollo
Centenario
El Parque Industrial Neuquén se encuentra hoy al borde de la saturación, según informó el director provincial de Industria y Comercio, Gustavo Barraza.
“Tenemos un registro de empresas en el Copade y vamos distribuyendo según la demanda a Zapala, Plaza Huincul y también a los parques industriales municipales como el de Centenario, Añelo o Plottier”, dijo el funcionario.
En Neuquén hay unas 380 hectáreas distribuidas entre el PIN y el Z1. Allí, los vecinos conviven a diario cerca de las industrias, la mayoría con prestación de servicios petroleros. En total hay más de 220 empresas radicadas. Si bien en un principio los rubros eran diversos, hoy la demanda gira alrededor del petróleo.
El funcionario informó que hay unas 80 empresas en lista de espera que buscan tierras en la zona. Las firmas son diversas, desde la Halliburton, Schlumberger, Calfrac o Baker Hughes hasta subcontratistas pocos conocidas que recién se inician en el rubro.
“Estamos detectando incumplimientos, donde hemos entregado tierras y no hay mejoras para recuperar esas tierras. Pero esto lleva muchas implicancias desde lo legal”, indicó Barraza.
En Zapala, sobre tierras provinciales, recién se comienza a desarrollar un parque de unas 40 hectáreas que, aunque más alejado de la zona de explotación, pretende crecer con los años. En Plaza Huincul hay cuatro empresas asentadas sobre el Polo Petroquímico. Si bien la ciudad fue furor en los ‘70, hoy quedó más relegada.
Por Walter Curia.
No es difícil perderse cuando uno se lanza a los laberintos de Loma Campana. El termómetro rompe la línea de los 35 grados y el camino es un pasillo de tierra y piedra que parece cortado a cuchillazos. Como en el poema de Rafael Alberti, si allí se quiere ir al norte, se va al sur. Hay que ver esta geografía con un programa Google Earth: los senderos son unas figuras caprichosas que andan de un lado a otro; parecen más un mapa de constelaciones que los estrechos caminos interiores de un yacimiento de petróleo.
Llegamos al sweet spot de alta productividad de Loma Campana oeste a la hora del almuerzo, pero nada se ha detenido. Una espesa nube de tierra olfatea los tobillos. El sol alcanza la punta de las torres de perforación, clavadas en paralelo como dos flechas de acero blanco. Miden 40 metros de alto, igual que un edificio de 13 pisos, y así como se las ve, pueden desplazarse solas, de un pozo a otro, unos 30 metros (se las conoce como walking rigs). Llegadas desde Oklahoma, son operadas por la contratista H&P. Estamos sobre una de las torres, que suena como si ronroneara. Se apresta a perforar el pozo número 966 de YPF para alcanzar la roca madre de Vaca Muerta, a 3000 metros de profundidad, donde yacen las ilusiones de una Argentina petrolera. Será como meter la cuchara en el corazón de un volcán de chocolate.
Con una superficie de 30.000 km2, equivalente a Misiones, Vaca Muerta es la principal formación de shale en la Argentina. Tiene un potencial de gas y petróleo no convencional que permitiría multiplicar por diez las reservas nacionales. Se extiende por Neuquén, Río Negro y Mendoza y representa la cuarta reserva de petróleo y la segunda reserva de gas no convencionales del mundo, según los datos de la EIA de Estados Unidos.
YPF tiene la concesión de más de 12.000 km2 de esa superficie, lo que la coloca como la tercera petrolera en extensión de América para el desarrollo de hidrocarburos no convencionales. A los ingenieros no les alcanza la boca para contar las novedades que presenta Vaca Muerta este fin de año. Pablo Bisotto es gerente regional de hidrocarburos no convencionales. Recibe en el complejo que montó la empresa frente al acceso a Añelo, una ciudad-dormitorio neuquina que no tiene hospital pero sí tiene casino. En el campamento se advierte que la actividad es intensa. "Estamos en vísperas de la explotación de otro sweet spot, en el este de Loma Campana", dice este ingeniero que cumplió 40 pero conserva el aspecto del chico de mejor promedio de la división.
"Vaca Muerta tiene una composición excelente en las variables que definen la calidad de un reservorio no convencional se extiende. Este año hemos invertido u$s 1700 millones, que tenemos que mantener constante. Llevamos perforados con éxito unos 270 pozos en Loma Campana, que están produciendo 34.000 barriles por día. Ya es el segundo yacimiento más importante del país".
La tarea de hacer un pozo incluye su localización, perforación, construcción y estimulación por fractura hidráulica o fracking. Todo el procedimiento demanda unos 45 días. Su aspecto final es el de un corralito con una tubería en el centro que apenas sobresale en la superficie. La vida útil de sweet spot es de alrededor de 30 años.
La empresa necesita imperiosamente aumentar la productividad y reducir costos, que aparecen muy por encima de la explotación convencional. Poner en actividad un pozo vertical cuesta hoy u$s 7 millones, que llegan hasta los u$s 14 millones en el caso de un pozo horizontal de unos mil metros de recorrido en la roca madre. El costo se redujo unos u$s 10 millones en un año. La producción en escala es determinante: el desafío es automatizar, acelerar la perforación y la construcción del pozo y hacerlas más eficientes.
La caída del precio internacional del petróleo está asociada a la expectativa de apreciación del dólar. Pero también al desarrollo del shale. El barril cayó un 40% en los últimos seis meses y la OPEP no sólo no ha hecho nada para detener el derrumbe, sino que más bien lo ha estimulado, aumentando la oferta. Los países productores buscan contener el surgimiento de EE.UU. como productor de no convencionales, una aparición que amenaza con alterar el paisaje energético mundial.
¿El shale, víctima del shale? Así como puede decirse que por el momento superó el desafío ambiental, es difícil que el proyecto Vaca Muerta resulte inmune en un escenario que ya afecta el frente doméstico: el precio de la nafta en la Argentina se mantiene como si nada pasara en el mundo.
¿Con qué precio son viables los proyectos? ¿Hasta dónde aguantan?
Los proyectos petroleros y más aún los de gran escala no se evalúan en períodos cortos o siguiendo el minuto a minuto del precio del crudo responde Bisotti con el manual del CEO Miguel Galuccio. Estamos desarrollando yacimientos con pozos que tendrán una vida útil de varias décadas, con lo cual es seguro que a lo largo de su vida productiva van a atravesar variaciones de este tipo. Posiblemente esta situación genere baja de precios en algunos servicios y materiales que ayuden en la dirección de mejorar el costo pozo, una variable fundamental en los proyectos shale.
A diez metros de altura, en la torre, operarios de H&P manipulan una mecha de acero gigante. La mecha se eleva otros diez metros, propulsada por una guía. Lubrican su extremo con grasa y descubren la tapa del pozo, redonda y de acero y que podría pasar por un pluvial de calzada. Un trépano de tres cabezas de 12 pulgadas será el encargado de perforar la roca. Allí mismo, encerrado en su puesto de control, un encargado consulta en pantallas táctiles la marcha de la operación. Podría pasar por una maniobra militar.
Abajo, el sol se refleja en la tierra seca y el efecto es cegador. Una grúa de aspecto algo monstruoso se desliza y agita sus dos pinzas de entre el polvo. Una ventanilla baja y el aire llega desde el interior como un golpe de agua fresca en la cara. Las manos al volante, Ramón se entusiasma con hablar un rato. Es de Cutral-Có y hace sólo cuatro meses que está en Loma Campana. Gana diez veces lo que recibía en su último empleo, en la obra pública. Veinte años atrás podría haber sido minero en Río Turbio, Santa Cruz, un sueño del pasado reciente que como tantos otros no prosperó.
El impulso que tomó la industria petrolera con los primeros proyectos que perforan Vaca Muerta por debajo de los 2,5 kilómetros de la superficie reactivó las vías de comunicación de toda la Cuenca Neuquina. Unos 3.000 camiones y unos 14.000 trabajadores se mueven por las rutas petroleras de la provincia al ritmo de los desarrollos no convencionales.
La magnitud de los proyectos shale, que en forma simplificada triplican cualquier rama de la actividad convencional, se notó a poco de andar, ya sea porque el tránsito se intensificó o porque los caminos comenzaron a deteriorarse rápidamente.
Sin embargo, los paisajes de la geografía neuquina siguen allí, como el telón de fondo para la gran expectativa del país. El andar de esta industria nos puede llevar en un mismo día desde los valles y viñedos regados por el río Neuquén hasta los pies del volcán Tromen, que magnifica la paz en la pequeña Buta Ranquil, la última localidad petrolera de la cuenca hacia el oeste.
Al costado de este camino, con extensos tramos de ripio y campos sin alambrar, nos encontramos también con aquellas actividades que intentan "sobrevivir" a la industria del oro negro. La cría de animales o los emprendimientos agrícolas de última generación parecen ser las fotos de la alternancia para un recorrido tan bello como duro y hostil.
Pero también allí se imprimen, contra aquel horizonte, las historias de los emprendedores menores, que buscan ofrecer algo quizá más sencillo y barato para ese nuevo ir y venir de camiones, trafics y camionetas que a veces hacen una parada antes de perderse en los yacimientos.
Son 381 kilómetros que sirven de muestra para los 30.000 km² que tiene Vaca Muerta.
Quién no escuchó hablar de Añelo en el último año. Conocida para cualquier habitante de la región, ganó fama en todo el territorio nacional al punto de ser referencia de encuestas, informes periodísticos y discursos políticos. Casi como un sinónimo de Vaca Muerta, la localidad que se duplicó en poco menos de doce meses reparte sus expectativas entre el petróleo y la necesidad de resolver los problemas asociados a un vertiginoso crecimiento.
Aun cuando el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales en el país se encuentran dando sus primeros pasos, los vecinos de Añelo, la cabecera del shale argentino, ya sintieron el latigazo de los millones marchando hacia los yacimientos. Los comerciantes no dudan en reconocer una mejora económica, al igual que no ocultan que más dinero no se traduce en mejor calidad de vida.
"Los proyectos están en marcha. Pero hay que entender que los tiempos del Estado no son los mismos de los privados", dice el intendente Darío Díaz, quien agrega que ya está licitado un puñado de obras, entre ellas el hospital de la localidad, la ampliación de la autovía de la Ruta 7 y las primeras viviendas del plan de 240 que impulsan en el loteo sobre la meseta, lo que llaman el "Nuevo Añelo".
La localidad pasó de 3.000 a más de 6.000 habitantes en un año. Pero la proyección promete más: "Esperamos que en 10 años la población alcance los 30.000 habitantes", dice Díaz.
Pese a las perspectivas –centralmente privadas– que aseguran el desembolso de millones en infraestructura para afrontar los problemas que provoca un crecimiento acelerado, lo único concreto con lo que cuentan las familias del lugar son las obras incluidas en el acuerdo de los 1.000 millones de pesos del convenio Neuquén-YPF. Se trata de 300 millones de pesos, de los que aún muy poco ha llegado.
El municipio elabora un "Máster Plan" para planificar un crecimiento ordenado de la localidad. De ese esquema participan la Fundación YPF, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Copade. "La idea es que la planificación sea revisada año tras año hasta el 2024, para poder corregir e incorporar imprevistos", comenta Díaz, quien señala que el objetivo inmediato es completar, en un par de años, unas 500 ó 600 viviendas en la localidad.
Pese a los tropiezos del crecimiento, la situación en Añelo es distinta de otras. Cuando el resto de los municipios petroleros espera que una porción de las inversiones en Vaca Muerta toque tierra cercana, en la pequeña localidad los proyectos en dólares llegan a granel. Aquello que hacía dudar a inversores –la falta de infraestructura para la industria– ya parece una anécdota con la instalación de 150 empresas en el parque industrial local. El crecimiento de la oferta hotelera, gastronómica y de servicios, que sumó 350 puestos laborales para los residentes, ayuda a mejorar el cuadro de rentabilidad de los interesados.
Ahora resta que, como sueñan los pioneros, Añelo deje de ser una localidad de paso para ofrecer oportunidades integrales que mejoren la calidad de vida de las familias que viven allí a tiempo completo.
Rincón de los Sauces, pueblo petrolero por excelencia, aún espera el impacto del shale. Vaca Muerta apenas tocó a su puerta: dentro del ejido y la zona de influencia tan sólo hay previstos nueve pozos en el bloque Narambuena, que YPF hará junto con Chevron.
Sin embargo, todo indica que la actividad volverá a pisar fuerte en esta ciudad de 40.000 habitantes, que ya vivió una revolución petrolera y espera que esta vez la ola no pase por encima.
"Las perforaciones están cada vez más cerca de Rincón, así que tenemos expectativas. Y es que estamos en el medio de la franja de Vaca Muerta y somos la ciudad con más capacidad e infraestructura", se entusiasma el intendente Marcelo Rucci. Dirigente del gremio petrolero, el jefe comunal conoce como pocos los vericuetos del negocio. Sabe que los equipos son itinerantes y que esta actividad se maneja como la marejada: sube y baja según el clima de inversiones.
Rucci asegura que el corrimiento del centro de gravedad hacia Añelo, proceso que comenzó hace dos años, ya terminó. Su localidad vio cómo decenas de firmas de primer nivel dejaban sus bases operativas para mudarse a la meca del shale.
"Ahora están volviendo, pidiendo lugar nuevamente", enfatiza el intendente. Según Rucci, esto se debe a que Rincón es la ciudad de mayor capacidad en la medialuna rica de Vaca Muerta y las empresas prefieren ahorrar algunos costos en una urbe más preparada para recibir el aluvión de trabajadores que suele emplear el mundo de los hidrocarburos.
INFRAESTRUCTURA
A la espera de este nuevo impacto, Rincón necesita nueva infraestructura. La primera oleada petrolera de los 90 duplicó su población y ninguno de los servicios públicos dio abasto. Las rutas de acceso quedaron destruidas por el tránsito. "De los 1.000 millones del acuerdo entre YPF y Chevron a nosotros nos correspondían unos 290, que iban justamente destinados a eso: escuelas, comisaría, agrandar el hospital y sumar una sala de auxilio. Pero seguimos esperando que el dinero llegue", se queja el Rucci.
Por otro lado, reeditó un histórico reclamo de los intendentes de las localidades petroleras de Neuquén, Río Negro y La Pampa de crear una ruta para el sector que una la 151 con la 40.
"El movimiento es terrible: sacando el turismo, claramente tenemos las rutas más transitadas de la provincia. Y el tráfico de camiones destruye el asfalto", enfatiza el petrolero.
"Si esto sigue así, dentro de poco tiempo vamos a tener una situación como la de Añelo. Necesitamos que las obras de infraestructura vayan saliendo. La Provincia nos asiste, pero la necesidad es mucho mayor", sostiene Rucci, que integra las filas del MPN que ha mostrado diferencias claras con el gobernador Jorge Sapag.
TRABAJO Y AMBIENTE
El traslado de la actividad dura a Añelo complicó en cierta medida a Rincón. Muchas familias ya radicadas se mudaron más cerca de la Confluencia. Pero la mayoría hace los 132 kilómetros que separan a ambas localidades todos los días o dos veces por semana. Rucci sostiene que "la gente de Rincón quedó en Rincón", aunque reconoce que la actividad tiene algo de nómade.
El declive de la actividad convencional también impactó en la economía de la ciudad. El intendente destacó la importancia de la Oficina de Empleo de Nación, que colabora para que los desempleados puedan conseguir un trabajo. Pero el pueblo padece la economía a dos tiempos: es una de las ciudades más caras del país y late al pulso de los salarios petroleros, aun cuando una importante porción de su población no vive del sector y percibe sueldos sensiblemente menores.
El otro gran desafío para Rincón será el ambiental. Por sus tierras pasan miles de kilómetros de ductos viejos, sin mantenimiento, que a menudo se rompen y provocan derrames de petróleo. Algunas de estas fugas han llegado a contaminar el río Colorado.
La principal operadora de la zona es YPF. La gestión estatal heredó años de desinversión por parte de Repsol y busca, a paso lento, recambiar todas las venas de acero que recorren los yacimientos. "Se están haciendo nuevos oleoductos y se reparan los viejos... no al paso que queremos, pero se está trabajando", señala Rucci.
Por otro lado, Rincón es uno de los pocos municipios que tienen una activa patrulla ambiental que sale a controlar los campos petroleros. Sus inspectores trabajan junto a la Provincia para denunciar cualquier caso de derrame.